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Las niñas prodigio, una narración de recuerdos

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Las niñas prodigio, una narración de recuerdos

Alicia Sánchez//

Las Niñas Prodigio (2017), editado por Fulgencio Pimentel, es un canto a la memoria, a la forma de recordar del ser humano y al descubrimiento de uno mismo y del mundo desde las distintas etapas de la vida de una persona. Sabina Urraca, en su primer libro, se adentra en la ficción autobiográfica, narra en primera persona y decide no trazar una línea entre lo que sucedió de verdad y lo que nunca ocurrió.

Las Niñas Prodigio es un conjunto de historias, de anécdotas íntimas que, a veces, rozan el surrealismo. Cada capítulo es un paseo por la mente de la protagonista, una niña, que está descubriendo el mundo y que lo observa minuciosamente conforme pasa por distintos estadios de su vida. Urraca narra en primera persona y en forma de recuerdo, con sus lapsus, sus contradicciones, recuerdos vagos y otros totalmente exacerbados… y juega con esa inocencia que se presupone a los niños para sorprender al lector a partir de pensamientos profundos y, en ocasiones, oscuros, políticamente incorrectos, o rodeados de un aura densa de incomprensión y de soledad. “Por fuera ves una niña pequeña, por dentro hay lo que se cuenta en el libro: predisposición a la desgracia, necesidad de poseer a las personas, enamoramientos obsesivos, ambición desatada…”, explica Urraca.

Fuente: Facebook de Sabina Urraca

La escritora utiliza un lenguaje mordaz, directo y claro, capaz de hacer que los lectores se ruboricen, y de arrastrarlos por unas páginas caóticas y carentes de linealidad temporal. En Las Niñas Prodigio pasado, presente y futuro se entremezclan y se trufan con pequeñas dosis de fabulación y con referencias al proceso de creación, que Sabina Urraca llevó a cabo en una casa perdida en el campo, alejada del trajín madrileño. Su intención era “recrear la forma de recordar de una persona particularmente obsesiva, que vuelve mentalmente desde el presente al mismo momento, a la misma edad”, reflexiona la escritora. “La obsesión y el flagelo de la protagonista la tienen con la mente en un eterno viaje hacia atrás”, añade.

A través de la protagonista florece también la idea –poco convencional– de la Antilolita, una niña que toma como centro de su amor y cuidados a Henri, un borracho de 45 años que era amigo de sus padres. En algunos capítulos se puede ver cómo va a visitarlo a diario, ordena su casa y le limpia los charcos de vómito en los que suele caer rendido; lo persigue insistentemente pero él, al contrario que Humbert Humbert, huye, atemorizado.

Sabina Urraca
Fuente: Facebook de Sabina Urraca

Es una obra que sigue la cadencia y estructura voluble de los recuerdos, vira mágicamente entre la realidad –la autobiografía, incluso– y la ficción. Más que un viaje por el mundo, nos ofrece un viaje por la mente de una mujer desde sus primeros años hasta la adultez, donde se la puede ver transformando todas esas vivencias en letras, tal y como cuenta Urraca, “sin ningún tipo de disciplina, guiada por pasiones e impulsos, como una auténtica tarada”.

 

En realidad, Las Niñas Prodigio quiere honrar a todas las niñas, a las niñas “normales”, a aquellas que tienen sus propias historias y “anormalidades”. De hecho, Sabina Urraca,  profundiza en la protagonista, pero también se centra en otros dos personajes femeninos. Uno de ellos es Olivia, que siente una especial fascinación por la muerte y por todo lo que la rodea; es una especie de femme fatale de la que la protagonista de la novela cree enamorarse perdidamente, y la otra es una joven peculiar a la que su tío le regala un teléfono para que hable con él, y ella deja cualquier cosa que esté haciendo en el momento que comienza a sonar el aparato.

En definitiva, en la novela todo flota sobre un mismo espíritu, sobre una misma mirada, pero los temas que se abordan son diversos y hacen que el que se sumerja en ella se sienta cómplice de la ambición que inunda a la protagonista, de su despertar sexual, de la incertidumbre que anega su vida, e incluso de sus sentimientos al presenciar un parto.

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No os voy a echar de menos

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No os voy a echar de menos

Texto: Tim Stark. Traducción: Marta Sofía Ruiz. Fotografía principal: Arantxa Vico//

La voz de un norteamericano en España

El guitarrista, compositor, cantante y animador estadounidense Glen Campbell, profundamente afectado por el Alzheimer, fue capaz de dirigir/maquinar sus últimas grabaciones y actuaciones a través de una educada/culta evaluación de los aportes que recibía.  Era lo suficientemente consciente de sus habilidades y del mundo a su alrededor para representarse a sí mismo a pesar del hecho de que no sabía exactamente quién era. Era capaz, gracias a una honesta evaluación de lo que podía y no podía hacer, de consolar a aquellos que amaba con la siguiente declaración: “No os voy a echar de menos”.

Tener conciencia es algo más que hacer una evaluación de lo que sabemos y lo que no sabemos, también es el producto de nuestras “mejores conjeturas” sobre el papel de las cosas misteriosas que nos rodean. Y no es simplemente una cantidad medida -él es muy consciente, él sabe mucho sobre las influencias en su vida- sino también por la adaptabilidad -estilo MacGyver*-, por las suposiciones educadas y por la voluntad de proceder sin comprender completamente -dado que en realidad nunca entendemos completamente, de todos modos- las herramientas que tenemos a nuestra disposición. De acuerdo —dirás—, eso es lo que todos hacemos, ¡Todos lo hacemos lo mejor que podemos! Sin embargo parece que algunas personas son más honestas con este proceso y menos dispuestas a engañarse a sí mismas. Esto requiere energía. Esto es autoconciencia.

Así que los rusos tienen algo que ver con el intercambio electrónico sobre el movimiento de independencia de Cataluña. ¡Sorpresa!

C-125 Pechora
I guess they won’t be needing these anymore

La semana pasada decidí que la autoconciencia no es un requisito del genio. Sin embargo es un requisito de la participación en una democracia. Si tomas tus decisiones, ya sean tan simples como la selección de símbolos, basándote en información que no se puede evaluar de ninguna manera, ¿importa de dónde proviene esa “información”? Realmente no.

Así que estás horrorizado -¡insultado!- al saber que algunos de los “me gusta”, algunas de las noticias sin atribuir -o atribuidas a una fuente que no conoces de todos modos-, parte de la energía, de la marea online  que te dirige a tu “evaluación” de las cosas puede haber venido de una fuente con malas intenciones  ¿¡De verdad!? Llegados a este punto me viene a la mente un insulto estadounidense: “Bueno, tengo un puente que me gustaría venderte …”.

El artículo principal en El País del pasado sábado dice que esta intromisión se produjo a través de cuentas en las redes sociales. ¡La soberanía de nuestras redes sociales está amenazada! ¡A las barricadas!

En realidad, y en la línea de lo que dije en mi último artículo sobre Trump -ya no es necesario contar con una narrativa-, si elegimos a quién votamos, si decidimos cómo nos sentimos, en base al zeitgeist online, entonces, de hecho, hemos perdido nuestra soberanía. Pero también hemos admitido que tomamos decisiones basadas en aportes que, literalmente, no podemos evaluar. Y, um, err …solo digo que perdimos nuestra soberanía hace mucho tiempo.

En realidad, hay dos cosas incorrectas en esta aproximación al autogobierno. Una: ¿por qué optar por la información inútil? Hasta ahora al menos parece que los rusos no han plantado ensayos enteros atribuidos falsamente a fuentes conocidas -aprenda algunas, por favor-. Lo estamos haciendo más fácil para ellos. Dos, los humanos no decidimos cómo nos sentimos. Sentimos y luego decidimos cómo explicar cómo nos sentimos -tanto a nosotros mismos como para los demás-. En el mejor de los escenario habrá algunas modificaciones en la historia que repetimos, basadas, tal vez, en uno o dos detalles agregados o modificados por aquellos que nos contaron la historia. Basadas, tal vez, en una pequeña pepita de información real que nosotros añadimos a esa narrativa.

O podemos repetir la respuesta que está ‘blowing in the wind’. Juan Cruz en El País, en su “Manual de conversación para ciudadanos tristes”:

“…no queremos abandonar lo políticamente correcto si es políticamente correcto, en el ámbito en el que estemos, decir que España es un país fascista cuyo Gobierno manda a la gente a la cárcel o mantiene a presos políticos o es peor que Ghana, aunque no tengas ni idea de lo que pasa en Ghana. Un país de pandereta: “¡Sí, sí de pandereta!”, dice el coro. Un mundo de coros, de pancartas precocinadas, de lugares comunes que incluyen el lugar común, ahora impuesto, de ordenar la vida…”

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The future of our opinion machines

Este lamento no podría describir más perfectamente a una sociedad cuyos miembros eligen a quién votan -¡y dónde cenan!- a través de un proceso automatizado que consiste en una pantalla con símbolos parpadeando. El único control real que poseen es la posibilidad de elegir el sabor que les gusta.

Nótese que sobre estas líneas he utilizado la expresión ‘autogobierno’. En los Estados Unidos tenemos sistemas comerciales caros que nos animan a comer demasiado, y estamos gordos. Estamos cargados hasta arriba de pistolas, y mucha gente recibe un disparo. La automedicación a través del uso de las redes sociales, en esas pantallas de opiniones tontas que tenemos en nuestros hogares, crea la oportunidad -y alimenta el surgimiento- del autoritarismo. Olvidaos de la crisis de los opiáceos, tenemos una crisis de Internet. Sí, una vez más, estoy diciendo que es culpa nuestra. No es culpa de Trump ni lo será de  Marion Marechal-LePen -¡cuidado!-.

Marion Maréchal-Le Pen_Carpentras_16.03.2015-9

Si creemos en esta basura y la repetimos sin verificarla, entonces obtendremos aquello por lo que pagamos: un líder idiota y sabelotodo que representa la culminación de un acoso a nuestras emociones tremendamente corporativo y patrocinado por el estado.  Nos encontraremos en una situación que no nos gusta y cuyos orígenes no podemos explicar. No tendremos medios para conservar -ni siquiera para recordar- aquello que valoramos y ninguna forma por la que conseguir mejoras.

¿Pero, a quién le importa? Ves a ver lo que dicen los demás, encuentra algunos amigos virtuales: ni siquiera extrañarás a los que amas.

*Referencia a MacGyver, el agente secreto  protagonista de una serie de televisión estadounidense creada en 1985 que improvisaba cualquier artilugio con elementos simples.

Versión original

I’m Not Gonna Miss You

The American guitarist, songwriter, singer, and entertainer, Glen Campbell, deeply affected by Alzheimer’s, was able to engineer his final recordings and performances through an educated evaluation of the inputs he could receive, given his situation.  He was aware enough of his abilities and the world around him to responsibly represent himself in spite of the fact that he did not know exactly who he was.  Friends and family kept coming to him to ask about his illness.  He was able, via honest evaluation of what he could and couldn’t know and do, to comfort those he loved with the declaration: “I’m not gonna miss you.”

Awareness is more than an assessment of what we know and what we don’t know, it is also the product of our “best guesses” of the roles of the mysterious things around us.  And it isn’t simply a measured quantity (he is very aware – he knows a lot about the influences on his life) but also by adaptability (a sort of McGyverness), by educated guessing, and by the willingness to proceed without understanding fully (since we really don’t ever understand fully, anyway) the tools we have at our disposal.    OK, you say, that’s what we all do – we all do our best! – so says nothing.  Well, it seems, some folks are more honest about this process, and less willing to delude themselves.  This requires energy.  This is self-awareness.

So the Russians have a finger or two in the electronic exchange on the Catalunyan independence movement – Surprise!

I took the position last week that self-awareness is not a requirement of genius.  It is, however, a requirement of participation in a democracy.  If you make your decisions, be they even so simple as your choice of symbols, based on information you cannot hope to evaluate in any way, does it matter where that “information” comes from?  It really doesn’t.

So you are horrified (insulted!) to learn that some of the “likes”, some of the unattributed (or attributed to a source you do not know anyway) “news”, some of the energy, the online wind that leads you to your “assessment” of things may have come from a source that doesn’t have your best interest at heart!?  Really!?  An American insult comes to mind at this point: “Well, I’ve got a bridge  I’d like to sell you…”

Lead article in El Pais this last Saturday says this meddling occurred via accounts in social networks.  The sovereignty of our social networks is threatened!  To the breach!

Actually, and again, staying consistent with what I claimed in my last piece on Trump (there is no longer a need for narrative), if we choose who we vote for, if we decide how we feel, based on the online social zeitgeist, then indeed we have lost our sovereignty.  But we’ve also admitted that we make decisions based on inputs we have literally no means of assessing.  And, um, err…we lost our sovereignty a long time ago…just sayin’.

There are actually two things wrong with trying to self-govern in this way:  One,  why on earth choose useless information?  So far at least, it appears the Russians have not planted whole essays falsely attributed to known sources (learn some, please).  We are making it way easy for them.  Two, we humans don’t decide how we feel.  We feel, then we decide how to explain how we feel (both to ourselves and others).  Best we can hope for are some modifications of the story we repeat, based, perhaps, on the a detail or two added or changed by those that told the story to us. Based, perhaps, on a tiny nugget of actual information we add ourselves to that story.

Or we can repeat the answer that is blowing in the wind.   Juan Cruz in El Pais 04NOV2017, in his “Manual de conversación para ciudadanos tristes”:

This lament could not any more perfectly describe a society the members of which choose who they vote for (and where they dine!) via an automated process that consists of a screen in their home flashing symbols, the only control over which they have is choosing the flavor they like.

Notice above I wrote “self” govern.  In the US we have expensive commercial systems in place that encourage us to eat too much, and we are fat.  We have guns piled up to our asses, and a lot of people get shot.  Self-medication through the use of social media’s tribal agreement, via these silly opinion screens we have in our homes, provides the opportunity for, and nourishes the rise of, authoritarianism.  Forget the opiate crisis, we have an internet crises.  Yes, yet again I am saying it is our own fault.  Not Trump’s fault, nor will it be that of Marion Maréchal-LePen (watch out!).

If we believe this bullshit and we repeat it without checking it out first then we get what we pay for, which is an idiot-savant leader who represents the culmination of corporate- and state-sponsored pandering to our emotions.  We find ourselves in a situation we do not like, the origins of which we cannot explain.  We will have no means to conserve (nor to even remember) what we value and no means to make improvements.

But who cares?  Just go see what everyone else is saying, find some virtual friends – you won’t even miss those you love.

 

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Delitos y cine: programación de la Filmoteca y el Cerbuna

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Delitos y cine: programación de la Filmoteca y el Cerbuna

Jorge Marco, Pablo Gracia y Julio Beltrán//

 Programación cinematográfica para la próxima quincena disponible en la Filmoteca de Zaragoza y en el Cine-club Cerbuna
Ahí está el detalle (Juan Bustillo Oro, 1940)

Considerada como una de las diez mejores películas mexicanas de todos los tiempos, Ahí está el detalle  es la comedia de enredo por excelencia que nos asegura entretenimiento y diversión a una calidad que cuesta mucho encontrar actualmente en las salas de cine.

Cayetano Lastre entra en su casa para pillar a su mujer in fraganti con su amante, y se encuentra con Cantinflas, que había acabado allí persiguiendo a la criada. La mujer lo defiende diciendo que es su hermano, al cual necesitan para cobrar una herencia, y a partir de ahí tienen lugar una serie de engaños y malentendidos que culminarán en un juicio por homicidio en contra de Cantinflas.

Ahi está el detalle

Gran parte del film lo sustenta Cantinflas en el mejor papel de su larga trayectoria detrás de las cámaras. Esto se debe, principalmente, a las características de su personaje dentro de la comedia, que le permite desplegar su facilidad de palabra, su ingenio y sus agudezas a un ritmo que solo se puede comparar al de los mejores cómicos del cine.

Pero sería injusto atribuir el mérito del film solo a Cantinflas cuando detrás hay una elaboración meticulosa del director Juan Bustillo Oro, cuyo manejo de la trama es tan perfecto que entre los equívocos y los chistes sabe superponer una historia dramática que nos mantiene mucho más atentos a la película. Y es que, aunque los motivos para reírse se suceden uno tras otro, el espectador nunca se olvida de la situación tan frágil y peligrosa en la que se desenvuelven los personajes.

Se trata, por tanto, de un film muy importante dentro de la historia del cine mexicano. Quizás la duración de una hora y cincuenta minutos convierta en repetitivos algunos instantes o algunos chistes, pero tarda poco en aparecer otro motivo que te vuelve a meter en la película.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 29 de noviembre, a las 18:00 horas

Coffee and cigarettes (JimJarmusch, 2003)

Coffe and

De nuevo Jarmusch nos presenta una película episódica, con multitud de escenarios y personajes distintos, que por desgracia acaban lastrando el resultado final. La cámara presenta mundos cerrados, centrados en una única mesa repleta de tazas de café y ceniza, con una pareja  –bien sean primos, amigos, gemelos o músicos– que habla de cualquier cosa. El logro de la película, como la mayoría de films de Jarmusch, es poetizar la vida cotidiana, conseguir que conversaciones del día a día nos atraigan hasta tal punto de aceptar el hecho de sentarnos a escuchar banalidades durante hora y media. La fotografía en blanco y negro ayuda aún más en este proceso de hacer lírica con la vida ordinaria, pero en esta ocasión la película se acaba desinflando. Como idea para un cortometraje es bastante destacable –de hecho Coffee and cigarettes nació de la unión de varios cortos que giran alrededor de la misma temática–  pero en un largo se acaba haciendo repetitivo. Episodios acertados son precedidos de otros que carecen del mismo carisma y viceversa.

A pesar de todo, continúa siendo una película interesante, con un buen puñado de logros y planteamientos a tener en cuenta. No por nada estamos hablando de una película de Jarmusch.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: días 29 y 30 de noviembre, a las 20:00 y a las 18:00 horas, respectivamente

Aguas Tranquilas (Naomi Kawase, 2014)

Aguas tranquilas posee un ritmo poco atractivo para un buen número de espectadores. Es lenta o, más bien, parece ser lenta debido un hilo argumental que no conduce a ningún lugar en particular. La situación final no es demasiado distinta de la inicial y los tramos intermedios no nos han brindado emocionantes situaciones de difícil resolución. Así que quien considere que una película debe aportar una inhibición extraordinaria, puede pasar a la siguiente reseña. Quien, por otro lado, desee una elaborada, conmovedora y compleja reflexión acerca de los grandes problemas de las pequeñas personas, aquí la encontrará servida en bandeja de plata. Aguas Tranquilas Cartel

Muchas obras de distintas índoles pecan de intentar abarcar demasiados conceptos y no conseguir ahondar demasiado en ninguno de ellos. Aguas tranquilas abarca cien veces más y lo hace con una profundidad solo comparable a la del oscuro y bello océano que casi protagoniza el film. En este aspecto, es simplemente genial. Es un ensayo sobre el amor, la muerte, la enfermedad, la energía, el sexo y la religión. Pero no del amor sin más, sino de todos los tipos de amor existentes: los juveniles y violentos, los adultos y serenos, los marchitos y olvidados y los que fueron o los que serán. Y de todos los tipos de energía, desde la transmitida por las olas del mar hasta la desprendida por la gran ciudad de Tokio.

La gran Naomi Kawase no solo tiene mucho que contar, tiene muchas formas de contarlo. Los planos amplios protagonizados por los paisajes y paisanos de la idílica isla transmiten en todo momento en la frecuencia adecuada, y las actuaciones acompañan magistralmente a un guion que huele a buen cine de autor.

No es la mejor película de la directora, pero seguramente es la más siniestramente cercana. No apta para todos los espectadores, solo para aquellos que quieran maravillarse sin saber muy bien por qué.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: días 30 de noviembre y 1 de diciembre, a las 19:45 y a las 18:00 horas, respectivamente

La Mosca (David Cronenberg, 1986)

Cronenberg es el director de algunas joyas como Promesas del EsteUna Historia de Violencia o Inseparables,pero si hay una película por la que será siempre recordado esa es La mosca, su mitificada cinta de 1986. En este proyecto, su estómago de hierro y las siniestras inquietudes que siempre le han acompañado le valieron no solo un merecidísimo Óscar al mejor maquillaje, sino también eclipsar al film original de 1958 hasta el punto de enterrarlo en el olvido popular.  La mosca (cronenberg)(2)

Al igual que en la obra original, la acción girará en torno a un irracional científico y a su inconsciente -y en ocasiones irritante- pareja sentimental. A partir de este punto, cualquier similitud con su predecesora es mera coincidencia. Cronenberg demuestra que es un tipo de recursos: apenas bebe de la película en la que supuestamente se inspira, adapta todos los puntos a sus perturbadores gustos. Todo es más adulto y siniestro que en 1958. Cronenberg nos golpea en la cara y muy conscientemente con sus excéntricos personajes, su amargo guion y sus repugnantes efectos especiales. Estos efectos son, precisamente, el buque insignia que la ha convertido en una película de culto. Y es que no sabemos cuántas formas existen de convertirse en mosca pero si estamos seguros de que la aquí expuesta es la más grimosa, desagradable, exagerada y vomitiva. Una morbosa y nauseabunda metamorfosis cargada de un profundo significado filosófico.

La película es inquietante, nada pretenciosa y divertida para quien posea un sentido del humor lo bastante ennegrecido. Puede que a los espectadores visualmente sensibles les horroricen algunas escenas, pero ahí precisamente radica su razón de ser. Dado que este director no es dado a pasearse por la filmoteca, esta es una oportunidad interesante para conocer su obra.  Nosotros iremos a verla, ya saben, por si las moscas.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 1 de diciembre, a las 20:15 horas

La Otra (Roberto Gavaldón, 1946)

La Otra es cine negro, es cine dramático y cine pasional, una combinación de géneros muy popular en México y que hoy en día ha degenerado en esas tediosas telenovelas que se retransmiten impunemente después de la hora de comer. Pero acercándonos a una época en la que este subgénero gozaba de la calidad argumental que tanta falta haría ahora, encontramos producciones como La Otra. La premisa es sencilla y el desarrollo un tanto predecible, pero no por ello resulta pesada o irritante. Es un buen proyecto dotado de grandes actores y una notable dirección. Sobresale en este aspecto Dolores del Rio, que interpreta el doble papel de dos gemelas y lo hace el doble de bien de lo que cabría esperar por los primeros minutos de metraje.

La Otra

No hablaremos en profundidad de la trama argumental puesto que no puede ser abordada sin destripar una parte esencial de la obra. Simplemente la plantearemos. Tras la muerte de un magnate de la banca, su esposa, fría y desprovista de ninguna pena, restriega la fortuna de la que goza a su pobre hermana gemela, que no ha tenido la misma suerte en la vida. El cinismo de la primera y el rencor de la segunda pronto se tornaran en una inestable bomba de relojería cuya detonación desencadenará una traca de consecuencias nefastas para ambas.

Seguramente su mayor virtud nace de la fina y constante evolución de sus protagonistas que, pese a sus excéntricas resoluciones, no resultan forzados ni artificiales en ningún momento. La tensión y el suspense creados a partir de la escenografía y la interpretación de Dolores del Rio permiten ver asomar la auténtica esencia de la locura a través de la pantalla. Una experiencia excitante para los nervios del espectador que quedará sin duda embelesado hasta el final de la proyección.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: días 6 y 7 de diciembre, a las 18:00 y a las 20:15 horas, respectivamente

GhostDog, el camino del samurái (JimJarmusch, 1999)

Nos encantó DeadMan. Nos pareció una obra muy original y meditativa a la que, no obstante, le faltaba algo. Le faltaba GhostDog. ¡Menudo derroche de energía, personajes y originalidad! Jarmusch demuestra de nuevo que su poder como director reside en su talento como guionista. ¡Y que talento! GhostDog es un delirio increíblemente satisfactorio.

¿Habremos llegado a un punto de la globalización en el que el espíritu de cada pueblo pertenece ahora a toda la humanidad? El sicario negro, obeso y samurái que protagoniza el film opina que sí. Atormentado por un violento pasado marcado por el racismo, GhostDog decide abrazar la senda del samurái a través de la lectura de sus postulados, que se nos irán revelando a lo largo del film. Es un hombre que vive siguiendo unos principios morales que el mundo, si bien alguna vez tuvo, perdió hace tiempo. ¿Su “sensei”? Un mafiosete italoamericano sesentón y de medio pelo que le envía palomas mensajeras con las misiones que deberá cumplir. ¿Su mejor amigo? Un vendedor de helados que solo habla en un idioma que él desconoce. ¿Sus enemigos? Una banda criminal en decadencia que inspira más lástima que odio. Estos locos personajes son el alma del metraje.

Ghost Dog

Pero no caigáis en el error de pensar que GhostDog es un sinsentido vacío de toda seriedad. Estamos ante una obra tremendamente trascendental desde un punto de vista un tanto irónico. Una llamada a que vivamos con energía de la forma que creamos más conveniente y siempre desde la coherencia. Una llamada a que ni idiomas ni culturas sean líneas rojas que impidan forjar a los hombres del nuevo mundo que se avecina. Porque la vida es demasiado corta como para limitarse, y el camino del samurái siempre está en la muerte.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: días 6 y 8 de diciembre, a las 20:00 y a las 17:30 horas, respectivamente

El verano de Kikujiro (Takeshi Kitano, 1999)

Al comienzo de las vacaciones de verano un niño no parece tan contento como los demás. Echa de menos a su madre, a la que nunca ha visto porque, según su abuela, trabaja muy lejos. Tras una serie de casualidades, nuestro pequeño protagonista emprende el viaje en su búsqueda con la compañía de un antiguo yakuza grosero y chulesco –interpretado por el propio TakeshiKitano-. Aunque al principio la relación no es precisamente buena, a lo largo del camino irá surgiendo una proximidad entre los dos aderezada por la aparición de simpáticos personajes con los que se encontrarán durante su larga marcha.

Kikujiro

Con unos diálogos divertidos y bizarros alternados con una imagen cálida, El verano de Kikujiro se convierte en una especie de cuento infantil en el que la tristeza se combate con situaciones cómicamente absurdas. El logro de Kitano es conseguir enternecer al espectador a pesar de estas partes tan extrañas –los sueños del niño o los juegos en el río con la pareja de entrañables moteros– que no desentonan con el tono de fábula y relato mágico que posee la película. El uso de la música merece otro apartado, puesto que su uso minimalista consigue reforzar los momentos más dramáticos y simpáticos del film, consiguiendo ablandar el corazón del espectador y permitiéndole entrar de manera mucho más fácil en ese conjunto de preciosas imágenes que nos regala el director japonés. Queremos unas vacaciones como las de El verano de Kikujiro; con mafioso incluido.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: días 7 y 8 de diciembre, a las 18:00 y a las 19:45 horas, respectivamente

Últimos días en la Habana (Fernando Pérez, 2016)

Qué extraña es la amistad. ¿Cuántas veces es perceptible este vínculo entre dos personas aparentemente antagónicas? Muchas más de las que la razón justifica.  Últimos días en la Habana relata una de estas amistades exteriormente incomprensibles y que, sin embargo, tienen la fuerza de llegar hasta el final. Sea cual sea.

Ultimos dias en la Habana Cartel

Miguel es un pobre lavaplatos que aspira desde su amargura a vivir el sueño americano una vez consiga salir de la isla. Diego, por su parte, es un hombre que ha vivido con mucha intensidad y ahora lo paga postrado en la cama, víctima del VIH. El metraje, con la decadencia y un extraño tipo de pobreza como escenario, dibuja la relación de estos dos personajes como la de una curiosa simbiosis en la que el enfermo insufla ánimos al sano, que le cuida y mantiene a salvo de los peligros a los que su condición lo exponen. Otros personajes irán haciendo su aparición, aportando distintas formas de afrontar los problemas y distintas metas que alcanzar.

Peca, tal vez, de ser una película muy segura de sí misma. Demasiado como para darle una evolución lo bastante creíble a sus personajes. Aun así, el producto es sólido  y el visionado agradable y recomendado.

Lugar: Cine-club Cerbuna

Proyección: día 2 de diciembre a las 19:00 y 22:30 horas; día 3 de diciembre, a las 19:00 y 21:30 horas

Tom of Finland  (Dome Karukoski , 2017)

Con este film, Karukoski rinde homenaje al artista finlandés Touko Laaksonen, que se convirtió en un emblema de la cultura gay. Durante la película seguiremos por tanto la vida del artista, desde su regreso a Helsinky como un oficial condecorado en la Segunda Guerra Mundial hasta la profunda represión que encontró contra los homosexuales en la ciudad.

Tom-of-Finland

Así, a través de una delicada trama muy medida mediante las elipsis, se nos abre el mundo personal del autor finlandés, donde cobran especial relevancia sus dibujos homoeróticos y desinhibidos de hombres musculosos, inspirados a su vez en los trabajadores finlandeses. La delicadeza de estos dibujos está plasmada perfectamente en la película por medio de cuidadosos planos detalle en los que apreciamos cada roce del lápiz con el papel, y en los que nos da una idea de la importancia que tenían sus obras como medio de escape frente a la represión reinante en aquellos tiempos.

Más tarde, estos dibujos firmados con el pseudónimo Tom of Finland extenderían su fama por los Estados Unidos, llegando a ser uno de los artistas gráficos del siglo XX más influyentes en la comunidad gay. Sin embargo, el planteamiento de la película es apto tanto para los que desconozcan su obra como para los ya iniciados en ella. Aunque algunos han señalado una cierta convencionalidad en la película, lo cierto es que sigue siendo una buena propuesta para todo aquél que esté interesado en los temas del arte gráfico o de la historia de la cultura homosexual.

Lugar: Cine-club Cerbuna

Proyección: días 9 de diciembre a las 19:00 y 22:30 horas; día 10 de diciembre, a las 19:00 y 21:30 horas

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Rossana Reguillo y las insurrecciones en clave tecnopolítica

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Rossana Reguillo y las insurrecciones en clave tecnopolítica

Texto y fotografías: Gloria Serrano//

De la crisis del proyecto civilizatorio del malestar colectivo, de la insurrección de la esperanza, de las plazas ocupadas, del uso político de internet, de la articulación de subjetividades, de las transformaciones sociocomunicativas, del espacio público expandido, de participar, de ser parte, de interrumpir; de lo común y de lo posible, de emociones, afectos y pensamientos. En fin, como ella misma lo define: “De la complicidad de los cuerpos enredados en las calles y en las redes”. Para hablar de todo esto vino a Madrid Rossana Reguillo (Guadalajara, 1955), periodista e investigadora mexicana.

Dice que es un híbrido, con un pie en la academia y otro en las calles; una especie de anfibio —antropóloga y cronista— que estudia la construcción simbólica de la ciudad y tiene especial interés en las culturas urbanas en Latinoamérica. Comunicación, cultura y sociedad son los principales ejes en los que trabaja dentro del Departamento de Estudios Sociopolíticos del ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara.

Esta entrevista ocurre la tarde del 15 de noviembre en las instalaciones de Medialab Prado, durante su paso por Madrid para participar en Ciudades Democráticas, el “Festival de las tecnologías de la participación”, y un par de horas antes de la presentación de su libro Paisajes Insurrectos. Jóvenes, redes y revueltas en el otoño civilizatorio (Ned Ediciones, 2017).

-¿Cuál es tu percepción de México a la distancia, visto desde España?

-Por mi formación antropológica continuamente hago un ejercicio de distanciamiento. Mi perspectiva del país es dual: me preocupa la situación que atravesamos desde hace muchos años, de una violencia brutal e inaudita, la corrupción de la clase política, el vaciamiento de las instituciones y la incapacidad de la sociedad civil para articularse y empujar en dirección de mayor justicia. Me sorprende la indiferencia, por ejemplo, frente al tema de los desaparecidos y de las ejecuciones.

“Si no estás indignado, no estás poniendo atención” es una de las consignas del movimiento Occupy Wall Street (Ocupa Wall Street), en 2011, que esta activista y miembro del Sistema Nacional de Investigadores resalta en su trabajo de documentación. También está escrita al inicio de Ayotzinapa, el nombre del horror, artículo en el que se refiere a la “época convulsa que atravesamos” y que en México ascendió a un escalón álgido con la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, en 2014. Lo laberíntico de los acontecimientos se refleja en cada una de sus respuestas:

-Por otro lado, veo con mucha esperanza y optimismo todas las movilizaciones, principalmente de jóvenes. Pienso en Wikipolítica Jalisco, con el rostro más visible que es Pedro Kumamoto acompañado de jóvenes que proponen un modelo de participación ciudadana muy interesante. También en la gran movilización a nivel nacional para intentar que María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, representante del Congreso Nacional Indígena (CNI), sea candidata independiente a la presidencia de la república.

-¿Se puede decir que existe una gran movilización nacional?

-Estamos acostumbrados a ver solo lo espectacular y necesitamos aprender a leer estos pequeños signos de lo cotidiano. El apoyo que recibe Wikipolítica en distintos puntos del país te habla de esa energía social; el terremoto fue otro indicador de que la gente está por delante de las instituciones.

-¿La organización de la sociedad durante la crisis generada por el terremoto es perdurable? Están quienes creen que los movimientos sociales paulatinamente se diluyen, se fragmentan o no pasan de las buenas intenciones…

-Los movimientos sociales no desaparecen, se van transformando en lo que llamo derivas. Estoy preparando un artículo de fondo al respecto. Estuve haciendo etnografía en línea y en la calle de ciertos grupos que son muy importantes para entender que la articulación social que se dio en el terremoto no es coyuntural. Una es la plataforma Verificado19S, conformada por colectivos que vienen de #YoSoy132. Está @Brigadas19S, que se organizó en Telegram y brindó atención en la calle, en el terreno. Y Codeando México, que hace un trabajo extraordinario.

Para enfatizar, Rossana me comenta sobre los mapas colaborativos que realizó desde SignaLab, el espacio de experimentación dentro del ITESO, en coordinación con Brigadas Solidarias. No oculta su entusiasmo para referirse a la fuerza del trabajo en red ni a la velocidad con la que procesaron los datos que provenían de las zonas afectadas por la sacudida —de 7,1 en la escala Richter— del 19 de septiembre en la Ciudad de México.

-Indudablemente, cuando tienes un acontecimiento disruptivo de esta magnitud, la gente se vuelca completa, pero reducirlo a una “llamarada de petate” me parece muy simplista. Insisto, vemos solo lo que los medios de comunicación masiva difunden.

-¿Estos colectivos surgen del pueblo o de sectores de élite y con mayores recursos?

-Son movilizaciones con un alcance capilar importante. En Occupy Wall Street, en #YoSoy132 se vio claramente que la protesta no era clasista, que no formaba parte de una categoría identitaria, sino que tenía una dimensión incluyente. Estamos en un momento en el que debemos ser muy prudentes con cualquier tipo de afirmación. Para mí, Nuit debout (Noche en Pie) marca un fin de ciclo para este tipo de revueltas; necesitamos atender a otras formas de articulación social que se están gestando.

En este diálogo atravesamos una y otra vez el Atlántico porque las agendas de ambos países se entrelazan. Ahora le pregunto si México necesita mirar más hacia afuera, ampliar su horizonte y me responde que, desde su perspectiva, debe ser lo opuesto porque los mexicanos “estamos siempre en permanente angustia frente al vecino del norte, que se convierte en una suerte de espejo de nosotros mismos”.

-Muchos de los problemas actuales son por la enorme dificultad que tenemos para darnos cuenta de cómo se está desgajando la sociedad. Hay problemas globales, pero también es importante no perder de vista la atmósfera local.

-En tus conferencias y en el propio libro dedicas especial atención a la juventud, ¿compartes la opinión del columnista Antonio Navalón cuando dice que los millennials carecen de valores cívicos y de responsabilidad?

-Yo sostengo que no existen los millennials; me parece una categoría que no atiende la diferencia de clase ni de género, tampoco la condición de exclusión. ¿Quién es millennial? ¿Un joven clase media en Madrid que todavía puede ir a la Universidad, que compra un IPhone y lo mantienen sus papás? ¿Es el desahuciado que duerme en la calle y está en paro desde hace tres años? Este término no explica, sino que juzga; es un adjetivo.

Y, sin embargo, las opiniones contrastan. Dedicada desde hace 25 años a investigar las diferencias generacionales, la psicóloga Jean M. Twenge afirma que esta generación, inseparable del Smartphone y habituada a socializar en Snapchat, está al borde de una crisis mental. El matiz lo pone otro estudioso de los millennials, el periodista Malcolm Harris, quien considera que no es posible comprender una generación sin examinar a las instituciones económicas, políticas y sociales que la alimentan.

-Dime, ¿te identificas más con la postura de Amador Fernández-Savater, quien —a cien años de la Revolución Rusa— nos invita a reimaginar el cambio social?

-Tengo una enorme sintonía con Amador, es uno de los intelectuales más sólidos que emergen del 15M. Yo apuesto a la transformación de las relaciones en la subjetivación, a la micropolítica, y, sobre todo, a nuevas formas de invención del lazo social. Sé que es un solecito insuficiente que no calienta porque quisiéramos ver grandes cambios, pero pienso que estamos en un proceso de largo plazo y frente a un proyecto que no resiste más, que está implosionando.

-¿Implica quitarnos el chip que traemos del siglo XX?

-Más bien, considero que prevalece un pensamiento decimonónico, muy del siglo XIX. No soy “tecnoiluminada”, no creo que las redes o Internet resuelvan nada por sí mismas, pero sí me parece —y Medialab es una prueba viviente— que la tecnología nos ayuda a construir mayores posibilidades y a ser mucho más rápidos en ciertas formas de acción.

El espacio-tiempo —los paisajes— que Reguillo recorre en su libro está delimitado por cuatro itinerarios: la crisis global, los territorios en los que emerge y donde se manifiesta la lucha social, el escenario digital o de las nuevas tecnologías y el de los afectos. A partir de este repertorio se pregunta qué desafíos plantea la ola de insurrecciones que han irrumpido en la escena del siglo XXI y si es posible hablar de jóvenes y nuevas formas de subjetivación política. En las primeras páginas sugiere: “(…) generar nuevas preguntas que puedan dialogar con las profundas transformaciones sociales que sacuden el paisaje contemporáneo”.

Reguillo 2
Presentación del libro Paisajes Insurrectos. Jóvenes, redes y revueltas en el otoño civilizatorio (Ned Ediciones, 2017) en Medialab Prado Madrid, con la abogada Pilar Sánchez Álvarez; el antropólogo Carles Feixa, Rossana Reguillo y el investigador Amador Fernández-Savater.

-Nuestra circunstancia presente me recuerda uno de los tantos aforismos que el escritor Carlos Monsiváis dejó como legado y se han convertido en sabiduría popular: “O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba yo entendiendo”. ¿Es así?, ¿por eso sugieres cambiar las preguntas?

-No solo planteo preguntas, hago análisis. Intento no generar respuestas acabadas, pero sí proveer de claves interpretativas y esquemas metodológicos. Fui muy rigurosa de dar cuenta de cómo tejí cada parte; el libro tiene una fuerte dimensión etnográfica, esto significa que estuve muy involucrada en las revueltas, realizando entrevistas a profundidad y encuestas en línea. El resultado es un relato que aporta instrumentos para pensar e intervenir el mundo desde el pensamiento. No es un ensayo que parte de mi voluntad de imaginar cosas, sino de ver cómo estas interrupciones en el paisaje neoliberal generan nuevas formas de imaginación política que tienen todavía efectos entre nosotros. Es un libro que trabaja desde la lógica conceptual comprometida.

-En el cuarto paisaje analizas las pasiones políticas y los afectos enREDados. ¿Se puede ver el afecto en lo que defines como la multitud conectada?

-No solo ver, sino sentir. La emoción no es alérgica a la tecnología. La dimensión afectiva se ha hecho más poderosa por la web 2.0. Hay de todo, está el uso egocéntrico y banal de Internet, el lado oscuro que no ignoro en el libro, pero también el tecnopolítico. Igual hablo de las plazas y del cuerpo a cuerpo. No creo que haya una oposición entre la calle y la red, sino que es un continuum de relaciones. Es una maravilla conocer a la gente que en estos momentos participa en el Encuentro de Inteligencia colectiva para la democracia. Veo mucha imaginación política.

-Con relación a estos cambios de paradigma aludes a un reset, a un reinicio del sistema. Sin ser concluyente, cierras el texto con la metáfora de borrar nuestro disco duro…

-Me parece que en buena medida seguimos pensando con categorías viejas, pensamos como si nuestros problemas fueran los mismos que hace cincuenta años. Es muy importante desprenderse con generosidad, aunque no sin angustia, de ciertas formas anquilosadas de entender la realidad.

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Participación de Rossana Reguillo (SignaLab) en la sesión “Laboratorios globales. Laboratorios ciudadanos para crear, colaborar, jugar y compartir”, realizada el 18 de noviembre en el Teatro Español de Madrid como parte del programa de Ciudades Democráticas. La acompañan Marcos García (Medialab), Eric Gordon (EngagementLab), Cristiano Ferri (LabHacker) y Pablo Aragón (Metadecidim).

-Seré un poco la abogada del diablo. ¿No es esta idea de que “lo viejo” no sirve, una de las razones para tecnocratizar la educación, fragmentar los saberes o eliminar las carreras de Humanidades?

-Es una tendencia global, es la neoliberalización de la educación. Yo me refiero a romper con las estructuras, pero no con el conocimiento que nos ha traído hasta estas orillas. Es muy cómodo culpar a los jóvenes, pero si un profesor no es capaz de seducir a sus estudiantes para que se interesen en ciertos procesos, algo está haciendo mal. El tema es cómo los interpelas. Lo ha dicho Martín Barbero mil veces: la escuela ya no funciona. El problema es el modelo, hay que inventar nuevas cosas, como Signalab, un espacio horizontal en el que los alumnos pueden ir a experimentar, a plantear sus propias preguntas.

-En este tenor, ¿México genera conocimiento o estamos importando el Know how de otros países?

-México es un país con mucha riqueza y con mucha historia. ¡Wikipolítica para el mundo! Este modelo tendrá repercusiones globales importantes. Y Codeando México es un colectivo con una enorme capacidad de gestión. Pero ya no sirve pensar en términos geográficos, creo que las preguntas que vienen, y me parecen pertinentes, es qué vamos a hacer a nivel global con los derechos humanos, con el cambio climático, con la crueldad frente a los animales, con el crimen organizado y sus vínculos con la clase política. Es decir, tenemos problemas transversales que son los mismos en España o en México o en Estados Unidos. ¿Qué vamos a hacer con el regreso de la derecha extrema?

-¿Observas esa preocupación en Latinoamérica?

-No se puede pedir a la gente que tenga un radar para que incluya en sus prioridades los problemas que percibe lejanos. Los productores de las grandes narrativas globales están siendo incapaces de lograrlo. No sabemos casi nada de África, muy poco de Asia o de Australia. El esfuerzo del periodismo debe ser para producir una narrativa capaz de interpelar a la gente. Otra responsabilidad bien grande es de la academia. No podemos pensar en una academia encerrada en su torre de marfil, que no comunica. Necesitamos más voces y miradas que articulen estos elementos.

-Ya describiste algunas de las características de la movilización social en México, pero ¿qué pasa a nivel internacional? Después de transitar por #BlackLivesMatters hasta llegar a #TodosSomosAyotzinapa, ¿deduces que existe una articulación real?

-Los movimientos sociales están articulados, hay relaciones de movimientos en Turquía, México, Estados Unidos, Colombia, Chile. La tecnología y las plataformas digitales han sido fundamentales en lograr la confluencia de activistas a nivel global.

-¿Qué balance haces del panorama actual una vez publicado el libro?

-Retrocedemos y avanzamos. Lo que sucedió en Brasil con Judith Butler te habla de una involución en términos de derechos y diversidad. Al mismo tiempo, sin las redes esta situación hubiera quedado invisibilizada. En estos asuntos tiendo a recordar el “No pasarán”. Hemos ganado muchos derechos que la gente no está dispuesta a soltar sin luchar. Eso puede ser muy bueno y muy peligroso, porque una vez que el signo de la calle vuelva a emerger el problema puede ser grande.

Nuestra charla termina. Falta poco para que inicie la presentación de un libro que versa sobre la reinvención de nuestro mundo, sobre este “nuevo tiempo en gestación” que Rossana Reguillo estudia con la misma pasión con la que vive y cuenta las tramas simbólicas compartidas”, las insurrecciones de un milenio en el que la tecnología nos provee —cada vez más veloz— de recursos, productos e infraestructura, pero no así de las condiciones suficientes para fortalecer la democracia, debilitar la industria bélica o combatir la desigualdad. Para lograrlo, quizás, deberíamos hacer una parada en el camino a fin de replantearnos el uso de otro dispositivo y de una app bastante antiguos, tanto, que fueron utilizados por el hombre primitivo, por los griegos: la cabeza y aquellos datos que solo la mente de un individuo es —todavía— capaz de originar.

Autora:

Gloria Serrano foto Gloria Serrano

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Periodista mexicana en Madrid, siempre buscando la grieta en el muro. Máster en Gestión de Políticas y Proyectos Culturales (Universidad de Zaragoza). “Saber mirar y saber decir” son los principales retos del periodismo que aspira a no quedarse en el olvido, que intenta contar algo más que una simple historia. Para mí, cultura se escribe en plural, es la fiesta de lo colectivo.

Twitter Blanca Uson


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Crónica de un abrazo

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Crónica de un abrazo

Ana Baquerizo//

La señora que sujeta uno de tantos carteles, en una de tantas manifestaciones por la eliminación de la violencia contra las mujeres, es una de tantas madres cuyas hijas han sido asesinadas por sus exparejas. A pesar de ser una de tantas, necesité darle un abrazo. Nunca pensé que la habitual acción de rodear a alguien con los brazos pudiese significar tantas cosas.

Lisboa, 25 de noviembre de 2017. Estamos en un país en el que tanto las mujeres como los hombres pueden ser considerados víctimas de violencia de género. Ahora, los nimbos desafían desde el cielo a unos pocos centenares de manifestantes, insuficientes para cortar por completo el tráfico, que sigue avanzando en uno de los sentidos.

Muchas pancartas. «El feminismo no mata»; «Juez machista no hace justicia»; «Yo no salí de tu costilla, tú saliste de mi útero»; etcétera. Buceo entre los brazos que las sujetan, en busca de un ángulo decente para las fotos. Vamos avanzando por la avenida en la que se sitúa el barrio chino —que marca la mitad del recorrido— y me detengo en nueve líneas contenidas en una cartulina color crudo.

La sujeta la madre de una mujer asesinada. «MI HIJA FORMA PARTE DE LA LISTA DE MUJERES ASESINADAS POR SUS EXPAREJAS EN 2014. BASTA», sostiene a la altura de la cara mientras camina ayudada por dos mujeres de mirada herida, una en cada lado. El cartel critica la falta de medidas y apela directamente a quienes hacen las leyes: «¿ATENCIÓN? ¡SEÑORES POLÍTICOS! ¿CUÁL ES EL PARTIDO AL QUE LE PREOCUPA LA VIOLENCIA?». Esas letras mayúsculas son el rostro de aquella mujer para la que los pasos firmes invertidos en esta marcha quizá sean solo unos más en el camino de tres años de duelo. Desde 2014, los registros hablan de un total de 79 mujeres asesinadas en Portugal, un país cuatro veces menos populoso que España. Aunque, cada enero, las estadísticas ponen el contador a cero, como si los vacíos se llenaran con el año nuevo o el dolor no se arrastrara durante lustros, décadas o incluso toda la vida.

Manifestación Lisboa

Intuyo una barrera: al otro lado de esas líneas manuscritas, el silencio, la entereza y el esfuerzo de seguir; a este, los megáfonos, los gritos y las consignas pegadizas. Le pregunto a una de las acompañantes si puedo hacer una foto. Sí puedo. Y si puedo darle un abrazo. También puedo. Al bajar el cartel, unos ojos anónimos y enrojecidos me abrazan desde lejos antes de que mis brazos la rodeen durante unos segundos. Las lágrimas de dos desconocidas se escapan con el convencimiento de que esta barbarie tiene que acabar. De fondo, unas jóvenes cantan: «¡Déjame pasar, déjame pasar, soy feminista y el mundo voy a cambiar!» y entiendo que algunos gritos ensordecedores son mudos. Aquí y ahora el contacto físico significa “estoy contigo”, “te entiendo” y “tu hija debería estar viva”. Significa que esta lucha es de todas. Nos soltamos suavemente, aún con emoción evidente y un enredo en las entrañas, para seguir caminando. La manifestación seguía, tal y como seguían nuestras vidas.

Texto y fotografías:

Ana Baquerizo foto Ana Baquerizo nombrelinea decorativa

Ciudadana del mundo, rebelde con -y por- muchas causas, fan de las historias de la gente corriente. Hace quince años, de mayor quería ser periodista. Ahora, además, soy activista por los derechos humanos y apasionada por los países del sur.

Twitter Blanca Uson


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Once días de otoño y unos fabricantes de escaleras

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Once días de otoño y unos fabricantes de escaleras

Dani Calavera//

Un rodaje es como una pequeña vida condensada en pocos días. Una vida formada por una gran familia que se reúne para una cena navideña muy larga, una cena que hay que cocinar para luego degustar y sonreír cuando se recuerde. Tened en cuenta que si vais a leer una exaltación de la experiencia de un rodaje o, más concretamente, os da la sensación de que ensalzo a los trabajadores del mismo, es porque he sido testigo de ello y les he acompañado. ¿Qué os pareció el último viaje que hicisteis? ¿Fue bueno? ¿Y qué pasa cuando veis y recordáis las fotos de ese viaje? Exacto, sonreís inevitablemente. Permitid que os hable de nuestras fotografías.
Deberíamos fabricar más escaleras

Grupo 2. Homicidios no es la primera escalera que se ha fabricado en nuestra tierra pero quizá sí sea la más firme hasta la fecha. El público que ha subido por ella ha hecho posible la fabricación de una nueva. 11D. Una mañana de invierno es una producción de Factoría Henneo que verá la luz la noche del próximo 11 de diciembre, día en el que se cumplirán 30 años del brutal atentado de ETA a la casa cuartel de Avenida Cataluña de Zaragoza, en el año 1987. Un hecho triste de nuestra historia que dejó varios fallecidos, entre ellos, 5 niños. Un documental con testimonios de las víctimas, testigos, médicos, bomberos y profesionales de la comunicación que irá precedido de una ficción de casi 80 minutos de duración en la que nos narrarán los hechos acaecidos en el 87 a través de varias historias cruzadas, desde la perspectiva de algunas familias e incluso de los terroristas.

Héroes y villanos que pisan la misma tierra que nosotros pisamos, no la imaginación de un autor. Personas reales y personajes interpretados por actores a través de los diálogos de un guionista capaz como pocos -os lo aseguro-. Un escritor que ha perpetrado una hazaña que no debe quedar en el olvido, como no debe quedar este horrible acto que tanto sacudió las entrañas de nuestra ciudad.

Rodaje 11D (2)

Y a partir de aquí, dejemos los formalismos a un lado. Espero habéroslo vendido –formalmente- bien, porque esta producción, a mi parecer, merece ser vista. Espero que no os dejéis llevar por ese sentimiento que muchas veces mueve al público de nuestro país, esa sensación que nos hace desconfiar de todo aquello que haya sido creado por nosotros mismos, tirándonos piedras a nuestro propio tejado y que se resume en la frase “Si es una película española no voy a verla”. ¿Qué dirán muchos ante este proyecto? ¿Se juzgará la realización de una película para televisión que se ha hecho en Aragón?

En España, cuando alguien fabrica una escalera para salir del sótano -porque nosotros mismos nos hemos cerrado la puerta- la mayoría del resto de habitantes del sótano no le ayuda a fabricarla para poder avanzar a más sótanos, pisos y desvanes. Muchos de esos habitantes, cuando el fabricante de escaleras va a empezar a subir, le cogen de las piernas y le impide seguir. Parece que piensan “¿A dónde crees que vas? Si nosotros no subimos, tú tampoco”. Quizás sería bueno responderles que tienen que fabricar su propia escalera.

No se trata de trepar chicos, se trata de subir. No se trata de un sótano, se trata de nuestra ciudad. No se trata de una película que aspira a arrasar conciencias y aplauso crítico, se trata de una historia contada con ojos, manos y corazones de profesionales del medio, técnicos y artistas, en tiempo récord y, cuanto menos, correctamente. ¿Creéis que os estoy sermoneando? Espero que os hayáis dado cuenta de que os estoy desafiando. No os estoy echando de la escalera, tengo una sonrisa ladeada y alzo las cejas, ofreciéndoos que subáis con nosotros.

Rodaje 11D (3)

Aragón ha creado 11D. Una mañana de invierno y no tenemos ninguna obligación de aplaudirlo, ni siquiera de verlo. Pero como el público manda y estoy escribiendo para el público, permitidme seguir desafiando vuestra opinión, dejándoos claras mis razones sobre por qué yo, como tantos otros, lo veremos. No os impido subir la escalera, solo os invito a ver cómo ha quedado.

El rodaje de la ficción contó con once días de otoño, once días de durísimo trabajo en el que el frío y el cambio de ubicación fueron más protagonistas que la desilusión o el cansancio. Once días en los que las ganas de las decenas de habitantes moviéndose por el set, cada uno con una misión clara, dibujaban las horas de jornada. Todo trabajador del audiovisual, por muchas quejas que suelte, tiene muy clara una frase que decía James Whale: “Hacer películas es lo más maravilloso del mundo”. No os voy a engañar; esta ciudad es pequeña y todos nos conocemos.  Yo era muy escéptico con este proyecto, bien por la falta de medios o por la falta de tiempo, no confiaba en un principio en él, no veía la estructura; estaba seguro de que los escalones se iban a resquebrajar tarde o temprano. Hablemos de esos escalones que están hechos de madera de rodaje, de la más fuertes que hay.

Los escalones

Primer escalón, la idea. Surgió el encargo y los peces gordos se pusieron en marcha formando un equipo. Inmediatamente, ese equipo se puso manos a la obra. Casting, producción, localización, tormenta de ideas, escritura de guion… Planos para la escalera, planos con dibujos de las herramientas que hacían falta para construirla.

Rodaje 11D (4)

Segundo escalón, el documental. Improvisar se nos da muy, pero que muy bien a los trabajadores del medio audiovisual. El documental que se emitirá tras la ficción se produjo, rodó y realizó de forma veloz y capaz, segura y firme, a pesar de las inconveniencias. Que un plano o una pregunta vengan en el mismo momento de la entrevista no es precipitado ni arriesgado: es improvisación de la buena, de la que construye escaleras bien altas y seguras. Periodistas y guerreros de la imagen cuya arma -como el bolígrafo lo es de los periodistas- es el objetivo de su cámara, echaron el resto, compusieron oficio en imagen y sonido, finiquitaron palabras plasmadas en escenarios improvisados.

Y mientras seguía fabricándose la escalera a nuestro alrededor, hablando para sí mismo y saludando de vez en cuando, el guionista no dejaba de sonreír mientras se tocaba el pelo, se colocaba bien las gafas y pensaba sin cesar en letras que formarían las palabras como lo hacen las notas en las partituras. Porque, al fin y al cabo, será la composición que canten los actores en el concierto que tendrá lugar al final de la escalera.

Tercer escalón, el rodaje. Mi escepticismo se disipó el primer día de rodaje. Una escena rodada tras otra, quedando sorprendentemente bien, no dejó lugar a dudas: estos fabricantes de escaleras sabían muy bien lo que hacían. ¿Por qué digo “sorprendentemente”? Porque todo estaba yendo muy bien y quizás sea el primer rodaje en el que he tenido la gran suerte de formar parte en el que todo ha ido como la seda. Tengo la firme creencia de que, cuando en un rodaje se tiene suerte con todos los implicados y con las condiciones meteorológicas -que no son moco de pavo, creedme-, hay señales de que todo irá bien. No cuento el cansancio, todos trabajamos duro.

Rodaje 11D (6)

Desde el fortachón chico de prácticas hasta el director, todas las manos son igual de imprescindibles. Desde los brazos de los sonidistas hasta las preguntas del director de fotografía y el foquista; desde un tramoyista hasta uno de los mandamases de producción; desde el meritorio que se encarga del catering hasta el actor protagonista que entona las notas escritas por el guionista en escena. No os estoy contando nada nuevo, esto lleva más de cien años haciéndose, se llama CINE. Y este CINE se ha hecho en Zaragoza.

Mientras la escalera ya casi tiene forma, hacia arriba, bien inclinada para no caernos; mientras todos seguimos con los escalones, en cada tramo nos acompañan los productores, responsables de los niños traviesos que a veces somos, correteando entre cámaras y escenarios derruidos o perfectamente diseñados por el Director de Arte y su equipo. Estos responsables son como los héroes de una película de espías. Si todo va bien, es porque ellos se encargan de que nada vaya mal, gestionando y derrotando obstáculos. No se les suele dar las gracias porque ningún escalón se ha roto… Y si no se rompe es gracias a ellos y a sus chicos. No falta nada porque ellos cuidan al equipo humano. Están detrás. El público no los ve ni los oye pero eso es porque están haciendo bien su trabajo. Son héroes anónimos, en este y en cualquier rodaje que imaginéis.

El entusiasmo hace fotos. La actitud hace bromas. La figuración observa y estudia las indicaciones del capitán de barco, decenas de nombres rodean las palabras del guión, encumbrando la experiencia del rodaje como debe ser: trabajo afortunado porque tenemos la gran suerte de trabajar en lo que amamos. Y no creo que pueda existir nada mejor que eso. Y como pasa con las relaciones, no hay que pensar en lo que pasará, sino disfrutar de lo que está pasando y quizás, imaginar lo que el público opinará, sea bueno o malo, lo importante es el camino que se realiza.

Rodaje 11D (8)

Cuarto escalón, los actores. Un drama basado en un hecho real es una gran responsabilidad para cualquier intérprete. Por supuesto, cualquier género lo es. Pero estos chicos y chicas tienen mérito doble. Gracias al rodaje del documental tuvimos la oportunidad de conocer a las víctimas reales del atentado. Personas que nos abrieron las puertas, metafórica y literalmente. Sus desgarradoras, valientes y veraces declaraciones son la base más sólida en la que los actores y actrices han fabricado cada uno sus propias escaleras. Estas escaleras están apoyadas, firmes, en esa base. Y no se han tambaleado en ningún momento del rodaje. Y el mérito doble llega de la mano de su actitud. Sonreír, asentir, preguntar, aportar a escena… hacer bien su trabajo. Y que sea dicho, en mi opinión, hacer bien tu trabajo no debe ser pasado por alto como algo normal. Hacer bien tu trabajo es una obligación, pero para el que lo asuma como un placer y una responsabilidad, también debe ser recompensado con un reconocimiento porque hay demasiada que no lo hace. Y cuánta de esa gente impide que se fabriquen las escaleras. Estos chicos y chicas no lo impiden. Visten el vestuario y lucen el maquillaje disfrutando de la suerte de amar su profesión. Sabiéndose afortunados. Respetando la base real en la que se basan sus personajes.

Quinto escalón, el público. Sea como fuere, el lunes 11 de diciembre podéis sentaros tranquilamente en vuestros hogares, podéis sintonizar Aragón TV y podéis descubrir esta producción aragonesa tras la que hay mucho, mucho esfuerzo y ganas de contároslo a vosotros, el público. Podéis pensar que se trata de pura propaganda; podéis pensar que se trata de un mero ejercicio televisivo sin sustancia e incluso podéis criticarlo todo lo que queráis. Nadie está libre ni exento de opiniones ajenas, buenas o malas, pero para eso existen las afinidades. Si se trata de encontrar un público afín, dudo que esta producción no lo consiga. Si se trata de encontrar el respeto de aquellos que tuvieron que vivir tan horrible experiencia, estoy seguro de que lo encontrarán. Ha sido un viaje, como todos los rodajes, ni mejor ni peor que el resto. Pero este viaje, al haber sido más grande de lo normal, ha dado fotografías que recordar. Recordar con respeto por las víctimas y la situación que se dio en una guerra que aún duraba, una guerra con algunos soldados que aún escuchan silbar las balas y las bombas.

¿Os digo que subáis la escalera? De nuevo, no. Sólo os digo que las vistas son espléndidas. Arriba, en el último escalón, está Santi, el cámara, preparado para rodar y asegurando que el plano puede quedar muy, muy bien. ¿Lo queréis ver? Pues subid.

Autor:

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: “Unas cuantas Pelis”. ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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No lo entiendo

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No lo entiendo

Eduardo Gómez Pueyo//

Hay cosas que no logro comprender –espero que todo el mundo tenga alguna–, entre ellas: la teoría de la relatividad, los agujeros negros y blancos y por qué mi gato sabe a qué hora me tengo que levantar cada día. Pero además de estos hechos cotidianos, me preocupan, mucho, otros. Por ejemplo, ahora que volvemos a tener en el horizonte elecciones, regresan con fuerza las encuestas que anuncian una determinada proporción de colores en el Parlament… aunque ya sabemos que, al final, los resultados son sustancialmente diferentes a lo que arrojan las encuestas. La causa de este fenómeno (una de ellas, al menos) se denomina Espiral del Silencio y se trata de una teoría comunicativa desarrollada por la investigadora Elisabeth Noelle-Neumann que se puede resumir en que expresamos lo que más aceptación social tiene, aunque hagamos cosas diferentes.

Básicamente, lo que más rabia me da es no comprender cómo somos capaces de decir lo opuesto a lo que hacemos. Esto se puede extrapolar a casi todos los ámbitos de la vida, y donde quiero introducirlo ahora es en los videojuegos. Si nos ponemos precisos, de lo que quiero hablar es de Disonancia Ludonarrativa, que consiste en que lo que ocurre en la narración se opone a lo que el juego te permite hacer.

No podemos olvidar que los videojuegos son otra forma de contar una historia y que, como toda buena narración, esperamos que mantengan una coherencia a lo largo de su desarrollo. Si no tienen ni pies ni cabeza, por lo menos que al final lleguen a una explicación más o menos realista. Sin embargo, muchos de los títulos más conocidos no cumplen con esta lógica; y tampoco es una tendencia reciente, algunas de las obras de culto fallan en coherencia.

Quiero poner tres ejemplos, uno clásico y dos más modernos, que me han hecho sentir muy incómodo mientras jugaba. El primero de ellos es Final Fantasy VII, posiblemente el JRPG (Juego de Rol Japonés) más conocido de la historia. Después de 20 años creo que esto no es ya un spoiler, aunque la advertencia siempre es agradecida. En un momento de la trama, uno de los protagonistas principales muere. Sin embargo, durante todo el juego tienes la posibilidad de revivir a tus personajes caídos mediante una pluma de fénix. Es imposible. Todos los hemos intentado. Luchar contra el código, contra lo que estaba establecido utilizando las mismas herramientas que nos entregaron. El tiempo hace que al llegar al momento lo asumas con mayor facilidad. La primera vez es desesperante, no poder usar lo que el propio juego te ha enseñado.

The Witcher 3, pináculo de los geniales polacos CDProjectRed, es otro ejemplo de disonancia ludonarrativa. Nos metemos en la piel de un brujo, un humano alterado genéticamente para convertirse en una máquina de matar monstruos, en la búsqueda de su hija. Durante todo el proceso, nos podemos parar cuando queramos a jugar una partida de cartas o a ayudar a cualquier transeúnte que nos grite al paso. También nos podemos encontrar con grupos de bandidos en calzoncillos que, aunque seamos un experto en artes marciales, armado y protegido, nos darán una paliza de aúpa porque tienen más nivel que nosotros. Esa misión, esa urgencia de buscar a tu hija desaparecida, se rompe a cada paso que damos y en cada lugar que nos detenemos, no porque el juego lo exija sino porque lo permite y anima a ello.

Tomb Raider es mi último ejemplo y posiblemente una de las sagas más conocidas que desde 1996 dibujó a Lara Croft como uno de los protagonistas femeninos más aventureros –y que comparte gran similitud con Indiana Jones–. En 2013, se produjo un reinicio en la franquicia de videojuegos estableciendo un nuevo punto de inicio. La historia nos cuenta cómo Miss Croft se convierte en la exploradora que conocemos cuando naufraga en una isla durante una expedición. La primera vez que se enfrenta a un enemigo, que ve a sus amigos sufrir y que mata a alguien. Son momentos de tensión, experiencias únicas que se esfuman cuando te otorgan el control del personaje y puedes exterminar la vida en toda la isla sin que Lara diga una sola palabra en contra.

Y sí, ya sé que son juegos, que son ficción, pero al igual que cuando vamos al cine queremos que la película tenga sentido y no nos vendan humo, con los videojuegos me pasa algo similar. He tratado este tema en muchas ocasiones con amigos que estudian o trabajan como desarrolladores de videojuegos y todos me han dicho que, en la mayoría de estos casos, son diferentes maneras de alargar el juego o establecer un camino por el que el jugador tiene que pasar antes de finalizarlo, evitando así que acabe en 10 minutos. Y es cierto, reconozco que son motivos de peso –nadie quiere acabar el juego de 60 euros que se ha comprado en una mañana– pero al final el lado racional tiene más peso y desea que los elementos que conforman la historia, el carácter de los personajes, la situación propuesta por la trama… todos tengan lógica después cuando juegue y no sean una amalgama de personajes humanos que se enfrentan a situaciones imposibles que conducen a un callejón sin salida.

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México y España: la agenda al margen de la FIL Guadalajara 2017

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México y España: la agenda al margen de la FIL Guadalajara 2017

Gloria Serrano//

Este año Madrid fue el invitado de honor a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Desde México, recibimos información puntual de la participación de escritores como Paul Auster y Fernando Savater.

Nadie se quedó su selfie. Un testimonio del paso por este parque temático, el Disneylandia cultural —como definió la escritora y periodista María Fernanda Ampuero al escaparate iberoamericano de libros e intelectuales—. Si bien el predominio —el boom— de las sociedades digitales ha derivado en que ahora España cuente con más medios de comunicación independientes o alternativos, los contenidos informativos siguen girando alrededor de los mismos temas, de unos cuantos que se convierten en tendencias efímeras, en «flor de un día» o —si el hashtag surte el efecto deseado—  en flor de una semana. Sin embargo…

En las calles de la capital española suceden otras, más cosas que a menudo pasan desapercibidas por los periodistas wiki que documentan la realidad desde el ordenador. Por ejemplo, el sábado 2 de diciembre en el Centro Social Tres Peces, en el barrio de Lavapiés, se realizó una quedada para apoyar con firmas la candidatura de María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, la mexicana elegida en asamblea por el Congreso Nacional Indígena (CNI) para ser su vocera y contender como candidata independiente en las elecciones presidenciales de 2018.

Como parte del programa se proyectaron dos videos que mostraron los planteamientos y algunas escenas del camino que ha recorrido esta mujer de ojos pequeñitos y párpados alargados, de mirada profunda y sonrisa serena que nació en Tuxpan, Jalisco, y en 1994 se adhirió a la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Defensora de los derechos humanos, conocedora de la herbolaria y la medicina tradicional, contraria al sistema capitalista, Marichuy es una indígena de origen náhuatl que promete gobernar obedeciendo, en el indigenismo y desde abajo, estremeciendo a la nación. Hay que decirlo, es la primera representante de los pueblos originarios que participa en el proceso electoral a nivel federal y con quien esperan romper el cerco que históricamente los ha excluido de la toma de decisiones.

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Este acto comunitario, político y cultural estuvo organizado por los colectivos Y Retiemble y Madrid Ayotzinapa 43, quienes además invitaron a la periodista mexicana Guadalupe Lizárraga (Mexicali, 1965) a presentar su libro Desaparecidas de la morgue (Editorial Casa Fuerte, 2017), una obra que se suma a la larga lista de proyectos con los que se intenta documentar y visibilizar la violencia que a diario aflora en diversas zonas del país.

—Como se trata de mujeres, de niñas pobres y mexicanas, es un tema que no le importa a nadie. Por eso agradezco que con su presencia hagan posible este evento. Tengo un ejercicio de más de veinte años en el periodismo de investigación; hubo un momento en el que decidí no ser parte del sistema, sino ir por la libre para dedicarme a un periodismo marginal, poco celebrado y de muchos obstáculos, pero indispensable en países como México.

Lizárraga contó que, estando en la ciudad de Mexicali, recibió el mensaje de la abogada Francisca Galván Segura, en Ciudad Juárez, pidiendo ayuda para localizar a Brenda Berenice, una joven desaparecida. Así comenzó esta historia que más tarde se convirtió en un libro “muy doloroso”:

—En el proceso me encontré con 233 restos de mujeres guardados en la morgue, muchos de ellos fragmentos de esqueletos.  A través de las investigaciones en coordinación con el Comité de Madres y Familiares con Hijas Desaparecidas de Juárez, logramos completar una base de datos de 191 jovencitas desaparecidas. Estamos hablando de una doble desaparición: primero cuando las raptan y después cuando se ocultan los cuerpos para no incrementar las estadísticas del feminicidio.

57 reportajes y notas informativas, tres años de búsqueda de datos, un trabajo intenso, hecho desde el corazón. Es lo que la propia autora dijo acerca del proceso que culminó con la publicación de un relato que —dicho por el periodista Diego Enrique Osorno— sin serlo tiene todos los elementos de la novela negra y representa “uno de los mejores trabajos periodísticos que se han escrito en español en los años recientes”.

Esta auténtica detective del pueblo —Osorno dixit— llegó a España como ponente invitada al IV Seminario Internacional Ryszard Kapuściński. Periodismo, Derechos Humanos, Migración y Fronteras, en el marco de las XIII Jornadas Internacionales de Periodismo que lleva a cabo la Universidad Miguel Hernández de Elche. Ahí intervino en la Mesa 3 “Derechos Humanos en México”, acompañada por Chelo Álvarez-Stehle, realizadora del documental “Sands of Silence: Waves of courage” (Arenas de silencio: Olas de Valor, 2016).

Ya sea ejerciendo de detective o periodista —o ambos oficios— la fundadora en 2011 de Los Angeles Press, Las noticias que no se ven en tu país, se ha atrevido a incomodar al poder. En 2016 vino a Madrid para hablar de Nestora Salgado, la líder comunitaria de Olinalá, Guerrero que acusaron de secuestro, permaneció en la cárcel durante casi tres años y después liberaron en marzo de ese mismo año. Una activista, considerada presa política, a quien recién le entregaron el Premio Carlos Montemayor que obtuvo en 2014 por su defensa de los derechos humanos.

En aquella ocasión también se refirió a la investigación que encabeza sobre las contradicciones en el “Caso Wallace”, en el que está involucrada Isabel Miranda de Wallace, la presidenta de “Alto al Secuestro”, asociación civil que fundó a raíz del supuesto secuestro y asesinato de su hijo. Estos son los asuntos que Lizárraga aborda con insistencia fuera del país, donde no llegan las balas que han censurado a otros periodistas, como Javier Valdez y Miroslava Breach, entre más de cien. Problemáticas complejas y crónicas en un país que no deja de fascinar a sus visitantes, sin que en ello influya su condición de simples turistas o de personajes renombrados, como los que acudieron a la FIL 2017.

— Necesitamos cruzar fronteras, no podemos ahogarnos en un grito de ayuda desde México. Esta historia la he contado en distintas ciudades, a pesar de las amenazas y de hablar de lo que nadie quiere escuchar, porque es muy duro y porque ha pasado mucho tiempo desde la desaparición de estas niñas. Este es un libro para molestar la consciencia.

Con el rap feminista mexicano de Cabra Frenesí y son jarocho con Azafrán y Canela —“tacos y chelas incluidas”—, puede decirse que la jornada completa en este centro autogestionado fue para azuzar las mentes de quienes asistieron y se confrontaron con  el esbozo de una crisis que, no obstante la multiplicidad de sucesos, ha puesto los reflectores internacionales en un país convulsionado, que relega a los indígenas y donde las desapariciones de mujeres son una constante. También un país ávido de iniciativas e innovación que permitan reconstruir su tejido social.

“El panorama es global, pero las élites no escuchan hervir el agua desde sus atalayas”, me comenta un amigo, estudioso de la comunicación y profesor universitario.

Hoy, mientras unos apuestan por la actuación del ciudadano a través de redes digitales de cooperación y otros —como la socióloga Amber Case— señalan la necesidad de buscar espacios de encuentro y reflexión fuera del entorno online, lo cierto es que nuestras sociedades reclaman coberturas periodísticas más perceptivas, basadas en una agenda propia que se aparte de los trending topics y contribuya no a generar clics, sino sentido de cada hecho y del conjunto.

Decía García Márquez que “la expresión máxima, el máximo nivel del periodismo, es el reportaje. Es decir: el reportero que sale a la calle, toma directamente sus materiales informativos y los elabora”.

Pero en la euforia por la digitalización, los periodistas estamos llegando tarde a la convergencia de los lectores. Con la televisión hablábamos de rating, ahora de accesos a la web; todavía nos referimos a las audiencias como si se tratara de personas sin rostro y se nos va la vida en organizar congresos y talleres para discutir de narrativas digitales, plataformas, herramientas, noticias falsas, redes y marketing, mientras dejamos de hacer lo único que justifica nuestra presencia: periodismo, a secas.

Periodismo con una mirada, con densidad en la escritura, que logre conmover sin escandalizar y sin vínculos con ninguna clase de interés político o económico. Mucho menos personal o de trinchera. Un periodismo realmente autocrítico que transite del monólogo a la conversación, que provoque el pensamiento y no la terquedad o el fanatismo. En definitiva, un periodismo cuya reinvención principal pase más por el filtro de lo humano y no tanto por el de lo tecnológico.

“Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha”. Es otro de los consejos que nos dejó el Gabo. Sí, usar la inteligencia —pero no la artificial— para llevar a cabo una actividad que, de tan básica, solo requiere de un dispositivo: la oreja.

 

 

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Los Planetas están más cerca de lo que pensamos

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Los Planetas están más cerca de lo que pensamos

Texto: Paula Pérez /Fotografía: Andrés Navarro

El pasado jueves, 7 de diciembre, el WiZink Center de Madrid se transformó en el lugar perfecto para los que buscaban evasión y la perfección musical.El grupo granadino Los Planetas, con 25 años de trayectoria musical, ofreció una actuación increíble y mostró su constante evolución. Indie, flamenco, rock y un toque psicodélico, comunión de estilos que tanto caracterizan a la banda y a través de los que conectaron con el público.

El reloj marcaba las 21:00 y… ¿qué encontramos al entrar? Una sala que representaba la inmensidad y que poco a poco empezaba a parecer muy pequeña. Tan solo habían pasado dos minutos y la pista estaba a rebosar, como el espíritu de los más puntuales. Un Espíritu Olímpico proveniente de una mezcla de edades, de los fieles seguidores del grupo desde su primer álbum Super 8en 1994, hasta adolescentes e incluso niños. Todo esto acompañado de las últimas pruebas de sonido que siempre incitan a que resurja la euforia. El lugar tiene gradas pero no las necesitaba para esa noche; estaban cerradas y el público de pie.

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Mientras emergía el suspense sobre cuándo daría comienzo el espectáculo, al final de la sala el puesto de las camisetas estaba lleno. “Hay muchísima gente”, frase en bucle que afirmaban con seguridad la mayoría de los allí presentes. Discos, camisetas, imanes para la nevera… cualquier diseño sumado a una excusa era buena para conmemorar lo que iba a hacer vibrar.

Empiezan a generarse, tal y como dice el tema de los grandes aclamados Corrientes circulares en el tiempo. Muchas direcciones y un mismo destino: encontrar el mejor sitio.

21:05, las luces se apagaron y un ‘’ ¡vamos!’’ se adueñó de una gran parte del público. De repente, todos éramos uno, una piña que esperaba las voces planetarias.

Silbidos, cánticos que parecían de extrarradio y muchas luces. Por un segundo todo era brillante, incluso la oscuridad. Jota, el cantante del grupo granadino, abrió el concierto con un sencillo ‘’buenas noches’’ y no hizo falta más. Canción tras canción, seguía llegando gente y todo era impactante y digno de celebrar con unos cuantos litros de cerveza, la segunda protagonista de la noche.

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Emoción efervescente que se avivó con temas que han nacido en su último álbum (Zona Temporalmente Autónoma, 2017) como Islamabad y al que el cantante dio entrada con un “todos somos inertes’’. Acto seguido, con el famoso Santos que yo te pinté yUn buen día. El cóctel perfecto para que el equilibrio se convirtiese en libertad enfurecida entre la gente. ¿La sensación? Una montaña rusa que solo iba hacia arriba y transformaba el ambiente en algo salvaje.

Se acercaba el final…o eso parecía. Entonces, el cantante se despidió con un “vamos a tener que irnos ya porque nos echan de aquí, no nos podemos quedar para siempre”. No fue así, sólo supuso el inicio de, esta vez sí, un final apoteósico: el grupo volvió a escena con la artista La Bien Querida, con quien tocaron uno de los temas que tienen en conjunto No sé cómo te atreves mientras los vasos del público, ya vacíos, volaban como asteroides a modo de alabanza.

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El tema de despedida: La caja del diablo. Con Eric al mando de las baquetas y un estallido de luces rojas dijeron adiós,tras una noche que se hizo corta y que recordaremos brutal, emocional como musicalmente.

Los Planetas, un grupo de culto que fue capaz de saciar hasta el oído más exquisito.

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Delitos y cine: programación de la Filmoteca y el Cerbuna

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Delitos y cine: programación de la Filmoteca y el Cerbuna

Jorge Marco, Pablo Gracia y Julio Beltrán//

 Programación cinematográfica para la próxima quincena disponible en la Filmoteca de Zaragoza y en el Cine-club Cerbuna

 

 Enamorada (Emilio Fernández, 1946)

Durante la Revolución mexicana, un grupo de zapatistas al mando del general José Juan Reyes toman un pequeño pueblo. La justicia revolucionaria es severa con la élite local hasta que Reyes se cruza de casualidad con Beatriz, hija de uno de los hombres más ricos del pueblo que se encuentra ahora encarcelado. La trama se complica aún más cuando el enamorado general se entera de que Beatriz está prometida con un americano que se encuentra en la capital para comprarle un vestido de novia. Aunque todo esté en su contra, incluida las recomendaciones de un cura amigo suyo, Reyes intentará de todas formas conseguir la mano de Beatriz.

Enamorada

“El Indio” Fernández filma con Enamorada la mejor de sus tres películas reseñadas aquí. Con una bellísima fotografía en blanco y negro nos narra una historia que salta por multitud de géneros -bélico, cómico, romántico…- sin dejar que el ritmo decaiga en ningún momento. Para la posteridad van a quedar imágenes como ese primerísimo primer plano de los ojos de Beatriz mientras unos mariachis cantan bajo su ventana La Malagueña. Tanto le gustó la interpretación de la canción al director mexicano que bastó con una toma para que diera el visto bueno. Además, como antiguo revolucionario, “El Indio” pone en boca de Reyes algunos de los mejores discursos que se han hecho sobre algo tan grande y que tantas pasiones ha levantado en nuestra historia reciente como es la Revolución, tratándola con un profundo respeto y a la vez con una destacable neutralidad. Enamorada se convierte instantáneamente en un clásico del cine mexicano que se gana con creces el derecho a concederle una oportunidad.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 13 y 14 de diciembre, a las 18:00 y a las 20:15 horas, respectivamente

Broken flowers (Jim Jarmusch, 2005)

Don Johnston, magníficamente interpretado por Bill Murray, es un viejo Don Juan cuya vida parece haber caído en un torbellino de aburrimiento y angustia existencial. Su constante expresión seria cambia cBroken flowers posteruando recibe una carta anónima en la que se le informa de que tiene un hijo. Aunque en un principio se muestra reticente, el entusiasmo de su vecino le acaba convenciendo para visitar a sus antiguas amantes y poner así fin al misterio. El viaje que inicia en ese momento le servirá para recapitular sobre su propio pasado y replantear los cimientos de su antigua vida. La experiencia, así como el final de esta historia, no será agradable.

Jim Jarmusch vuelve a dirigir una cinta notable, impregnada constantemente por un sabor a melancolía y hastío que Bill Murray consigue reflejar a la perfección. La importancia del viaje como conocimiento de uno mismo queda clara a lo largo de esas cuidadas imágenes con una iluminación serena pero triste. Puede que sea una de las películas más pesimistas del director estadounidense, pues esa especie de magia que poseen sus otros films apenas existe aquí. La sensación constante es de abatimiento, de dolor mudo. Basta contemplar la mirada de Murray durante un segundo para darse cuenta de que estamos ante una película extremadamente realista y, como sabemos, la realidad no suelen contar con finales felices.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 13 y 15 de diciembre, a las 20:00 y a las 17:30 horas, respectivamente

Only lovers left alive (Jim Jarmusch, 2013)

Una pareja de modernos vampiros se enfrenta a la contaminación de la sangre humana como consecuencia de nuestros malos hábitos. Él, Adam, es un romántico suicida que colecciona instrumentos musicales y que apenas sale de su piso en la abandonada ciudad de Detroit. Ella, Eve, es todo lo contrario, mucOnly lovers left alive posterho más luminosa. Le gusta viajar -la película comienza con ella en Tánger- y conversar, aunque sea con otros vampiros. Cada vez que sale a la calle parece poder sentir cada elemento que se encuentra a su alrededor, como nos muestra Jarmusch con ese magnífico uso de la cámara lenta. Aunque estén separados se aman, y cuando ella vuelve con él se les podría definir como la típica pareja de enamorados con la excepción de que tienen cientos de años, no pueden salir de día y sólo se alimentan de sangre. Pero la paz se ve alterada con la llegada de Ava, la hermana de Eve, que por lo que se deduce de sus conversaciones ya les trajo problemas en el pasado.

El genio de Jarmusch vuelve a brillar de nuevo con luz propia en esta magnífica película que mezcla vampiros, poesía y crítica por la destrucción del medio ambiente. Esos viajes en coche por los oscuros barrios abandonados de Detroit son un perfecto resumen de la delicia visual que es todo el film. Al director norteamericano le bastan dos actores -en este caso nada más y nada menos que Tom Hiddleston y Tilda Swinton-  y un parking para conseguir transmitir amor, sabiduría y decadencia. Gracias Jarmusch por hacernos soñar con cada película.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 14 y 15 de diciembre, a las 18:00 y a las 19:45 horas, respectivamente

Macario (de Roberto Gavaldón, 1959)

Macario es un leñador que apenas gana suficiente para alimentar a su mujer y a sus hijos. El día de muertos, que se celebra con gran pomposidad en México, recibe una fuerte impresión sobre la fatalidad de la muerte y decide no volver a comer hasta que tenga un guajalote -un pavo- entero para él solo. Para esto su mujer roba uno y Macario se va al bosque para comérselo. Allí se negará a compartirlo con el Diablo y con el Señor, pero no con la Muerte. Esta le dará a cambio agua medicinal y el don de saber quién se puede curar y quién no. A partir de ahí empieza su trágica relación con la Muerte.

Macario fotograma

Este film posee una alegoría poética y un impacto visual gracias a la fotografía de claroscuros de Figueroa que, junto a la sobria interpretación de Ignacio López Tarso (Macario), configuran una clara obra de arte cinematográfica. Es deudor en muchos sentidos del estilo de Luis Buñuel y en especial de Los Olvidados, con la abundancia de sueños, personajes simbólicos y una alta plasticidad –como, por ejemplo, los abundantes primeros planos que ocupan el guajalote asado o las calaveras del día de los muertos-. También está salpicada de humor negro y cuenta con una denuncia social de fondo sobre la pobreza y el hambre en México.

Otras influencias importantes son El séptimo sello de Bergman, y especialmente Las tres luces, de Fritz Lang, cuya presencia es más que obvia cerca del final de la película, cuando la Muerte acompaña a Macario para enseñarle las velas infinitas y frágiles que constituyen la humanidad y que se deben apagar según órdenes superiores.

En definitiva  nos encontramos ante un film imprescindible, muy valorado por el propio pueblo mexicano, y una apuesta segura para el placer de los buenos espectadores.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 20 de diciembre, a las 18:00 horas

 Paterson (Jim Jarmusch, 2016)

Abordamos un producto peligroso. Quien se enfrente a él sin saber a qué atenerse de antemano seguramente salga inmediatamente derrotado tras un sonoro “¡Menudo tostón!”. Jarmusch abandona todo tinte extravagante, loco y ornamental para confeccionar su película más introspectiva, cotidiana y poética. El resultado es excitante desde el sentido más sereno de la palabra.

Paterson

Paterson (Adam Driver), un anodino conductor de autobús y poeta para sí mismo, es el protagonista indiscutible de esta película. Este personaje es la metáfora perfecta del mensaje con el que Jarmusch, más optimista que nunca, quiere apuñalar al espectador.  Y es que el mundo está poblado por muchas personas que, pese a parecer insignificantes, guardan la grandeza en su interior, por océanos que aparentan ser gotas de agua en la triste lluvia que compone nuestra sociedad. A lo largo del metraje se produce un íntimo y tímido ensayo sobre el proceso creativo, la humildad, la belleza de lo mundano y el dolor por la pérdida.

Técnicamente el trabajo también es irreprochable. Con una fotografía y encuadre tan poderosos que a menudo obligan a los personajes a buscar el protagonismo en lugar de cedérselo. La actuación de Adam Driver es sin duda la mejor de su carrera, pese a ser momentáneamente eclipsado en la mejor escena de la película por Masatoshi Nagase que personifica aquella frase de Konstantin Stanislavski que declara que ningún papel es pequeño mientras su artista sea un gigante.

Podría seguir escribiendo páginas y páginas sobre esta genial película, pero nada sería suficiente y cualquier cosa sería demasiado. Además, como se desprende de la película, una página en blanco da, a veces, más posibilidades.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 20 y 22 de diciembre, a las 20:00 y a las 18:00 horas, respectivamente

Gimme Danger (Jim Jarmusch, 2016)

Hay quien dice que los viejos rockeros nunca mueren. Y si bien no es del todo cierto, consuela saber que existen personas dispuestas a inmortalizar su vida y obra. The stooges y, particularmente, Iggy Pop quedan finamente retratados en esta película-documental dirigida por el más fiel de sus fans. Gimme Danger

No existen demasiadas personas capaces de plantarse dos horas frente a una cámara sin matar de aburrimiento a quien se atreva a escucharles. Iggy Pop es uno de esos raros especímenes, pese a no ser esta, ni de lejos, la más rara de sus cualidades. Mediante su hipnótico testimonio y las divertidas a la par que perfectamente implementadas animaciones de Jarmusch, seremos transportados a una época y lugar en los que se creía que la música podía cambiar el mundo. Un rocambolesco viaje en el que se nos mostrará la faceta más anarquista, sociópata, macarra y deliciosamente brutal del rock, el reino de The Stooges. El ritmo de la narración es bueno, entretiene y en ningún momento resulta tedioso o repetitivo. Tal vez se le pueda echar en cara su imperiosa prisa por ir al grano, aunque seguramente esto es achacable al tipo de público al que está dirigido.  Y es que Gimme Danger no es una película que sirva de primer contacto con la caótica banda. Es más bien una suculenta golosina para aquellas personas que ya eran fans de Iggy y compañía y esto es algo a tener en cuenta a la hora de abordar el metraje. Grimme Danger tal vez no sea un completísimo y fiel recorrido histórico de la banda. Es más bien una guinda que, curiosamente, nos sabe mejor que el pastel.

Lugar: Filmoteca de Zaragoza

Proyección: día 21 y 22 de diciembre, a las 18:00 y a las 20:00 horas, respectivamente

 

Detroit (Bigelow, 2017)

Con esta película se ilustran los disturbios raciales de Detroit en 1967, cuyo resultado fue 43 muertos y más de mil heridos. En concreto la película se centra en tres negros que murieron tras un brutal interrogatorio por parte de la policía local.

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Con este film Kathryn Bigelow busca la reflexión y el acercamiento del espectador sobre los prejuicios raciales que siguen tan presentes hoy en día. Como ha declarado ya en varias entrevistas, para ella el cine actual tiene el deber de concienciar a los espectadores sobre los problemas  de la sociedad.

Con base en esta idea su filmografía ha evolucionado hasta un compromiso social tan evidente como en En tierra hostil (2008), o en  La noche más oscura (2012), pero quizá sea en Detroit donde la oscarizada directora haya conseguido una mejor narrativa y exposición del tema fundamental de la película, gracias a un lenguaje muy fluido que no duda en llevar la cámara en mano para mantener la tensión en el espectador.

En resumen, es una película muy adecuada para todos aquellos que quieran entender algo mejor los problemas actuales que arrastra la sociedad y un período histórico concreto de los EEUU que no debería caer en el olvido.

Lugar: Cine-club Cerbuna

Proyección: día 16 de diciembre a las 19:00 y 22:30 horas; día 17 de diciembre, a las 19:00 y 21:30 horas

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Pixar, cuéntame un cuento

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Pixar, cuéntame un cuento

Coco es la nueva joya de Pixar que arrasa con la taquilla y nos ha llegado, como casi todos los films de estos dibujantes de sueños multicolores, directa al corazón. Más adelante hablaré de ella pero, de momento, vamos a ocuparnos de hablar un poco de estos dibujantes y de sus cinco mejores cuentos.

Toy Story inició una avalancha de imaginación visual y narrativa que aún hoy supone casi un sello de calidad garantizada cada vez que Pixar lanza una nueva película. La historia de dos juguetes que se convierten en grandes amigos y aliados tras ser enemigos al conocerse supuso todo un triunfo para público y crítica, haciendo que niños y jóvenes de todo el mundo se apropiasen de la sentencia del film convirtiéndola casi en una frase hecha: Hasta el infinito, ¡Y más allá!. ¿Qué tienen en común todos los cuentos clásicos con los que todos hemos crecido? Pues que todos ellos se lleva a cabo una premisa sencillísima hasta las últimas consecuencias que la fantasía permite, aderezando ese viaje con detalles inolvidables. Un patito diferente al resto descubre que es un cisne, una bella durmiente necesita un beso de amor verdadero para despertar, un muñeco de madera quiere ser real, dos muñecos con vida luchan por volver a casa junto a su niño…

Cierto es que Pixar ha tenido sus patinazos, pero todo es cuestión de perspectiva, de quién vea (lea) las películas (cuentos). Sin embargo, del mismo modo que las fantásticas joyas del Estudio Ghibli -del cual también haré lista con el regreso del maestro Miyazaky, que no os quepa duda-, Pixar es sinónimo de calidad; de fantástica calidad, como ya hemos contado. A continuación, os dejaré una lista de sus mejores cuentos, los más maravillosos y originales a mi parecer.

Imaginad que un niño pequeño va a irse a dormir y que, igual que en La princesa prometida, su abuelo le va a contar un cuento. En este caso, cinco cuentos recopilados en un grandísimo, viejo y encantador libro lleno de muchas otras historias. El abuelo empieza un poco más adelante del primer cuento del libro; va a ir, como siempre, de menos a más. Pero… ¡Qué difícil es elegir sólo 5! El libro que lleva años escribiendo Pixar es muy grande y podéis leerlo -o releerlo- entero cuando queráis. En él también encontraréis peces perdidos y desmemoriados, nuevas aventuras de juguetes con vida, coches veloces e intrépidos y princesas indomables. Y también relatos de pocos minutos con ancianos jugadores de ajedrez o nubes que crean bebés para las cigüeñas…

***

¿Qué os parece un poco de música mientras leemos? No hay nada mejor…

 

  1. Ratatouille

El cuento: Una pequeña rata enamorada de París y de la comida instruye a un joven chef sin talento gastronómico consiguiendo que ambos se conviertan en los reyes de la cocina francesa.

El cuentacuentos: Brad Bird, Jan Pinkava y Jim Capobianco.

Los dibujos: Es muy fácil engatusar y enamorar al público si los haces viajar hasta París, la ciudad más bonita del mundo. Pero el mérito real se hace presente cuando les cuentas una historia dramática de cómo descubrir la felicidad en la vida después de un largo período de aislamiento emocional. Exacto, no hablo del joven Lingüini y su romance con Colette; tampoco de la aventura de la herencia de Gusteau, ni del viaje del simpático e incontenible Remy -y eso que cualquiera de estas tramas serían suficiente

ratatouillepara resumirlo-. Hablo de ese crítico de cocina, uno de los mejores villanos del cine reciente; un personaje que nos presentan tan oscuro que así lo creemos. Es un creído, un solitario, un pedante… Un triste villano. Y así es, desde su plano de presentación -inmejorable, sombra digna del Disney más clásico atravesando la puerta- hasta su petición de un plato de la mejor “perspectiva”. Es un villano hasta que descubrimos la moraleja real del cuento, hasta que llegamos a ese luminoso y felicísimo final, pasando por el recuerdo del crítico al probar el postre que le prepara Remy, desarmándonos. No hay coraza que valga, la emoción nos embarga. ¿Final felicísimo por qué, preguntáis? Acaban almorzando todos juntos en un ático/restaurante con vistas a la Torre Eiffel, sencillamente por eso ya valdría. Pero vemos al crítico, después de su valiente reseña sobre la cocina de una pequeña rata, disfrutando de lo que todos podemos disfrutar si recordamos que sólo debemos salir de nosotros mismos para ser felices.

El pasaje favorito del niño:

– ¿Qué desea de postre?

– Mmmm… ¡Sorpréndeme!

 

  1. Los Increíbles

El cuento: Una familia de superhéroes debe luchar unida para salvar a la ciudad de una gran amenaza.

El cuenta cuentos: Brad Bird. Si, otra vez él. Adoro a este tío.

Los dibujos: ¿Qué es lo más importante en las aventuras y en la comedia? El ritmo. Olvidad el tempo lento del thriller clásico o del drama intimista. En esta aventura familiar llena de humor, lo que prima es un ritmo tan arrollador que consigue lo que las grandes obras de este género llevan consiguiendo décadas en el cine. Cuando la pillas elos increiblesn televisión es totalmente imposible quitarla. La ves otra vez, te hechiza. Es el ritmo, chicos. Y no sólo se conforma con embriagarte con una montaña rusa de emociones, no, no. También profundiza en cada uno de sus personajes hasta el punto de crear en cada uno de ellos matices que ya quisieran muchos otros films que presumen de ser más “adultos” que una película de animación. El trauma de Síndrome -recordad que se trata de todo un sociópata asesino, algo valiente ya que es un film “para niños”-, la frustración del matrimonio, las preguntas y el entusiasmo de los hijos… Todo nos acompaña en este cuento que no escatima en la acción más actualmente “palomitera” y en el estilo más atemporalmente latino -esos bongos de la banda sonora-. Perfecta historia para ir al cole con ganas.

El pasaje favorito del niño: Dash descubre que puede correr encima del agua. El niño aplaude al darse cuenta de que acompaña a Dash en el cuento.

 

  1. Wall-E

El cuento: Un robot recoge deshechos está solo en el planeta. Un día, se enamora de un robot explorador y juntos corren una gran aventura para salvar el futuro del ser humano en la Tierra.

El cuenta cuentos: Andrew Stanton, Jim Reardon y Pete Docter.

Los dibujos: El diseño del entrañable Wall-E está hecho para deshacernos el corazón. Desde la triste postura de sus ojos hasta los movimientos de sus ruedas. Wall-E es un poco como todos nosotros. Nos ocupamos únicamente de ser felices con lo que la vida nos ha ofrecido hasta que descubrimos algo más grande que nosotros mismos, haciéndonos parte de ello. Luchando por ello. Eva lo quiere porque en ningún momento la abandona, anteponiendo la lucha de ella a su oficio o sus ilusiones. Porque nada es más importante para Wall-E que Eva y su misión de salvar la tierra. Pero, como siempre, el cuento no se limita a contar una historia de amor entre dos robots. Podría ocupar muchas líneas en el resto de tramas… Pero podemos resumirlo en esa escena en la que el capitán de la nave, por fin, se levanta y se enfrenta al piloto automático -maravillosa metáfora de lo que ya vivimos con nuestros dispositivos móviles e internet- ante los ánimos y aplausos del resto de ocupantes humanos de la nave. Sed sinceros, aunque no lo hicierais… ¿¡De verdad no os entraron unas ganas locas de aplaudir en esta escena!?

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El pasaje favorito del niño:

– Yo no quiero sobrevivir. ¡Quiero vivir!

 

  1. Del revés

El cuento: Los cinco sentimientos primarios de una niña trabajan a diario dentro de esta para que lleve una vida feliz. Pero cuando las cosas cambian en la vida de la pequeña, los sentimientos deben unirse para no perderse.

El cuenta cuentos: Pete Docter, Meg LeFauve, Josh Cooley, Ronnie Del Carmen.

Los dibujos: Los mundos de Pixar están confeccionados en un mismo universo, un universo, como ya hemos citado antes de abrir el libro, multicolor. Alegría, Tristeza, Asco, Rabia y Miedo se dan la mano rodeados de recuerdos e islas de emociones. La idea de este film es tan sencilla, tan primaria y tan directa que cuando la vi me dio la impresión de que llevaba escrita desde hacía siglos y que estaba esperando a ser contada en algún rincón de la memoria colectiva. Que al final, el sentido no se quede en la madurez, en afrontar los cambios y crecer con sabiduría y de forma sana, como todos deberíamos haber hecho en nuestros cuentos personales, sino que también nos de esa lección, tan obvia y emocionante, de que la melancolía de vez en cuando es necesaria, dejando que la alegría y la tristeza se den la mano, reconfortando nuestras lágrimas. Todo ello hace que este cuento sea, no sólo maravilloso como todos sabemos, sino también necesario. Y ese es uno de los mayores logros que puede conseguir una fábula.

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El pasaje favorito del niño: Cuando Bing Bong consigue que Alegría vuelva a formar parte de la vida de su niña: “- ¡Llévala a la luna por mí!”

 

  1. UP

El cuento: Un viejo gruñón zarpa con su casa y sus globos de colores hacia el destino con el que soñaban él y su fallecida mujer. En su aventura lo acompaña un adorable, intrépido y gordito explorador.

El cuentacuentos: Bob Peterson, Pete Docter y Thomas McCarthy.

Los dibujos: Hay una razón que impera por encima de todas las demás por la que UP ocupa el primer puesto. Vivimos en una época en la que creemos que escasea la imaginación. Pero pensad que cada minuto nace alguien en el mundo y ese alguien puede imaginar algún día una nueva historia que no hemos leído ni visto nunca. La capacidad de fascinación de este film reside, en mi opinión, en el hecho de que sus creadores enclavan en una realidad probable toda la aventura. En el resto de cuentos, las realidades suelen ser improbables. En este, no.

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Aunque sea llevado por la fantasía más extrema y literalmente no sea posible lo que sucede, lo que sucede lo hace en la realidad. ¿Cómo lo consigue? Con esos 10 primeros minutos en los que vemos por qué el viejo gruñón es como es. A partir de ahí, nuestras almas se hinchan con el cuento como los globos que hacen volar su casa. La amistad entre el viejo y el niño, adoptando a un perro parlanchín, enfrentándose a un -como ocurre siempre en Pixar y gracias por ello- gran villano con historia propia, en busca de un “gamusinito” y haciendo que la aventura no cese mientras el niño se emociona cada vez más. Estos cuentacuentos, con UP, crean algo único, hacen que la imaginación se vuelva loca, en un marco real y probable. La imaginación, eso que hace que volemos de vez en cuando sin la necesidad de soñar.

El pasaje favorito del niño: Dug, el perro parlanchín, se presenta en la puerta del viejo gruñón ofreciendo la mejor excusa del mundo:

“- Estaba esperando en tu puerta porque te quiero”

 

Un nuevo cuento, COCO

No entiendo por qué muchos críticos acusan a este nuevo film de Pixar de ser fácil, menor en su filmografía y de carecer de nuevas ideas. Cierto que el mundo de los muertos de la cultura mexicana ya había sido explorado antes –El libro de la vida, producida por Guillermo del Toro y que también os recomiendo-, pero en este cuento sencillo se trata con un cariño especial todo lo que este mágico y entrañable Día de los Muertos significa para México y su gente, además de, por supuesto, mil ciento y un detalles más.

El cuento: La pasión del pequeño Miguel por la música lo llevará hasta la tierra de los muertos el día de Todos los santos, donde encontrará a sus antepasados y vivirá una gran aventura contra el tiempo y la memoria.

El cuenta cuentos: Lee Unkrich, Jason Katz, Adrián Molina y Matthew Aldrich.

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Los dibujos: No me extraña que sea la película nº en México de toda la historia. La cultura popular del pueblo de América del sur rara vez ha sido representada así. Aplauso para la intervención de Frida Khalo; aplauso al imaginario colectivo de telenovela, de telefilms conquistadores llenos de truhanes y vividores, de espíritus guías y calaveras luminosas y elegantes, hasta la última de ellas, aquellas que están a punto de ser olvidadas. No me adentraré más en el golpe directo que nos llega hasta lo más hondo, no quiero reventároslo por nada del mundo y no permitáis que nadie lo haga, porque los últimos diez minutos de este nuevo cuento son, probablemente, los más tiernos y emocionantes minutos finales que he visto en una sala de cine desde los de Big Fish de Tim Burton, film al que evoca, como también del director norteamericano La novia Cadáver y, volviendo a Ghibli y Miyazaky, El viaje de Chihiro, concretamente a la escena de la revelación de Jaku. Ya lo entenderéis cuando la veáis (leáis), tranquilos. Por no hablar del doblaje… Menos mal que han dejado el mexicano, porque, ¿quién no se ha acordado al ver Coco de las películas clásicas de Disney con las que crecimos con el doblaje suramericano? ¿Es un cuento fácil? Pues claro que sí. ¿Qué cuento, en esencia, no lo es? Pero si te dejas llevar por las canciones de Miguel y de su familia y ancestros, adentrándote en ese plano general en el que descubrimos la tierra de los muertos junto al pequeño y su inseparable perro Dante, recordarás este cuento para siempre, del mismo modo que Coco también recuerda.

El pasaje favorito del niño: Sencillamente, mirad el cartel del film.

***

El cuento, de momento, se ha terminado. El niño se ha dormido y el abuelo ha cerrado con cuidado su puerta. El abuelo va al salón, enciende una pequeña lámpara y descubrimos con ilusión y sorpresa por qué ha ido saltando de cuento en cuento al contárselo a su nieto. ¡El libro no está terminado! Aún quedan muchas páginas en blanco, así que el abuelo coge la tinta y la pluma y se prepara para escribir nuevos cuentos entre los que saltar para contar a su nieto. Esperemos que nunca se acaben ni la tinta, ni sus palabras, ni su imaginación.

P.D. Para lectores de cuentos y editores de Zero Grados: Estimada editora de la revista, si no he incluído Monstruos S.A., mi favorita de Pixar, es porque forma parte de otra lista, la de las mejores películas de animación jamás hechas. Disculpe las molestias. ¡Seguiré escribiendo!

La entrada Pixar, cuéntame un cuento aparece primero en Zero Grados.

Nacho Vigalondo: la buena carne es la que no precisa salsa

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Nacho Vigalondo: la buena carne es la que no precisa salsa

Texto: Jorge Marco, Pablo Gracia y Julio Beltrán//

Después de participar en una agradable tertulia y vermú organizado por Ozone TV, Nacho Vigalondo, uno de los directores de cine más internacionales de este país, nos ofreció una amable charla sobre el cine en general y el suyo en particular. Director de obras como Cronocrimenes, Colossal, Open Windows y una multitud de desternillantes cortos, Nacho Vigalondo ha sido uno de los asistentes más ilustres del Festival de Cine de Zaragoza. Un cineasta atrevido y original que ha sabido permanecer fiel a su estilo pese a su ascenso hasta las más altas cotas del séptimo arte.

-Al igual que muchos otros cineastas, llegada la oportunidad, dejaste los estudios para dedicarte al cine. ¿Qué formación consideras que debe tener un director?

– Hay algo que debería matizar: dejé la carrera con muy pocos créditos por cumplir porque empezó a salirme trabajo. Eran otros tiempos y era más fácil que te saliese trabajo mientras seguías siendo un estudiante. Me convencí a mí mismo de que volvería a la carrera cuando tuviese ocasión, pero cuando la ocasión llegó, unos años más tarde, me convencí a mí mismo de que ya no hacía falta. Me engaño mucho a mí mismo, constantemente. De todas formas no puedo hablar de la carrera con despecho: la gente con la que trabajo, la gente a la que considero mis socios, son personas a las que conocí el primer día de carrera.

– El ambiente universitario anima mucho a embarcarse en proyectos así…

Exacto. Si bien no acabé la carrera, de no haberla empezado no estaría aquí, o estaría en otros términos diferentes. Sin haber conocido a Nahikari o a tanta otra gente que forma parte de mi comunidad y sin haber trabajado en los cortometrajes de esa época no sé dónde estaría. Si cogemos a todos los cineastas e intentamos establecer relaciones entre la calidad de su cine y su nivel de estudios en universidades, escuelas de cine o su autodidactismo, veremos que no hay una proporción clara.

Os digo una cosa que suelo procurar no mencionar para evitar que parezca chuleo. Al comenzar la carrera solamente dos compañeros de clase habíamos hecho cortos en el instituto, Borja Cobeaga y yo. Y creo que no es casual que hayamos sido los primeros cineastas de la promoción. Con esto no quiero decir que seamos los mejores del mundo; lo que intento decir es que lo más decisivo es lo que hagas al margen de tus obligaciones como estudiante. Lo que no recomiendo es permanecer en un letargo estudiantil hasta que, de repente, acaben los estudios y entonces tener que empezar a plantearse a uno mismo como director partiendo de cero.

– ¿Crees que el cine español tiene un complejo de inferioridad frente a otros cines europeos o mundiales?

Creo que, en general, todo el cine latinoamericano tiene un complejo parecido. Cuando viajas a festivales en Argentina, Uruguay, Colombia… ves que ese auto desprecio existe también allí. Y no me atrevería a asegurarlo pero en general todos los países tienden a entender que su cine es un producto de vecindario y que son otras cinematografías las que tienen valor. Yo creo que España no es diferente a otros países. Podéis decir que en Estados Unidos no es lo mismo, que hacen una celebración constante de su cine, pero no; tampoco se entiende que por ser una buena película tenga que ser americana. No es raro oír que una película parece europea o asiática cuando es muy buena, o sea que la atracción por lo lejano es algo que se da en todas las culturas.

– Lo pregunto porque no es raro oír que el cine español es una “basura”…

Es una maldición que venimos arrastrando desde siempre y de la que todos participamos. Hay que tener en cuenta que ese pensamiento se mantiene constante a lo largo de los años mientras que el cine español no ha dejado de cambiar, al menos la sensación que yo he percibido desde los ’80 en adelante es que el cine español no se parece en nada a lo que era y me atrevería a decir que se ha conseguido reinventar cada década de un modo sustancial. Hay que acusar que las quejas hacia el cine español son más inmutables que el propio cine español.

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-Dada la estrecha relación estructural que existe entre música y cine en tu corto 7:35 de la mañana ¿cuál dirías que es la relación entre música y cine?

El corto es un musical entre comillas porque todo el sonido es diegético, es decir, que lo que tú escuchas lo están escuchando los personajes y está dentro del marco en el que se desenvuelve la narración. En una película, si alguien toca la guitarra en el metro, eso es música diegética. Otra cosa es la música que suena por encima de la conciencia de los personajes, que es lo que llamamos la banda sonora. Nadie en E.T. está escuchando la música de ET., por lo cual, estamos hablando de dos planos muy distintos. Me siento muy a gusto con la inclusión de música diegética en mis películas, como la canción de Blondy en Los Cronocrímenes y aunque siempre incluyo música tradicional orquestal en mis películas tengo que reconocer que, teóricamente, no he encontrado una explicación real de por qué el cine necesita música.

-¿Y crees que el ritmo de la música tiene algo que ver con ese suspense o atmósfera del que hablas en Una lección de cine?

Si tú vas a la barbacoa de más prestigio de Texas ahí te explican que la buena carne es la que no precisa salsa de ningún tipo, con lo cual la salsa es un añadido que se utiliza para que la carne que no está buena nos entre bien. A veces me pregunto hasta qué punto la música no es la salsa del cine. Respondiendo de otra manera, ¿Por qué no valorar que una película tenga un ritmo interno válido y una progresión interna fantástica y que no necesite música? Ahí están los grandes maestros del cine mudo. Tienen una música que puedes quitar perfectamente bajando el volumen del televisor porque no está compuesta ad hoc casi nunca, o sea, es una pista uniforme. Es el tipo de preguntas que me vienen cuando veo películas como Los pájaros de Hitchcock. Funciona al cien por cien, no hay música, y lo más importante es que no se echa de menos la música. Me pregunto qué pasaría si de repente hiciésemos películas sin música.

-Bueno, me parece que Luis Buñuel apenas utilizó algo más que los tambores de Calanda…

En sus películas mexicanas sí que había música, pero ahora estoy intentando recordar Viridiana o Tristana y no recuerdo música, así que puede que tengas razón ahí.

-En el cartel y en la temática absurda y violenta de tu corto, Choque, se hace una clara referencia a la saga de videojuegos GTA. En los últimos años hemos visto como la industria del videojuego ha evolucionado enormemente hasta el punto de convertirse en otro modo muy efectivo de contar historias. ¿Qué relación crees que tendrán en un futuro estas dos industrias? ¿Confluirán? ¿Veremos a directores de cine trabajando en videojuegos?

– Es algo que se lleva diciendo mucho tiempo. Recuerdo como a finales de los 90 salió un añadido para la consola génesis en forma de lector de CD que te permitía jugar a películas. ¡Aquello era horrible! Siempre se ha jugado a la posibilidad de que el cine y el videojuego converjan. Tenemos las adaptaciones de videojuegos al cine, la última que se ha anunciado es la de Rampage. Es un videojuego que no conoceréis pero que os recomiendo enormemente en el que interpretas a un gorila gigante, un lagarto y un lobo y destrozas edificios, te comes a gente a través de las ventanas y revientas helicópteros… una maravilla. Están también los videojuegos que quieren parecer películas y son abiertamente cinematográficos. Pero creo que son dos territorios que siempre van a estar separados. El juego es la posibilidad de la interacción, la transformación del objeto a través de nuestra voluntad y el manejo del interface. Cuanto más interactivo es un juego, mejor. Sin embargo, en una película… pensad en vuestra película favorita: cuanto menos interactúes, mejor. El placer de una película es el placer de no tener nada que ver con ello. Yo veo Fargo, de los hermanos Coen, y pienso que gracias a dios no tengo nada que ver en eso. Veo Terroríficamente muertos y pienso qué maravilla de película, qué bien que yo no tengo nada que ver con ella. Luego podrán inspirarme para hacer mis películas, pero esta no la quiero tocar.

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Fuente: Twitter de Nacho Vigalondo

Explicado de un modo más simple. Yo juego a videojuegos mucho y veo muchas películas y después de ver una película me apetece jugar y después de jugar puede apetecer ver una película. No creo que un placer y el otro acaben fusionándose en el mismo.

-¿Entonces no cubren las mismas necesidades?

En absoluto. ¡No hay nada como ver una película con una persona con la que sientes gran cercanía y no hay nada como estar jugando solo como un loco a GTA!

– ¿Cómo es la industria del cine desde dentro? Porque la gente sólo ve los premios y las alfombras rojas pero detrás de una película tiene que haber un trabajo considerable…

Claro, tú piensa que una película tarde en hacerse de tres a cinco años y es un viaje lleno de vaivenes en algunos momentos. Hay momentos depresivos, momentos de incertidumbre… Para que te hagas una idea, yo no recuerdo el montaje de una película que no incluya, al menos, dos momentos de crisis; no porque algo vaya mal sino de confianza en uno mismo con el material que se está trabajando. Hay un momento muy duro en el que te vas a la cama con la convicción de que estás haciendo una mierda. A lo mejor el día siguiente te despiertas con otro ánimo y vuelves a la sala de montaje con dos ideas increíbles que te permiten quitar veinte minutos de golpe y así la película deja de ser aburrida, pero la epifanía llega tarde. Yo siempre he pensado que los directores de cine envejecemos muy mal, la genética es importante pero creo que se debe a un trabajo que te somete a una total falta de ritmo vital. O estás muy ocupado o estás terriblemente desocupado. Y luego hay otra cosa terrorífica y es que nunca sientes que has llegado ahí, nunca sientes una estabilidad que va a prolongarse el resto de tu vida. Quizá ya no exista esa estabilidad en ningún trabajo pero en el cine menos que nunca. Puede que después de haber hecho una película de éxito tardes demasiado en hacer la siguiente y no lo digo por mí, lo digo por gente con mucho más prestigio que yo. Alguien como Enrique Urbizu dirige No habrá paz para los malvados y tarda muchísimo en hacer su siguiente largometraje. Yo cuando tenía vuestra edad y ya soñaba con ser cineasta pensaba que una vez que hacías una película ya estabas en Peliculandia y que ya eras director… quizá los directores españoles de la época nos daban esa impresión, hacían película tras película sin tener en cuenta la recepción que se tenía de su trabajo. Pero ya no es así.

Open Window fue la primera película que rodaste en inglés. ¿Crees que cambiar de idioma supone una gran dificultad a la hora de dirigir a los actores?

Sería un problema si dirigir a los actores supusiera un lenguaje técnico específico. Debe ser difícil ser neurocirujano en otro idioma. Pero esta es una labor que al igual que otras facetas de la dirección depende mucho de la capacidad que tengas para ser preciso a la hora de escribir lo que quieres, y esa dificultad es la misma que en castellano. Es mayor la dificultad de saber lo que quieres que de saber contarlo. Saber lo que quieres, a veces, es muy complicado. Por ejemplo, para elegir qué opción prefieres para colocar la cámara o para que un actor afronte determinados puntos del guión, etc., una vez que lo sabes no necesitas un lenguaje muy específico para contarlo. Por supuesto tienes que tener mucho cariño por la gente que te rodea y ser muy generoso a la hora de explicarles los qués y los porqués.

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Nacho Vigalondo con los chicos de Ozone TV. Fuente: Ozone TV

-En los últimos años el cine de taquilla sufre. Las grandes producciones salen adelante pero el cierre de pequeños cines y la subida progresiva e imparable de los precios producen una pérdida de espectadores y muchos obstáculos a los nuevos artistas que querrían darse a conocer. ¿Cuáles crees que son las causas de este fenómeno? ¿Quiénes son los culpables?

Se ha producido la desaparición de la clase media cinematográfica. Las pequeñas películas tienen ahora un mercado muy específico que son los festivales de cine, y solo las grandes superproducciones cuentan con el apoyo de las multinacionales y llegan a los cines con una acogida respetable.

-¿Quiénes han sido los responsables, cuáles han sido las causas?

Hemos sido todos. Es una decisión que hemos tomado entre todos y todos compartimos. A veces, cuando se habla de estos temas, se comete un poco una cosa muy antipática y es que cada grupo habla solo de los deberes ajenos. Por ejemplo, cuando el tema de la piratería brotó y era omnipresente se oía mucho decir “Estos son mis derechos y estas vuestras obligaciones”. Cuando la verdad es que todos tenemos derechos y obligaciones en cierta manera. Creo que todos somos culpables, o mejor dicho, responsables, porque tampoco habría que condenar la situación actual. Somos responsables de que en un momento dado hayamos optado por vías de consumo al margen de la industria y hayamos cambiado de hábitos. Por comodidad o egoísmo. Es algo en lo que entran en juego tanto consumidores, creadores, distribuidoras, productoras… todos tenemos la responsabilidad. No se ha sabido reaccionar bien al cambio de paradigma tecnológico que se ha producido.

Al final, todo se reduce en el hecho de entender si hay valor en ir al cine y compartir  un espacio con desconocidos a la hora de ver una película en la gran pantalla. Debemos decidir si esa experiencia merece la pena o podemos esperar un poco más a que este en Torrent o Netflix. Yo creo que ahí radica la diferencia. El valor de una sala de cine no está en el tamaño de la pantalla, la calidad del sonido o alguna otra circunstancia técnica, está en la experiencia comunal, en la experiencia de grupo, en la creación de ese sentimiento de comunidad que dura lo que dure la película. Para mí eso es lo valioso del cine. Ahora bien, que eso sea algo tan valioso como para preservarlo es algo que debemos decidir entre todos.

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– ¿Cuándo es uno consciente de que es famoso?

La ficción nos ha obligado a creer que los estados son constantes. De repente algo sucede, hay un giro en tu vida, y eso cambia el estado de la situación cuando en realidad no es un sentimiento constante. Hay muchos momentos en mi vida en los que me siento…quizá no famoso pero sí popular; pero luego hay momentos en los que me doy cuenta de que no lo soy en absoluto. Ahora, por ejemplo, en esta entrevista, me decís que estáis nerviosos porque es vuestra primera vez y pienso que igual soy importante, pero luego tengo un estímulo en un tuit que me confirma que no. Tengo una dificultad en las colas de las discotecas… ¿Se sigue diciendo discotecas? Digamos en un club a las dos de la mañana y una parte de mí, al ver la cola, dice: “¿Por qué no vas donde el portero y cuentas con que te reconozca y te deja pasar?”. Pero no me atrevo porque no lo doy por hecho, con lo que me quedo en la cola, pero allí hay gente que está muy borracha y que se ve, desde su borrachera, autorizada a darme la brasa. Y en ese momento pienso que tengo lo peor del anonimato y lo peor de la fama. En resumen, es muy fácil auparme y es muy fácil hacerme bajar.

-Cuando un espectador va a ver una película tuya, ¿Qué buscas o qué esperas provocar en él?

No creo que se formule así, quiero decir, que no hay un momento en el proceso durante el cual me ponga a meditar lo que quiero que esta película provoque en el espectador. Es todo mucho más intuitivo. Tienes la película y dices: aquí les voy a conmover o aquí van a pensar que todo lo que han visto hasta ahora no vale para nada; o aquí les voy a hacer sentir lo que esta película me hizo sentir a mí. Tiene que ver más con sentimientos e impulsiones lúdicas y de gozo que con un plan maestro premeditado. Otra cosa es que la película la haga una multinacional y quiera calcular al detalle las risas y las lágrimas del público, pero esa es otra historia.

-Pero a la hora de recapitular, ¿No piensas qué he hecho o qué he dejado con estas películas?

Llega una edad en la que empiezas a pensar todo en conjunto, pero estás muy ocupado preparando la siguiente. Sería muy mala idea que yo dedicase un tiempo significativo a la reflexión sobre todo lo que he hecho porque eso es algo que tendrán que decir otros. Cualquier cosa que piense yo va a estar distorsionada por mi falta de distancia y por el momento. Me remito a lo que dije antes acerca de los sentimientos cambiantes. Hay momentos en los que pienso que no he llegado al fondo de ningún asunto y que nada de lo que he hecho va a perdurar y otros momentos digo “¡Vaya cuatro pelis más interesantes y más diferentes, y con el mérito de que no son taquilleras!” Es decir, no hay un sentimiento válido y constante. Hay miedos y hay ilusiones y ni una cosa ni la otra son definitivas.

– ¿Sueles ver tus películas con el tiempo? O eres más de la opinión de Orson Welles, que odiaba revisarlas.

Es muy normal odiar volver a verlas. Cuando veo una de casualidad sí, haciendo zapping o en casa de alguien… y me suelo sorprender de la agresividad de algunas decisiones que en el momento me parecían inocentes. Pasado un tiempo pienso: “Joder, estaba loco”. Pero no, no es algo que vaya buscando. Tengo muchísimas películas por ver y muchísimas películas pendientes por lo que no voy a malgastar el tiempo volviendo a ver las mías cuando he vivido tanto tiempo dentro de ellas, o sea, que sintonizo con Orson Welles.

– ¿Tienes algún proyecto cercano?

Sí, The Comeback, la película que voy a hacer con Skybound Entertainment y en la que estoy escribiendo estos días. Va a ser una vuelta al territorio de Cronocrímenes a través de la obra de otros, porque en el cómic en el que se inspira hay una premisa de viajes en el tiempo muy atractiva. Voy a aprovechar la adaptación de esta película para revisar algunas cosas que había en Cronocrímenes pero con una óptica diferente, para no repetirme tampoco. Bueno, y al igual que en Colossal había una frase de Juan Carlos I, esta película empezará con una frase de un importante político español. Esta es una exclusiva solo para vosotros.

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Fuente: Ozone TV

-¿Qué les aconsejarías a quienes, como tu hace algunos años, dan sus primeros pasos en esta industria en el Festival de Cine de Zaragoza?

Lo primero, que no escuchen los consejos de gente como yo. Pertenezco a un contexto muy diferente al de ellos. A veces me siento ridículo hablando con cortometrajistas sobre las dificultades para conseguir trabajo y sacar adelante presupuestos y tal… Y claro, como es tan diferente a mi contexto, pues me siento un poco ridículo dando consejos.

También es cierto que las cámaras que hay ahora son las cámaras con las que se soñaba en mi generación. Existía la creencia casi religiosa de “¡Ya llegarán esas cámaras, y cuando lleguen, habrá una revolución! Todo va a cambiar, la tecnología nos va a permitir ser dioses”. Pues bien, esa tecnología ya ha llegado y me da la sensación de que no somos conscientes del valor que posee. Me da la sensación de que se están intentando reproducir modelos antiguos de producción y de financiación cuando las cosas están exigiendo un cambio de paradigma muy distinto.

Como veis no es un consejo muy válido el que estoy dando ahora. No sé, como hay una obsesión reinante en todas partes acerca del dinero, que no olviden que el dinero siempre es el menor de los problemas; el mayor problema siempre es decidir qué quieres; eso es el doble de complicado que conseguir el presupuesto para algo. A veces, con la arrogancia de la juventud, pensamos que solo necesitamos dinero para que nuestro genio llegue a los focos, que somos el siguiente Kubrick. Nunca es así, el dinero no es suficiente, hacen falta toneladas de introspección y planteamiento del propio punto de vista. Saber qué merece ser contado y qué no. Intentar no repetir las cosas que a uno le han gustado porque, si no, uno no hace más que mover piezas de sitio. Son cuestiones mucho más insoldables y en las que normalmente no se piensa. Se está mucho más preocupado por la pasta o por dónde alquilar coches de época.

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Aullidos

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Aullidos

Carmen Velasco Rengel//

Genealogía de atrocidades: el eterno retorno de la bestialidad del macho

Hay que hacer un acto de reflexión para finalizar el año. Debemos parar en seco el horror de la violencia contra la mujer, repetición de repeticiones a través de los siglos. No pedimos justicia ejemplarizante, pedimos justicia, la única arma contra «las manadas»; necesitamos cortocircuitar esta barbarie. Deseamos dar fin a la plaga del odio hacia nuestro sexo.

Eterno retorno: primer cuarto del siglo XXI

Se oyen los aullidos. Se siguen oyendo voces tristes y prolongadas. Grupos de animales que no son lobos ni perros, no son hombres lobo; aunque parezca mentira son de nuestra especie, la humana. El eco no deja de oírse nunca, así que pasen los siglos. El hombre es un lobo para la mujer.

La peor pesadilla de una mujer es volver a casa o ir a algún sitio caminando cuando está oscuro y oír chasquidos de mandíbulas acercándose y chocando con fuerza en la oscuridad. Percibir algo con montones de dientes y garras llenos de sangre caliente. Mientras tanto, la mujer siente pánico y especula, construye excusas, se habla a sí misma para tranquilizarse. Se agolpa en su cabeza todo el peso del pasado y teme lo que puede ocurrir, lo que ojalá no ocurra. “Por favor, no digas que salgo sola por la noche, no vaya a ser que me violen y me juzguen por eso”. “Oye, no le digas a nadie que veo ‘porno’, no sea que la manada me salte encima”. “No digas que me gusta masturbarme, puede salir cualquier lobo para intentar remediarlo”. “No digas que me preocupo por mi imagen, por si estoy gorda, por si estoy guapa, no vaya a ser que digan que solo me preocupa gustar y me estoy ofreciendo para una violación en masa… O para ser violada por una manada…”. Y si ocurre… “No, no le cuentes a nadie que me han violado porque he ido a casa con un hombre, qué vergüenza, nadie lo creerá”.

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Calla. Debes callar esa perversa voz interior; en el fondo, lo que tú buscas te está buscando a ti. Al fin y al cabo, no eres más que una buscona. “¿Qué es lo que busco?”, te interrogas angustiada; ¿qué buscan las mujeres a estas alturas del siglo veintiuno?

Freud se lo preguntaba ya a principios del veinte. ¿Qué quieren las mujeres? Para él, como para muchos hombres, las mujeres no sabemos lo que queremos, somos seres fallidos, como cortados por un tajo en el cuello: la cabeza va por un lado, el cuerpo por otro. Hay una fábula budista ilustradora que tomo prestada de Beatriz Preciado -ahora Paul B. Preciado- en su fundamental Testo Yonqui (2008). Se titula Decapitar a la filosofía. Una discípula preguntó hace años a un maestro budista qué era la filosofía y cómo aprendería a pensar. Le respondió con esta fábula: Una joven aspirante a la filosofía sube una montaña acompañada de su viejo maestro. Caminan juntos por una ruta sinuosa y empinada que bordea la montaña y se cierne al borde del precipicio. El maestro le ha prometido que antes de llegar a la cumbre le será ofrecida la posibilidad del entendimiento. Sin embargo, le advierte que la tarea será ardua. La discípula insiste, quiere saber más. La subida es difícil y la joven empieza a desesperar. Caminan durante horas y están a punto de llegar a lo más alto, cuando de repente el maestro saca una cuchilla voladora de su mochila y la lanza hacia el vacío sacudiendo ligeramente la mano. La hélice se vuelve hacia el maestro y corta de un tajo impecable su cabeza. La sangre salpica la cara de la discípula que observa la cabeza estupefacta: la cabeza seccionada con los ojos despiertos rueda por una de las laderas de la montaña, mientras el cuerpo, con los brazos aún agitados, se desliza por el otro lado hacia el precipicio.

Ya está. Su maestro le ha ofrecido un “regalo”: elegir entre la cabeza y el cuerpo, realizar la experiencia de la separación. Este es el desafío de la mujer: o corre detrás del cuerpo o de la cabeza. La mujer es la naturaleza, el cuerpo; y el hombre la cabeza, ese es el discurso universal que ha pretendido «la razón patriarcal» y de ese modo ha ignorado a una gran parte de la humanidad.

Ante la visión de la cabeza femenina rodando ladera abajo y el cuerpo intentando cogerla, los rumores pasan de unos a otros, de una manada a otra: Miradlas, qué espectáculo, buscan su cabeza, no saben ni dónde la tienen. Y entonces nos lanzamos por la cuesta de la vida buscando la cabeza e intentamos eludir los aullidos.

Siempre ha sido así, perdemos la cabeza, las cargas nos sobrepasan. Apostamos y las bolas negras salen de nuestro bombo sin cesar.

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La historia viene de lejos. Una historia penosa, una historia para llorar, como suelen ser las historias. Una historia de violencia contra las mujeres. Un reproche constante recae sobre el sexo femenino —ese sexo llamado débil— si salimos de nuestra función maternal y de cuidadoras de todo, incluyendo el orden establecido.

No hay espacio ni tiempo para reflejar las afrentas acumuladas; intentaremos simplificar, no obstante, saltando entre tiempos y espacios.

Testamentos: comienzos del siglo I

Podríamos localizar el primer acto de nuestra historia más negra con Petronila, llamada así por el nombre de su padre, Pedro. Ocurre en Egipto y se encuentra recogida en el llamativo opúsculo conocido como La hija de Pedro, componente de un apócrifo, Los hechos de Pedro, encontrado entre los trece volúmenes de papiros encuadernados en cuero —los textos de Nag Hammadi— aparecidos en diciembre de 1945 y datados en torno al último cuarto del siglo II.

Entre otros relatos, en este texto se cuenta que los discípulos piden a María Magdalena que aclare las palabras de Jesús y ella comienza a explicarles. Pedro se enerva y pregunta: “¿Debemos cambiar nuestros hábitos y escuchar lo que dice esta mujer? ¿Él realmente la prefiere a nosotros?”. Lévi —un personaje que se cruza con él en los Evangelios sinópticos — interviene para sermonearlo: “Pedro, has sido siempre irascible y atacas a esta mujer como lo harían nuestros adversarios. Si Jesús la ha juzgado digna, ¿quién eres tú para rechazarla?”.

El caso de Pedro es un caso de misoginia profunda, se ha querido olvidar la violencia contra lo femenino del fundador de la Iglesia. María Magdalena decía que este apóstol detestaba a las mujeres. Y esto no es nada comparado con lo que los Hechos de Pedro mostraban.

El germen de la violencia contra lo femenino está reflejado en la actitud de Pedro con su hija Petronila a quien su padre consideraba demasiado bella y deseable para no representar un «peligro». Y así, con sus incesantes oraciones, convenció a Dios para que la paralizara y la resecara de los pies a la cabeza para “no tener problemas a causa de ella”, pues “esta hija mía dañará muchas almas si su cuerpo permanece con buena salud” -sí, habéis leído bien, sí-.

El relato escalofriante cuenta que mientras Pedro andaba curando enfermos por Jerusalén uno de los presentes le reprocha que, en su misma casa, su propia hija yacía en la cama paralítica de medio cuerpo. Para no decepcionar la fe de quienes le observan y le escuchan, Pedro accede a sanar a su hija, si bien acto seguido, realiza lo que se podría denominar un “renuncio” —o un “contramilagro”— que retorna a la joven a su situación anterior y la postra de nuevo en cama. Preguntado por tan extraña actuación, el apóstol Pedro se justifica con las siguientes palabras:

¡Por la vida del Señor que esto es útil para ella y para mí! Pues el día que nació tuve una visión en la que Él me decía: «Pedro, hoy ha nacido para ti una gran tentación. Tu hija causará daño a muchas almas si su cuerpo permanece sano». Mas yo pensaba que se mofaba de mí. Cuando la muchacha tuvo diez años, muchos sufrieron lascivia por su causa. Un gran hacendado, Ptolomeo, había visto bañarse a la muchacha y envió por ella con la intención de hacerla su esposa. Pero su madre no quiso. Ptolomeo insistió y no pudo esperar […] Poco después, los siervos de Ptolomeo trajeron a la muchacha, la dejaron delante de la puerta de la casa y se fueron. Su madre y yo bajamos, descubrimos a la muchacha; todo un costado de su cuerpo, desde los pies a la cabeza, había quedado paralizado y enjuto. La recogimos y alabamos al Señor que había librado a su sierva de esa mancha, de la vergüenza. Este es el motivo por el que la muchacha haya quedado así hasta el día de hoy».

Desde hoy hay que leer la historia de Petronila como la del alma de la iglesia monoteísta, cristiana, judía o musulmana, en todas sus variantes, de la religión de los patriarcas que quieren desposeer a la mujer, pura tentación y peligro, y tener la llave de su destino.

llave

Afrentas: siglo XI

Uno de los documentos fundacionales de la literatura española, el Poema del Cid o Cantar de Mío Cid (1140), contiene un pasaje brutal de maltrato femenino que durante mucho tiempo ha pasado desapercibido o “desleído”, el llamado Cantar de la Afrenta de Corpes, quizá el primer relato de un episodio de violencia contra la mujer en nuestra tradición literaria.

Los infantes Ferrán y Diego González, se casan con las hijas del Cid para humillarlo y tapar la cobardía que han evidenciado por no haber tenido valor para enfrentarse a un león. Tras haberlas golpeado y herido con sus armas, las dan por muertas y las abandonan desnudas en el campo.

Allí los mantos y pieles les quitaron a las dos,

solo camisa y brial sobre el cuerpo les quedó.

Espuelas llevan calzadas los traidores de Carrión,

cogen en las manos cinchas que fuertes y duras son […]

Las damas mucho rogaron, mas de nada les sirvió;

empezaron a azotarlas los infantes de Carrión,

con las cinchas corredizas les pegan sin compasión,

hiérenlas con las espuelas donde sientan mas dolor,

y les rasgan las camisas y las carnes a las dos,

sobre las telas de seda limpia la sangre asomó.

La víctima más propicia siempre ha sido la mujer. La masculinidad se venga de sus debilidades en una carrera que solo conduce a la destrucción.

afrenta

Honra: siglo XVII

La honra de la mujer es solo un medio de honrar al hombre; por tanto, la deshonra es un medio de deshonrarlo. Hay numerosos testimonios reales a lo largo de nuestra historia. El ius primae nocte —o “derecho de pernada” — era el derecho a mantener trato sexual con la recién casada por parte del jefe del clan, como representación del marido, si no se había pagado el rescate impuesto. Es obvio que este “derecho” era una violación legitimada que desposee a la mujer de su propio derecho como ser humano y pone de manifiesto que el honor y la honra solo afectan al varón.

Este concepto tradicional de honor, tristemente, todavía persiste. En el matrimonio el honor de un hombre estaba depositado en la castidad de su mujer, y la pérdida de la virtud de ella traía consigo el deshonor de él. Se basaba también en el hecho de que, con el matrimonio, un hombre adquiría derechos exclusivos de propiedad sobre el cuerpo de su mujer, no pudiendo esta disponer libremente de su cuerpo; por consiguiente, la infidelidad era un delito de lesa humanidad.

En la literatura española del XVII el tema aparece extensamente. En Lope de Vega (La más prudente venganza), en Tirso de Molina y en Calderón de la Barca, entre otros. El argumento de muchas de las obras sigue el tema clásico del honor en peligro y de su posterior restitución. El marido descubre por alguna razón que su mujer está con otro y mata a ambos o a la mujer, en algunos casos de manera truculenta -en A secreto agravio, secreta venganza [1637] de Calderón de la Barca el marido quema a su esposa doña Leonor en su palacio-. Con estas venganzas, a veces en secreto y cobardes, queda restituida la honra y el honor masculino.

azotes

En el acto III de El médico de su honra, obra así mismo calderoniana, el marido, don Gutierre, es incapaz de confiar en su esposa, pero no puede o no se atreve ni a tomar venganza del amante, ni a impedir a este su conducta o pedirle cuentas de ella. Siendo lo primero para él mantener su reputación pública a salvo de cualquier publicidad o rumor —pues la sospecha o el rumor ya es una mancha de honor— no puede pedir justicia al rey públicamente, ni quiere darse por enterado del cortejo del príncipe. La solución que encuentra es matar a su esposa haciendo pasar el asesinato por obra de asaltantes desconocidos, para que ni siquiera se sospeche la causa. Esta solución es la «medicina» a que alude el título de la obra y los versos finales:

que el honor/ con sangre, señor, se lava […]

Mira que médico he sido/ de mi honra. No está olvidada/ la ciencia.

Además de reflexionar sobre este tema, nos lleva a pensar que inconscientemente aquellos rígidos códigos de honor masculinos siguen vigentes. Gutierre brutalizará y deshumanizará incluso a la mujer que quiere al proseguir este honor degenerado; aún más, la matará. Los personajes masculinos de ‘El médico de su honra consideran que las mujeres son de su propiedad, meros objetos más o menos servibles para su causa.

candado

La manada: siglo XXI

Según expone el Auto de la Fiscalía de Navarra, los hechos ocurren sobre las 2:50 horas del 7 de julio de 2016, cinco jóvenes se encuentran en la Plaza del Castillo de Pamplona, donde se celebra un concierto con motivo de las fiestas de San Fermín, y entablan conversación con la víctima, una joven de 18 años y natural de Madrid, quien había llegado a Pamplona con un amigo para las fiestas, aunque en ese momento se encontraba sola. Pocos minutos después, la chica les indica que se va a dormir al vehículo con el que había venido a Pamplona y los acusados la acompañan. En el camino, y mientras la chica se queda «alejada del grupo», los acusados preguntan al portero de un hotel si hay una habitación libre, «para follar». No consiguen habitación. Siguen caminando y ven que una mujer va a acceder a un inmueble. Uno de ellos simula estar alojado allí, lo que facilita el acceso al grupo. Dos de ellos agarran entonces a la chica por los brazos y la meten en el portal «tapándole la boca y diciéndole que se callara y no gritara». La rodean entre los cinco, le bajan la ropa interior y la obligan a realizar diferentes actos sexuales con cada uno de ellos, «valiéndose de su superioridad física y numérica» y de la «imposibilidad» de la joven de ejercer la más mínima resistencia. En concreto, la obligan a realizar felaciones a los cinco, mientras que también dos de ellos la penetran por el ano y la vagina —sin que ninguno usara preservativo— en algunos casos de forma simultánea, «animándose en ocasiones y reclamando su turno», según relata el fiscal. Mientras todo esto ocurre, dos de los acusados, hicieron vídeos y fotografías con sus teléfonos móviles, «con la intención de mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos», algo que no llegaron a hacer, pero sí anunciaron en un chat denominado La Manada.

Cuando los acusados se dieron por satisfechos, se vistieron. Pero, antes de salir, valiéndose de la situación intimidatoria ante la víctima, y de común acuerdo, le quitaron el móvil, le sacaron la tarjeta SIM y la arrojaron en el mismo portal con el objetivo de que «no pudiera pedir auxilio», concluye el relato de lo ocurrido. Eran las 3 horas y 27 minutos de la madrugada. Todo sucedió en 21 minutos. Los acusados se marcharon y la víctima salió minutos después a la calle. Una pareja se la encontró acurrucada sobre un banco, en posición fetal, llorando desconsolada.

La chica denuncia

El Mundo, 8 de diciembre de 2017: El abogado de la denominada «Manada» quiere exculpar a sus clientes describiéndolos como «imbéciles», «simples» y «primarios», al tiempo que comenta que «está claro que ella no sintió dolor». A pesar de las brutales imágenes de los vídeos que La Manada grabó, uno de los acusados se defiende diciendo que es «habitual» (sic.) que una mujer quiera tener sexo con dos o tres hombres a los que acaba de conocer.

Sin lugar a dudas, ellos saben muy bien lo que quieren las mujeres, no es la primera vez que algunos miembros de esta «manada» han sido acusados de abusar de mujeres, de utilizar una droga llamada burundanga para dejarlas semiinconscientes, de utilizar otros grupos de chat (como el denominado Veranito) para hacer ostentación de sus degradantes delitos de abusos.

Miren ustedes por donde, ya tenemos la respuesta al doctor Sigmund Freud sobre qué desean las mujeres; pues eso, tener sexo a conciencia y ser ultrajadas sin límite por unos buenos machos, ¿cómo podía ser de otra manera?

Algunas noticias de los últimos días de 2017

El País (noticia extraída de un artículo de Nicolás Alonso), 10 de diciembre de 2017: El sacerdote confesó a una mujer, la mató y 57 años después ha sido detenido. Durante años, la Iglesia bloqueó la investigación por miedo a manchar su imagen en EE. UU. La víctima tenía 25 años, pelo negro y tez blanca, era de ascendencia latina, la primera en su familia en acudir a la universidad y condecorada con un premio de belleza en Texas, donde trabajaba como profesora para niños desfavorecidos. Católica devota, en la primavera de 1960, acudió a la Iglesia del Sagrado Corazón en McAllen (Texas). Entró a confesarse. Nunca más se la volvió a ver. Faltaban pocos días para la Pascua. Primero aparecieron sus zapatos. Luego su cuerpo, flotando en el agua de un canal de riego. La autopsia halló que la víctima había sido golpeada, asfixiada y violada, cuando ya estaba inconsciente. La policía no encontró suficientes pistas y no logró reconstruir la muerte de la joven. El único sospechoso, el sacerdote —ahora tiene 85 años— afirmó que había dado confesión a la mujer antes de su muerte, pero negó saber nada más de lo que había ocurrido. Las autoridades sospecharon siempre de él y lo interrogaron durante décadas sin resultado, aunque algunas pruebas eran claras. Los agentes descubrieron una nota escrita por el cura en el canal donde se localizó el cadáver. Un grupo de comulgantes afirmó que sus manos presentaban rasguños y heridas. El padre, al parecer, también había tratado de atacar a otra joven en una iglesia distinta semanas antes. Se sometió a un detector de mentiras y dio negativo. Pero nada de ello fue suficiente para arrestarle.

Diario SUR, lunes, 11 diciembre 2017, 15:21. Agentes de la Policía Local de Málaga detienen a un joven de 18 años por un delito de malos tratos en el ámbito familiar tras agredir presuntamente con un cuchillo a su madre, hermana y abuela. Tras recibir el aviso de una pelea con posibles víctimas, los agentes acudieron al lugar. Una vez allí, encontraron a una mujer de 36 años, que resultó ser la madre del presunto agresor, sentada en la puerta de la vivienda. Presentaba una herida sangrante en el cuello y estaba siendo auxiliada por una vecina que le taponaba la hemorragia. Según la nota de la Policía, el joven había atacado igualmente con un cuchillo a su abuela, de 64 años, que presentaba laceraciones en cara y brazo derecho, además de una herida en la cabeza; y a su hermana, de 14 años, que presentaba del mismo modo una herida contusa en región parietal.

Varios medios de comunicación del 13 de diciembre. Aparece otra «manada». Tres jugadores de la Arandina, equipo de Aranda del Duero (Burgos) de Tercera División, el portero y dos delanteros, fueron detenidos por un delito de abusos sexuales a una menor de 15 años. Los tres, de entre 19 y 24 años, pasaron la noche en comisaría. El entrenador se muestra incrédulo: «De entrada no me lo creo, este año tengo uno de los mejores vestuarios que he tenido, chavales muy sanos, nobles y muy majos, jamás me han generado un problema. A mí, ahora, más que los partidos, me preocupan los chicos». Sin comentarios.

La realidad, los datos…

Cada dieciocho segundos una mujer es maltratada en el mundo, según datos de Naciones Unidas. Y al menos una de cada cinco es víctima de malos tratos en su propio hogar, según la OMS. En pleno siglo XXI, no hay ni un solo país en el que hombres y mujeres tengan el mismo estatus, ni las mismas oportunidades.

En pleno siglo XXI, las paquistaníes casadas no pueden registrar un negocio sin permiso de su esposo. Tampoco las congoleñas, que como las nigerianas no pueden abrir una cuenta del banco sin la firma de su cónyuge; la misma discriminación que afrontaban las mujeres españolas durante el franquismo. En Afganistán, Malasia, Omán, Arabia Saudí, Yemen y otros 12 países las mujeres no pueden salir del país sin permiso de sus maridos. En 32 países, las mujeres casadas ni siquiera pueden tener pasaporte propio (Malí, Jordania, Irak, entre otros). En Bolivia, Camerún o Guinea existen leyes que marcan que las mujeres casadas necesitan el permiso de sus esposos para firmar un contrato de trabajo, según el análisis que hace de las legislaciones el Banco Mundial. En lugares como Líbano no pueden traspasar su nacionalidad a los hijos.

Más de 50 millones de niñas no van al colegio en el mundo —la mayoría de ellas en países de África, según datos de Unicef—, un derecho fundamental que limitará y perjudicará su futuro. En Sierra Leona o Guinea Ecuatorial una ley prohíbe a las chicas embarazadas ir al colegio por si «contagian» a sus compañeras. En ese último país, incluso, obligan a las menores a someterse a un test de embarazo para poder matricularse. En otros Estados, estas barreras no son legales, pero las menores embarazadas son tan gravemente estigmatizadas que terminan por abandonar la escuela. Y la inmensa mayoría nunca vuelve.

La ficción también habla

Andando entre tumbas’ (‘A Walk Among the Tombstones’) es una película de 2014 basada en la novela del mismo nombre de Lawrence Block. Una historia de ficción que permite explicar qué mueve o qué se remueve en ese espíritu destructor de «las manadas». También nos advierte y nos recuerda que estamos rodeadas de tumbas, las tumbas de los feminicidios, las tumbas de los cadáveres de tantas mujeres que llevamos sobre nuestras espaldas. No queremos seguir sumando, queremos parar, queremos hacer todo lo posible por terminar con esto.

En la película, un investigador privado es contratado por un capo de la droga para averiguar quién secuestró y asesinó a su esposa. La mataron a pesar de haber pagado el rescate que le pidieron. El investigador se niega. Más tarde el marido de la difunta va a verlo y le cuenta cómo fue asesinada su esposa. El relato terrible y la espeluznante grabación de la tortura de la mujer le hacen cambiar de opinión y acepta el trabajo. Durante la investigación, descubre que los hombres que está buscando han matado en más de una ocasión. Son agentes federales, además de sádicos asesinos de mujeres. Al final, averigua cómo las mujeres de los traficantes son castigadas en lugar de sus maridos. Ellas son las que sufren las torturas que van destinadas a los delitos cometidos por «sus hombres». La venganza de los torturadores presenta un componente misógino revelador: les cortan los senos, las despedazan y se las ofrecen a los maridos envueltas como paquetes de heroína sangrante.

La mujer siempre paga lo suyo y lo de los demás.

entre tumbas

Respuestas teóricas… ¿Qué desean las mujeres?

«He soñado que Darwin inventó una teoría que ha sido la semilla de la subordinación femenina al otro sexo y el martillo que la ha clavado definitivamente», comenta un personaje de Jacinda Ash.

Como es sabido, Charles R. Darwin fue un naturalista inglés y el científico más influyente al plantear la evolución biológica a través de la selección natural en ‘El origen de las especies’ (1859). Darwin representa la naturaleza como un intercambio sexual más que como la competición entre diferentes especies para conseguir dominar. Para estabilizar un mundo en conflicto, el modelo que propone conlleva que el deseo sea diferenciado según el género. Los hombres deben desear a una mujer capaz de «domesticarlos», las mujeres deben desear al hombre «duro y potente». En el momento en que Darwin divide la naturaleza de acuerdo con este principio, introduce la idea de una cultura primitiva que se identifica con sus antepasados. Sin embargo, en esta cultura primitiva olvida la autoridad femenina, la parte activa, su potencia. La idea de Darwin representa una cultura que deja sus intereses en manos de una mujer que se dedica a «atraer» y luego a «domesticar» el deseo del hombre; por tanto, el deseo de aquella por cualquier otra cosa contradice su naturaleza esencial como mujer. E introduce una responsabilidad en el rol femenino: si no logra «desear» al hombre pondrá a la civilización a merced de los instintos salvajes del hombre.

En cualquier caso, la idea difundida por diferentes pensadores que resolvían cuál era el deseo de las mujeres va en ese sentido: las mujeres quieren ser inevitablemente seducidas por cuantos más hombres mejor, de este modo ejercen su poder atrayendo y conduciendo la fuerza masculina.

 En este punto es importante hacerse la pregunta, ¿alguna vez dejarán que hablen con voz propia?

Aprendiendo de los juegos

Hay algunos Pokémon que aparecen en manadas, no se pueden conseguir de otra manera a no ser que los intercambies. Los Pokémon son capturados. Para atraparlos a todos hay que escuchar el programa completo. Y el programa completo es el de una cultura que une a los hombres en su debilidad y los empodera a partir del maltrato contra un sexo que consideran, en el fondo, despreciable. La voz de siglos, la voz de una plaga que no se extermina solo con leyes y campañas publicitarias, un programa cultural que considera abyecto e inferior el sexo femenino.

En suma, nos enfrentamos a un problema que se eterniza, que no parece tener solución a pesar de los considerables cambios que se han producido en las relaciones de mujeres y hombres, a pesar del camino hacia la igualdad teórica. En este sentido, quizá el mayor objetivo que la sociedad se ha propuesto en estos últimos años no ha encontrado todavía una respuesta positiva, lo cual es inquietante. El reto consiste hoy en apuntar más certeramente para detectar los problemas ancestrales, las raíces del mal milenario. Hallar estrategias eficaces que hagan desaparecer la idea de una feminidad que desata los impulsos sádicos de seres amorales dispuestos a todo con tal de humillar y ridiculizar a las mujeres.

No queremos, no toleramos, no aceptamos más víctimas propiciatorias en nombre de una idea del sexo perjudicial para nosotras. Hay que seguir intentándolo, no debemos rendirnos ante las evidencias. La realidad siempre será dura, pero más duras e implacables debemos ser nosotras contra ella cada vez que ocurra una de estas salvajadas. Cada vez que La Manada o alguna «manada» se ponga en funcionamiento como una máquina de guerra contra las mujeres y sea acusada de crímenes abyectos, tenemos una oportunidad preciosa de castigar sin que nos tiemble el pulso ante las consecuencias. Actuar contra ellos sin temor ni temblor. Ahora. Antes de que sea tarde. Aunque siempre sea demasiado tarde para las víctimas.

Caperucitas, caperucitas, ¡adiós al lobo!

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Lecciones de teatro: el latido de tus palabras

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Lecciones de teatro: el latido de tus palabras

Gloria Serrano//

Música, teatro, danza, cine, exposiciones. El Centro Cultural Conde Duque se dedica a mostrar eso que llamamos cultura y que, a menudo, consideramos poco útil, mero entretenimiento, la información de relleno en las páginas de los diarios, la que nunca aparece en primera plana salvo que un escritor gane el Cervantes, el Nobel o haya muerto. Como ocio, la etiquetan algunos. Sin embargo, es mucho, mucho más que un ornamento y, quizás, la balsa para salvarnos de la tormenta —de este desasosiego— que Steve Tesich, Ralph Keyes y David Roberts han definido como posverdad.

“Con calma, tranquila”; “Levanta la columna, cambia, cambia de posición, prueba otra”; “Más fuerte, pero no grites el texto”; “A ver, todavía no sientes tristeza. No es enojo lo que sientes, es tristeza”; “No ensayes para la gente, hazlo para ti”; “Venga, vamos a equivocarnos”; “Hazlo para ti”.

Esto es un ensayo. Un ensayo de estudiantes —de aprendices de actuación— abierto al público que se desarrolla en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Son fragmentos de dos puestas: Platonov, de Antón Chéjov, y Yerma, de Federico García Lorca. La dirección y la dramaturgia son de Juan Carlos Corazza, un hombre que al hablar se expresa en modo maestro, en modo padre, en modo amigo, en modo acompañante. Instintivamente en modo de cincelar.

[En la sala llena se escucha música de violín y coros bajos a capela].

“La vida se ha vuelto gris, aburrida y perezosa”, dice uno de los personajes de la obra escrita a finales del siglo XIX que retrata con agudeza el momento —la depresión, el miedo, la crisis— que vivimos en el novísimo siglo XXI.

Esto es un ensayo. Un ensayo con veintidós actores en escena, once hombres y once mujeres. Chicos y chicas que se dejan esculpir, que exponen su vulnerabilidad mientras interpretan, que repiten: una, dos, tres, cuatro veces la misma línea de maneras diversas. Que intercalan sus voces, que las mezclan en concentración total para intervenir en el instante preciso y continuar con el parlamento de su compañero. Que vibran y hacen vibrar.

“¿Alguna vez has guardado entre las manos a un pajarito vivo? Pues es lo mismo”, le dice una amiga a Yerma para explicar qué se siente al estar embarazada, al llevar un hijo en el vientre.

Esto es un ensayo. Un ensayo que termina con minutos de conversación entre los actores y los asistentes. Alguien comenta que se trató de un ejercicio de humildad. Alguien, que hubo momentos en los que se le salieron las lágrimas. Alguien, que la vida consiste en buscar, buscar, buscar hasta encontrar. Que solo buscando se encuentra y ellos lo hicieron: encontrar, encontrarse con su personaje. Alguien, que solo equivocándose se aprende. Alguien, que les desea un 2018 que transite del amor al odio y viceversa porque, precisamente, eso es el teatro.

[Aplaudimos hasta gastarnos los aplausos].

Juan Carlos Corazza concluye citando a Shakespeare, afirmando que “en estos tiempos de aislamiento, el teatro es una invitación para reunirnos. Y cuando la gente se reúne, cuando se junta, el mundo se transforma en un lugar mejor”. Así lo creo.

Conde Duque Madrid

En cierta ocasión escuché que el teatro es el único arte vivo que nos queda. También así lo creo. El teatro son lenguajes que suceden en simultáneo. Es manifestación, acto en presente, sístole y diástole, una danza colectiva capaz de seducir al que la observa. Son silencios acompañados, la humanidad con todo su brillo, con su juego paradójico de luces y sombras, de sinsentidos. Es la potencia que jamás podrá igualar ni superar la tecnología a la que ahora atribuimos capacidades humanas, que nos tiene al borde del éxtasis y de la automatización de las relaciones en todos los ámbitos —económico, político, social, laboral—. El nuevo becerro de oro para adorar ante el agotamiento de nuestras ilusiones en el capitalismo.

Si bien hablamos de una producción, el teatro es otra cosa distinta de un IPhone o del voyerismo que provocan un reality show o un video reduccionista de la vida que se hace viral en Facebook. El teatro es “tan infinitamente fascinante y accidental como la vida”, pensaba Arthur Miller.

Y esta vez, fue mi reencuentro con la cultura cuando conmueve —cuando altera, trastoca completamente las estructuras internas— y con las razones por las que estudié gestión cultural en un intento de comprender cómo debe comunicar una periodista la emoción que le provoca estar sentada en la butaca diez de la quinta fila para presenciar una obra que se titula El latido de tus palabras.

Como ellos, todavía sigo ensayando. Sigo insistiendo.

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American Schadenfreude

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American Schadenfreude

Texto: Tim Stark. Traducción: Marta Sofía Ruiz. Fotografía principal: Seth Anderson//

La voz de un norteamericano en España

Levanta la mano si no estás aburrido ya con los (¿solo los estadounidenses?) comentaristas políticos que se hacen eco de ciertos hechos (“Esto es lo que está sucediendo y no es bueno para ellos…”) y llegan a una determinada conclusión (“aun así, entiendo por qué votan como lo hacen: son pobres, tristes, estúpidos “) para explicar la reciente popularidad resurgente del autoritarismo, incluyendo el populismo del fascismo tribal de derechas y el populismo burgués (ejemplo de este último es el europeo exiliado cuyo apellido elegantemente rima con Apuigdemont).

Seems it is still a little buggy…

La mayor parte de los periodistas interpretativos restantes, en un esfuerzo por explicar qué demonios está pasando, dan por hecho el comportamiento irracional de los demás. Ofrecemos un modelo cultural emocional al que adjuntamos añadidos (normalmente arrogantes) sobre cómo dichos comportamientos pueden manipularse modificarse.

Dejemos claro algo: si no puedes explicar las acciones de alguien, no significa que ese alguien esté loco o que sea estúpido. No, no estoy hablando de Trump, estoy hablando de todas las personas que votaron por él. Estoy hablando de los cientos de miles de seguidores que tiene Alternativa por Alemania en su Facebook (más que los socialdemócratas y los demócratas cristianos de Merkel juntos). Estoy hablando de los fanáticos de Nigel Farage en Gran Bretaña (¡y ahora en los Estados Unidos!). Estoy hablando de seguidores de populismos de izquierdas en Europa. Estoy hablando de cualquier grupo del que se pueda decir (con muy buenas razones) que vota en contra de su propio interés.

Or are they?

George Lakoff, Profesor Emérito de Ciencia Cognitiva y Lingüística de la Universidad de California en Berkeley, ha estado diciendo durante años que la clave para entender lo que está sucediendo es comprender que es erróneo pensar que la gente vote de manera racional. Antes de decirme ‘ya escuché eso’, agregaré que esta eminencia afirma que TODAS las personas son irracionales, no solo los conservadoras a los que, por lo general, consideramos estúpidos. Todos votamos a la moralidad con la que nos identificamos, es decir, votamos a valores. Es más, simplificándolo mucho, estamos divididos en dos campos éticos: los conservadores que votan por las figuras del ‘Padre Estricto’ (incluso a mujeres en los países más iluminados de Europa) y los progresistas que votan por ‘Padres Cuidadores’. Lakoff afirma que “cuando se trata de política, los progresistas y los conservadores tienen, esencialmente, cerebros diferentes”.

Lakoff explica que los progresistas identificados con el ‘Padre Cuidador’, educados para la Ilustración, se engañan a sí mismos al pensar que todos “piensan”, y, por lo tanto, consideran que todos los miembros de una sociedad deben llegar a un acuerdo ilustrado sobre las leyes y políticas y su sociedad resultante. Esta sociedad resultante, nos recuerda, estaría dirigida por un gobierno ideal al estilo Lincoln pensado por y para los ciudadanos que, a su vez, cuidan a otros ciudadanos, dando como resultado la libertad para todos. Es razonado y razonable que esta libertad requiera la reunión y el intercambio empático de los recursos públicos. El resultado del mundo real es que los progresistas se sorprenden cuando descubren que los conservadores no están de acuerdo. Y luego pierden elecciones como los buenos demócratas que son.

Mientras tanto, el gran papá Trump insulta –el insulto es una gran victoria– y sus hijos le votan. Como lo ilustra Lakoff, la moralidad conservadora al estilo ‘Strong Father’ ve el mundo de la siguiente forma:

• Dios sobre el hombre
• El hombre por encima de la naturaleza
• El disciplinado (fuerte) sobre el indisciplinado (débil)
• Los ricos sobre los pobres
• Empleadores por encima de los empleados
• Adultos por encima de los niños
• La cultura occidental por encima de otras culturas
• América por encima de otros países
• Hombres por encima de las mujeres
• Blancos por encima de los no blancos
• Cristianos por encima de los no cristianos
• Heteros por encima de Gays

Blog “Two Questions About Trump and Republicans that Stump Progressives” July 1, 2017 www.georgelakoff.com

Los progresistas defendemos férreamente nuestros valores (pensamos que, al menos, son valores y tienen sentido) y creemos que la lista anterior es estúpida y horrible. Ellos son los malos y somos nosotros los que tenemos razón. Somos conscientes de lo que pasa y ellos no. En definitiva, somos mejores. Agregue a eso la afirmación anterior de que somos biológicamente  diferentes y se topará con un problema.

¿Qué hacer entonces?

Colin Woodard sugirió en American Nations que esta situación, al menos en Estados Unidos, no se resolverá mediante ninguna cooperación o entendimiento común; lo que sucederá es que, al final, “ellos” (una coalición conservadora de esclavos sureños, pugilistas, occidentales y populistas) tendrán su propio país. Sonreímos y pensamos: déjenlos. Incluso les dibujamos un mapa: Alabama, Mississippi, Texas, las Carolinas… quizá un amago de Berlín Oeste en Austin y en Raleigh. Estúpidos imbéciles egoístas.

At least they are at times entertaining.

Y nos felicitamos al determinar que esos propietarios de esclavos son imbéciles. Y, de paso, incluimos a todos los conservadores. Utilizamos a Lakoff en su contra y no para reflexionar. No obstante, permítanme una aclaración: no estoy diciendo que, de primeras, esta sea su intención; solo interpreto que, muy a menudo, elegimos el camino de considerarlos idiotas.

El colaborador Chauncey DeVega ha dejado patente en varios de sus escritos que odia a las personas que odia (La factura del carnicero ha vencido: el presidente Donald Trump está a punto de victimizar a sus propios votantes). No todos los racistas sufren por la supuesta dinámica progresista en la que viven, escribe, y, por supuesto, defiende que ese supuesto sufrimiento no es una excusa que pueda llevarnos a posturas racistas. Asimismo, despoja de toda racionalidad la fantasía de que el sufrimiento de las personas racistas está justificado. 

Admito moverme en los mismos parámetros que Chauncey DeVega, pero esta cuestión nos deja todavía un problema que no debe obviarse: si realmente nuestros contrarios ideológicos son personas con las que no podemos entendernos, ¿qué es lo que vamos a hacer?

[1] Moral Politics (1996), Don’t Think of an Elephant ( 2004), Thinking Points (2006 ), Whose Freedom (2006), The Political Mind (2008),

 

Versión original

American Schadenfreude

Raise your hand if you are not yet bored with (only American?) political commentators who enlist facts (“This is what is happening and it is not good for them…”) and reason (“… yet I understand why they vote as they do:  they are poor, sad, stupid.”) to explain the recently resurgent popularity of authoritarianism, including rightwing tribal fascism populism and leftwing smartphone app bourgeois populism (an example of the latter being the European one whose elegantly exiled leader’s last name rhymes with Apuigdemont).

The bulk of remaining interpretive journalists, yours truly included, in an effort to explain what the hell is going on, take as a given the irrational behavior of others. We offer up an emotional cultural model, and we follow that with (by definition arrogant) suggestions of how we might manipulate modify said behavior.

If you can’t explain the actions of someone, that does not mean that they are crazy or stupid. No, I’m not talking about Trump, I’m talking about all those people that voted for him. I’m talking about the hundreds of thousands of Facebook followers of the Alternative in Germany (more than the Social Democrats and Christian Democrats combined). I’m talking about fans of Nigel Farage in Britain (and now the US!). I’m talking about followers of left-wing populists in Europe. I’m talking about any group you might say (with very good reason) is voting against their own self interest

George Lakoff, Emeritus Professor of Cognitive Science and Linguistics, University of California at Berkeley, has been saying for years 1 that the key to understanding what is going on is to understand that it is faulty to think people vote rationally. Before you say to me “already heard that: see paragraph two above,” I’ll add that he claims ALL people are irrational, not just the conservative ones we judge as voting stupid. We all vote the morality we identify with, that is to say, our values – it is simply that, to generalize, we are divided into two values camps: conservatives that vote for Strict Father figures (even female ones in the more enlightened (?) Europe) and progressives that vote for Nurturant Parents. Lakoff claims that “When it comes to politics, progressives and conservatives essentially have different brains.” Lakoff explains that Nurturant Parent progressives, educated to the Enlightenment, delude themselves into thinking we all “think”, and thus we all should arrive at enlightened (read: fact-based) agreement on laws and policies and their resulting society. This resulting society, he reminds us, would be directed by a Lincolnesque ideal government of, by, and for citizens caring for other citizens, resulting in freedom for all. It is reasoned and reasonable that this freedom requires the gathering and empathetic sharing of public resources. The real world result is that progressives are shocked when they find that conservatives don’t agree. And they go on to lose elections like the good Democrats that they are.

In the meantime big daddy Trump insults someone, an insult is a victory (insults do stick), and let’s raise our glasses to and vote for our father. As Lakoff illustrates, conservative Strong Father morality sees the world in following hierarchy:

• God above Man
• Man above Nature
• The Disciplined (Strong) Above the Undisciplined (Weak)
• The Rich above the Poor
• Employers above Employees
• Adults above Children
• Western culture above other cultures
• America above other countries
• Men above Women
• Whites above Nonwhites
• Christians above non-Christians
• Straights above Gays

Problem is, of course, we progressives agree with our values (at least our values are values and they make sense) and we think the above list is stupid and horrifying. Perhaps this view was understandable, we admire each other for saying, back when we were all ignorant of the earth’s spherical nature and explained things with religions and had kings and all that, but now we know better and they are bad and we are right. In the end we think we are aware and they are not. We think we are better than them. We always have. Add to that the above assertion that they are literally biologically different and we have a problem here.

So what are we going to do?

Colin Woodard suggested in American Nations that this situation, at least in the United States, is not to be solved through any cooperation or common understanding, resulting in, eventually, he predicts, “them” – the conservative coalition of slave culture southerners, pugilist Appalachians, and populist westerners – having their own country. Of course we all smile to ourselves and knowingly shake our heads as we imagine with schadenfreude how those idiots will run it into the ground on the same day our kids win their private high school’s regatta. So sure, let them have it – we’ll even draw a map for ‘em (circles Alabama, Mississippi, Texas, the Carolinas, etc…perhaps a little West Berlin arrangement for Austin and Raleigh (minus the state legislature) and other cool southern cities). There is even historical precedence for the prediction that conservatives need us: a significant contributing factor to the defeat of the Confederate Army in the US Civil war is that the wealthy southern plantation owners resisted being taxed (in kind or in fact) to support the war effort, the main purpose of which was to preserve their own “business model”. Stupid selfish assholes.

At least they are at times entertaining.

Yep, we just congratulated ourselves for determining that slaveowners are assholes. Another small step to include all racists, another to all conservatives. We can now use Lakoff against, not for, understanding. Let me be clear: I’m not saying this is his intention, just an interpretation we all too often choose. Salon contributor Chauncey DeVega has more than once been quite up front about hating the haters: (cfe The butcher’s bill has come due: President Donald Trump is about to victimize his own voters). His position includes the observation that not all racists are suffering, but also that suffering is not an excuse for racism. And our fantasy, and his admission, is that the suffering of racists is justified. I’ll admit to being in this camp, equally comfortable at the hate and the justified ends of the table. But, believing oneself justified still leaves one with the problem: what are we going to do if we really believe that these people just cannot understand like we do?

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Ciao, Spelacchio

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Ciao, Spelacchio

Andrea Gil Modrego//

Llegó un 8 de diciembre para iluminar una de las plazas más importantes de la ciudad que llaman eterna y acabó inundando las redes sociales por su estética. Se le declaró oficialmente muerto el día 19 de diciembre, así que ni siquiera llegó a celebrar Nochebuena, pese a que ese era su cometido. Tal era la decepción y el enfado que causaba que, apenas tenías puesto un pie en las calles de Roma, la gente te preguntaba si ya lo habías visto o lo criticaba contigo, antes de que te diera tiempo a preguntar qué tal o por dónde se iba al Colosseo.

– ¿Has visto el árbol de Piazza Venezia?

– Sí, da asco.

Y es que este pobre abeto de Navidad ha recibido hasta un cariñoso mote. Le llaman Spelacchio, que en castellano significa despeluchado. El apelativo le da un aire de pequeña mascota, como esos perros sin raza con el pelaje despeinado y desordenado. Además, mide cerca de 20 metros de alto y debido a la falta de agujas en sus ramas está esquelético. Parece un adolescente que ha crecido de repente y todavía está desgarbado, esperando a acabar de desarrollarse. A esta apariencia desarrapada y triste se une una decoración escasa, con pequeñas luces y grandes bolas plateadas brillantes que acrecientan la delgadez de Spelacchio.

La localización no le da a este árbol ninguna ventaja. La Piazza Venezia es un espacio abierto enorme, donde está situado el gigantesco Altar de la Patria, en honor al rey Víctor Manuel II, el primero de una Italia unificada. Este gran edificio construido en mármol blanco de Botticino, diseñado por el arquitecto Giuseppe Sacconi en 1885 e inaugurado en 1911, acapara el protagonismo de esta plaza debido a sus dimensiones y su luminosidad, aunque comparte importancia con el balcón desde el que Mussolini ponía los brazos en jarras y dirigía el fascismo italiano con sus enérgicos discursos. El año anterior, el abeto colocado en el medio de Piazza Venezia conseguía destacar gracias a su frondosidad y a su reluciente decoración; esta Navidad, los diferentes elementos de la plaza más bien realzan la delgadez del árbol actual.

Abeto del año pasado

En resumen, una de las peores decoraciones navideñas de Roma y uno de los peores árboles colocados por el Ayuntamiento romano en los últimos años. Es el único abeto puesto por el consistorio en la ciudad; antes también se instalaba uno que alumbraba el Colosseo pero hace varios años se dejó de lado esta tradición. Aun así, en la capital de Italia hasta las decoraciones de Navidad son un espacio publicitario y durante estas fechas las calles y las fachadas se convierten en verdaderos espectáculos de luz en tonos metálicos. En Piazza Spagna hay un abeto con un pedestal electrónico y una decoración maravillosa. Incluso el diseñador Valentino ha regalado a la ciudad su propio pino, con hashtag incluido. Si ya nos desplazamos a la única zona de acceso público del Vaticano, la Piazza San Pietro, ahí el árbol inmenso está acompañado de un enorme Nacimiento a tamaño real. La verdad es que Spelacchio lo tenía difícil con esta competencia.

Todas vivimos en ciudades en las que cada Navidad cambia la decoración y nos gusta más o menos y, gracias a las redes sociales, todas nos quejamos de las luces de Navidad. Si el Ayuntamiento recorta en decoración, mal y, si despilfarra en adornos espectaculares, también mal. Pero, gracias a la ironía romana y a Twitter, el pobre Spelacchio ha alcanzado las páginas web de periódicos como Le Monde, La Vanguardia o The Guardian. Una fama que hoy ya es póstuma, aunque sigue colocado en su gran maceta y lo está llenando todo de agujas de pino que van cayendo conforme se seca.

Síntoma de un malestar mayor

Es cierto que los romanos son muy suyos. Que todo da asco y todo es feo: la ciudad, las calles, el tráfico y los servicios públicos. Tienen razón en la mayoría de estos aspectos pero, ojo, no cualquiera puede sacar estos temas a debate, ya que defenderán su ciudad con dientes y uñas para criticarla hasta despellejarla minutos después. Spelacchio no ha sido una excepción y este mes ha sido el error público que ha copado los debates entre espresso y espresso.

El Ayuntamiento de esta ciudad milenaria se ha excusado argumentando que se han recortado gastos. Es cierto que las políticas de ahorro están a la orden del día en la mayoría de las ciudades europeas, sobre todo en aquellas del sur, pero esto es ahorrar y hacerlo mal, como han declarado varios ciudadanos. En teoría, es la concejalía de Parques y Jardines de Roma la que se ha encargado de este enorme abeto ya muerto, aunque el espécimen en sí es un regalo de dos ayuntamientos más pequeños de regiones cercanas a la capital italiana. Vaya regalo, está casi al nivel de las figuritas de porcelana que te da tu tía el día de Reyes y que luego no sabes en qué repisa colocar para que no se vean demasiado.

Spelacchio 3

La decoración lumínica corre a cuenta de Acea, la compañía de energía eléctrica, y una asociación no gubernamental de ayuda a gente con problemas de salud se ha ocupado de decorar, instalar y también retirará el tiesto en el que está plantado el árbol donde, al parecer, tampoco había sustento suficiente para que el pobre sobreviviera. Tantos elementos en la organización de la vida de Spelacchio y al final este abeto no ha llegado ni a ver el nuevo año.

Este error de cálculo en la duración y mantenimiento de este árbol es un fallo más que se suma a todas las críticas que está recibiendo el gobierno municipal de Virginia Raggi, que se conformó en junio del 2016. Este mediático vegetal es el pico del iceberg informativo que amenaza constantemente la estabilidad de la administración romana, que desde el año pasado está en manos del movimiento Cinque Stelle. EL M5S es una “asociación libre de ciudadanos”, o por lo menos así se autodenominan, que surgió con fuerza a través de un blog de internet encabezado por el cómico y actor Beppe Grillo.

Los grandes partidos de centro-izquierda y centro-derecha italianos disponen de grandes conglomerados mediáticos a su servicio, a través de los que tratan de minar las actuaciones de esta nueva asociación política. Es cierto que algunos de los puntos en los que se basó el programa electoral de Raggi siguen en ‘stand by’: el transporte y otros servicios públicos, como la limpieza en algunas áreas de la ciudad.

Asesinato en Piazza Venezia

Como si de una novela de Agatha Christie se tratara, Raggi ha informado de que abrirá un proceso de investigación para saber en qué punto de toda esta gran cadena de elementos de custodia de Spelacchio está el error. Y se barajan varias hipótesis, móviles e incluso han empezado a escucharse las primeras coartadas.

El experto que se encargó de supervisar la tala del abeto ha declarado a medios italianos que el árbol ya salió muerto hacia Roma pero que es el procedimiento habitual. Lógico, ya que parece algo difícil trasladar un ejemplar de 20 metros de altura en una maceta para que siga vivo. También se han desmentido algunos argumentos como que no es sostenible o que es normal que el árbol haya perdido las hojas al ser invierno. Además, afirma (¡incluso con pruebas fotográficas!) que salió en óptimas condiciones de su valle natal. Todo este asunto ha sido un verdadero despliegue de medios y expertos que se han encargado de dar explicaciones jamás imaginadas sobre la vida de los abetos rojos, especie a la que pertenece Spelacchio.

En teoría, el árbol se eligió por su frondosidad y majestuosidad y se preveía que al menos duraría uno o dos meses… pero Spelacchio rompió todo pronóstico. La alcaldesa romana señala un error en el traslado del abeto hasta la ciudad, que debía hacerse con sumo cuidado. Al parecer, alguien no se lo tomó tan en serio y provocó daños irreversibles en la salud de este árbol. Así que Raggi ha decidido pedir explicaciones al servicio de Jardines para llegar al fondo del asunto.

No se sabe cuánto durará esta investigación ni cuánto tiempo continuará el abeto deshojado en su tiesto de Piazza Venezia. Ya se empiezan a escuchar mensajes de despedida entre publicaciones y tweets, al tiempo que se espera que el año que viene el ejemplar elegido dure al menos hasta el primer día del 2019. Mientras tanto, no queda más que decir: Ciao, Spelacchio!

Spelacchio 2

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‘Fluctuaciones’: Un universo en cambio constante

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‘Fluctuaciones’: Un universo en cambio constante

Alicia Sánchez Beguería//

La sala Alcalá 31 de Madrid acoge desde el 29 de noviembre la exposición Fluctuaciones, del artista Daniel Canogar. En la muestra, Canogar pretende evidenciar el papel que juegan internet y la tecnología en la sociedad actual a través de un recorrido por 24 piezas, entre las que se encuentran paneles, pantallas LED, DVD e incluso vídeos de YouTube.

Colores, luces, formas serpenteantes y danzas frenéticas que aúnan y separan continuamente figuras cargadas de complejidad. Así refleja Daniel Canogar la revolución de la información y los avances tecnológicos en los que estamos inmersos en la actualidad. Las nuevas tecnologías han agilizado y perfeccionado muchas de nuestras acciones cotidianas, hasta el punto de que gran parte de nuestra vida transcurre detrás de pantallas con distintas funciones y tamaños. El continuo repiqueteo de las teclas logra silenciar nuestra voz, y los kilómetros de distancia ya no ponen el punto y final a las conversaciones. Internet y los avances tecnológicos hacen –a priori– más sencilla nuestra vida, pero también multiplican su velocidad. El ser humano está sumido en una espiral de imputs e información donde a menudo coexisten verdad y mentira, superfluidad e importancia; letras, titulares, personas y días que no pueden por menos que convertirse en manchas, en marañas de pigmentos de mayor o menor intensidad.

En la sala Alcalá 31 se muestran la celeridad, la obsolescencia que impera en el mundo actual, el individualismo y la voluble y débil jerarquía de la red. Bajo sus enormes techos abovedados y el blanco impoluto de sus paredes reposan piezas dinámicas que cambian de color y de forma al mismo tiempo que lo hacen el mundo exterior y el virtual. Al comienzo de la muestra, el visitante se encuentra con Ember y Magma, dos paneles LED dispuestos a ambos lados de un pasillo que, por sus dimensiones, parece tornarse infinito. Estos paneles están conectados mediante cables a la red eléctrica y adquieren variaciones dentro de su gama cromática en función de la cantidad de incendios activos que hay en el planeta o el estado de 1.627 volcanes repartidos por la Tierra, respectivamente.

Algo más adelante, como núcleo central de la exposición se haya una enorme animación llamada Cannula, que emplea videos subidos a la plataforma YouTube para crear sus propias composiciones artísticas a partir de píxeles y no de pintura. La obra está conectada a internet en tiempo real y descarga los primeros 100 videos que aparecen con diferentes criterios de búsqueda, como por ejemplo “los videos más vistos de YouTube”, cuyo eclecticismo acaba conformando un mosaico de colores vívidos y brillantes, o las “películas de Charlie Chaplin” que cubren la gran pantalla de círculos y explosiones abstractas en blanco y negro.

Fluctuaciones 2

Sin embargo, la nostalgia es un elemento fundamental en el devenir de los tiempos. Pasado y futuro se retroalimentan constantemente. Por este motivo, como un acto casi romántico –en el sentido más literal del término– Canogar en Fluctuaciones recupera, da una nueva oportunidad y convierte en piezas de arte objetos que cada vez tienen menos espacio en nuestras vidas. Sikka Ingentium, por ejemplo, es una obra formada por una hilera de 2.400 películas en formato DVD que provienen de rastrillos, tiendas de segunda mano y videoclubs que iban a cerrar sus puertas de forma definitiva. También el reflejo de cientos de CD colocados en la pared, sobre los que se proyectan luces de distintas tonalidades, es capaz de crear un mural de círculos imperfectos y desordenados en el que los colores se mezclan de forma gradual acompañados por un rugido similar al del mar enfurecido.

Fluctuaciones 3

De la misma manera, en la serie Small Data, el artista utiliza dispositivos electrónicos encontrados en contenedores, chatarrerías y centros de reciclaje, y los coloca sobre baldas de madera. Sobre ellos proyecta una luz blanca que simula su funcionamiento original y parece insuflarles vida de nuevo. Así, las piezas de una impresora buscan una vez más la rugosidad del papel, el esqueleto de varios mandos a distancia, ajados y sin apenas teclas, aparece atravesado por un haz de luz similar al impulso humano que en alguna ocasión los incitó a cambiar de canal, las piezas de un teclado desechado se iluminan como si quisieran seguir contando historias, y los controles de una Game Boy parecen, durante unos instantes, poseídos por las manos y la destreza de un aventajado jugador.

Cerca del final de la exposición, tras haber mostrado un gran despliegue tecnológico, el artista también se cuestiona el origen de la obra de arte y la desaparición del trabajo manual. A modo de reivindicación, Daniel Canogar crea un mosaico con fotografías de sus propias manos que se deslizan por una pantalla mecidas por un ritmo hipnótico. Se duplican infinitas veces para representar la producción masiva y, de repente, desaparecen. La pantalla se tiñe de negro y la mente del espectador se ve asolada por cientos de preguntas. Preguntas que, seguramente, impliquen otras cuestiones, porque ese es el objetivo principal de Fluctuaciones: representar una ínfima parte de un mundo tan fugaz en el que a veces somos incapaces de concebir y valorar el pasado y de cuestionarnos si realmente queremos vivir a la velocidad que nos marca la innovación.

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Welcome to the fantastic Golden Globes

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Welcome to the fantastic Golden Globes

Dani Calavera//

La prensa extranjera de Hollywood se junta para otorgar los Globos de Oro, antesala de los Oscar, unos de los premios más significativos de Norteamérica que sirven de predicción perfecta para saber qué ocurrirá en los próximos meses de cara a coronar lo mejor del año. ¿Cuántos artículos, reportajes, columnas, post o blogs comienzan de esta manera? Miles. Qué bien estaría que algún día se publicase: Un grupo de periodistas son sobornados todos los años asistiendo a comidas, fiestas y pases de prensa para elegir las mejores películas del año de cara a la galería… Boom.

Todos sabemos que la mayoría de los premios no son cine. Son espectáculo. Pero, ¿y lo entretenido que es este espectáculo? Además, este año, Seth Meyers, ex chico Saturday Night Live, conducirá la ceremonia. Una ceremonia que estará salpicada por el escándalo Weinstein y todos los casos de abusos sexuales perpetrados por actores, directores y productores, que han sido destapados recientemente en la meca del cine. ¿Cuántos chistes habrá? ¿Cuántos discursos reivindicativos? Gran parte de la prensa y el público estarán más pendientes de este caso que de los premios.

El espectáculo es así, debe estar regido por la contundencia, las luces, las sonrisas y la moda. Y no me refiero a la moda estilística, únicamente. Ya son varios los que han afirmado que vestirán de negro en la ceremonia, de luto por las víctimas de abusos sexuales. Nos enteraremos de todo en la alfombra roja… Y ahora empecemos con la quiniela. Yo estoy sonriendo y voy vestido de negro así que… ¡Que empiece el espectáculo!

Fue maravilloso ver al gordito genio mexicano Guillermo del Toro recoger el León de Oro en Venecia con su La forma del agua; más allá de que sea un gran film, recordemos que es una historia de amor fantástica. Es genial que la fantasía impere en estos tiempos. El regreso del Spielberg más clásico con sus papeles del pentágono y la confirmación de un gran autor como lo es Martin McDonagh con sus anuncios a las afueras siguen de cerca al gordito para alzarse con el triunfo. Cualquiera de ellas sería justa. Pero dejémonos llevar en los pronósticos por el corazón, que para algo lo tenemos.

Mejor película extranjera

Una pena que Verano 1993 no pasara el corte, pero es que este año ha habido muchas Toni Erdmann entre las elegidas. Lo más seguro es que la riña quede entre Una mujer fantástica y la multi-premiada en los premios del cine europeo The Square. Este film sueco ha conseguido encandilar a tantos como no convencer a muchos otros y, allá donde esté la polémica es donde está el quid de la cuestión porque las películas que trascienden suelen ser divisoras de opiniones natas, desde el momento de su concepción.

Nos decantamos por ella, porque se trata de la prensa extranjera de Hollywood de quienes estamos hablando. Los Oscar son ya otra historia, y más cuando se trata de films en lengua no inglesa.

Seguramente ganará: The Square

Debería ganar: Una mujer fantástica

Ojito, que no sería raro que ganase: Loveless

Mejor actor secundario

Suele pasar que en esta categoría se juntan grandes interpretaciones que se dividen entre los mejores personajes del año y los actores que nunca han sido justamente reconocidos. Aunque no interpreten el papel de sus vidas, el efecto veteranía y el no haber sido justamente premiados en el pasado se dan la mano para arrebatar el gordo a aquel que lo merece más por otro film. ¡Pero nadie se atreve a discutir cuando un gran actor es justamente premiado! Y más si lo hace por una buena interpretación en una película y, este año. afortunadamente, así es el caso. Willem Dafoe, Sam Rockwell, Richard Jenkins. Cualquiera. Y… ¡Ahá! Aquí entra el efecto de la denuncia del momento. Cristopher Plummer está nominado en el papel que debería haber interpretado Kevin Spacey por Todo el dinero del mundo. ¿Le darán el Globo al veterano actor haciendo así que la postura de la prensa extranjera quede clara? Esto es espectáculo, amigos… No sería nada raro.

Seguramente ganará: Willem Dafoe por The Florida Project

Debería ganar: Sam Rockwell por Tres anuncios a las afueras

Ojito, que no sería raro que ganase: Cristopher Plummer por Todo el dinero del mundo

P.d.: Debería estar nominado Woody Harrelson por Tres anuncios en las afueras… Ni qué decir que si lo estuviera el Globo sería suyo, por mi parte, como siempre que está nominado a algo este monstruo. Veremos en los Oscar.

Mejor actriz secundaria

Pasa un poco parecido a lo que ocurre apartado masculino. Los secundarios son los pilares del estilo; sus reconocimientos, los más elegantes también. Este año casi todos los focos de premios están puestos en Laurie Metcalf por una de las películas más aplaudidas del año, Lady Bird. Sin embargo, muchas otras interpretaciones merecen justo reconocimiento y, aunque no logren el Globo, sí que estarán en los Oscar. Este es el año de las mujeres. Y todas ellas están espléndidas en sus papeles. Lo que pase o deje de pasar, independientemente de la situación que vivimos actualmente, no abandonará el buen juicio a premiar una gran interpretación.

Seguramente ganará: Laurie Metcalf por Lady Bird

Debería ganar: Allison Janney por Yo, Tonya

Ojito, que no sería raro que ganase: Octavia Spencer por La forma del agua

Mejor película de animación

Raro que Coco, la última maravilla de Pixar, esté siendo tratada como “film menor de la compañía”. Aún así, y a pesar de algunas duras contrincantes, como la estupenda y muy laureada Loving Vincent, no creo que tenga muchos problemas para hacerse con el Globo de Oro en este apartado.

Seguramente ganará: Coco

Debería ganar: Coco

Ojito, que no sería raro que ganase: Loving Vincent

¡Publicidad! Una breve promo nos avisa de que el mejor guión será para Tres anuncios en las afueras, aunque no sería raro que se lo llevase Lady Bird. ¿La ausencia? Una de las mejores películas del año, el gran chiste de humor negro Déjame salir; hubiese sido la más perfecta ganadora en este terreno, por muchos tópicos que tenga… Le auguro nominación al gran Jordan Peele en los Oscar por su magnífico primer trabajo en la gran pantalla. ¿Banda sonora? Hans Zimmer ha parido la que sea su partitura más brutal y perfecta para Dunkerque de Nolan. El Globo debería ser suyo, muy a pesar de la siempre bellísima música de Alexandre Desplat, esta vez para La forma del agua de del Toro.

Mejor película (comedia o musical)

Tal y como están las cosas, El gran Showman, que prometía bastante más de lo que finalmente ha dado, ya no es tan destacable como lo era hace un par de meses. ¿Comedia o musical? Rara vez los films nominados son acordes a su nominación. Así pues, la cosa queda en films más pequeños, reivindicativos y que han sido más aplaudidos. Y por muchísimo que nos haya gustado The disaster Artist, que desde luego así ha sido… Larga vida cinematográfica a Jordan Peele. ¡Que no pare nunca!

Seguramente ganará: Déjame Salir

Debería ganar: Déjame Salir

Ojito, que no sería raro que ganase: The disaster Artist

Mejor actor (comedia o musical)

Hugh Jackman nos encanta a todos, y del mismo modo que sus papeles siempre son aplaudidos, esta vez se lo merece como pocas por su gran Showman… Pero del mismo modo que sucede en el apartado de película, otros duros y más académicos contrincantes se le han plantado delante. Lo sentimos, Hugh, James Franco se sale como Tommy Wisseau y el emergente Daniel Kaluuya tiene muchas, pero que muchas papeletas.

Seguramente ganará: James Franco por The disaster Artist

Debería ganar: James Franco por The disaster Artist

Ojito, que no sería raro que ganase: Daniel Kaluuya por Déjame Salir

Mejor actriz (comedia o musical)

Los representantes de Margot Robbie lo están haciendo muy bien. La actriz salta a la fama y ahora se marca el papelón de su carrera con Yo, Tonya. ¿Es suficiente? Quizás, porque su Tonya es la más premiable de todas las nominadas. Pero, como siempre, todo depende del espectáculo. Veremos qué sucede cuando la prensa extranjera recuerde que Saoirse Ronan se va a hacer con el Oscar este año… Si Frances McDormand se lo permite.

Seguramente ganará: Saoirse Ronan por Lady Bird

Debería ganar: Judi Dench por La Reina Victoria y Abdu.

Ojito, que no sería raro que ganase: Margot Robbie por Yo, Tonya

Mejor actor (drama)

A ver, que me la voy a jugar muchísimo con lo que voy a decir…  Gary Oldman, actor de actores, nunca jamás ha sido justamente premiado. ¿El motivo? Siempre le han dado completamente igual los premios. Por primera vez en su carrera va a por el todo con su interpretación de Churchill en La hora más oscura… Todo apunta a que será el reconocimiento del año. Todo, excepto la situación actual. Vivimos en una época de limpieza; el mundo occidental y también el del espectáculo se está quitando las telarañas. Hace unos años la excelente película Brokeback Mountain de Ang Lee no se llevó el Oscar por lo que todos sabemos: trataba de un amor homosexual entre dos hombres. No nos engañemos, fue por eso. ¿Qué sucede este año? Que Call me by your name, uno de los films más laureados con temática similar a aquella, está arrasando entre la crítica y el público, yY uno de sus protagonistas, Timothée Chalamet, está nominado. ¡Y encima goza del efecto “Adrien Brody por El Pianista”, es el único no famoso nominado!… Ay, señor Oldman, que a lo mejor este año tampoco es su año. Y eso que usted mismo ha admitido entrar en el circo de Hollywood muy a su pesar para hacerse con los premios.

Imagino la situación: Tom Hanks, Daniel Day-Lewis y Denzel Whasington, el resto de nominados -gigantes del cine todos ellos- haciéndole pasillo a Oldman… Joder, ojalá. Pero la corrección política de cara a la galería manda. Si no en los Globos, lo hará en los Oscar.

Seguramente ganará: Timothée Chalamet por Call me by your name

Debería ganar: Gary Oldman por La hora más oscura

Ojito, que no sería raro que ganase: Cualquiera de los demás. Estamos hablando de Hanks -el padre de América-, Whasington -el tío enrrollado de América- y Day-Lewis -el hermano mayor que se fue, se hizo un hombre y ha vuelto reivindicando lo que seguramente es: el mejor actor vivo del mundo-.

Mejor actriz (drama)

Ganará, debería y no sería raro, porque sería lo normal y punto: Frances McDormand por Tres anuncios en las afueras. Nada más que añadir. La gran pelea del Oscar estará entre ella y Ronan por Lady Bird.

Mejor director y mejor película (drama)

Podría extenderme muchísimo en estos apartados pero intentaré ser breve con un simple y directo alegato: Guillermo del Toro está, como él mismo dijo al recoger su merecidísimo León de Oro en Venecia, lleno de amor y cine. Lo lleva estando desde siempre y, junto a su extraordinaria El Laberinto del Fauno, La forma del agua es la película más redonda y premiable que se ha marcado. Ojalá la justicia haga acto de presencia y se lleve lo que se tiene que llevar, los dos premios gordos de la noche, consolidándola para los Oscar. Ojalá…

Mejor director

Seguramente ganará: Cristopher Nolan por Dunkerque

Debería ganar: Guillermo del Toro por La forma del agua

Ojito, que no sería raro que ganase: Martin McDonagh por Tres anuncios en las afueras

Mejor película (drama)

Seguramente ganará: Call me by your name

Debería ganar: La forma del agua

Ojito, que no sería raro que ganase: Tres anuncios en las afueras

Me he terminado mi carajillo de Baileys, estoy saliendo por la puerta con un cigarrillo y de repente me gritan: “¡Calavera, tío, que no has dicho nada de los nominados a televisión!”. Mi respuesta, después de una calada: ni de coña sé tanto de las series como de películas como para atreverme a aventurar una quiniela… Eso os lo dejo a vosotros. Yo apuesto por Twin Peaks, es lo mejor del 2017, en televisión, cine, arte y en todo. “¡Pero si no está nominada!”.

¿Veis? A eso me refiero… Ojalá gane Kyle MacLachlan… ¡Ojalá!

“Yo soy el FBI” – Kyle MacLachlan como Dale Cooper en Twin Peaks. The return. Dándonos el momentazo del año.

Autor:

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: “Unas cuantas Pelis”. ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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La tragedia de doblar papel

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La tragedia de doblar papel

Albert Alexandre//

“Estoy avanzado a mi tiempo”, afirma sin titubear el director de la Escuela Museo de Origami de Zaragoza (EMOZ). “La papiroflexia dentro de 50 años será considerada un arte”, continúa. Cuesta creerlo, pero Jorge Pardo insiste: “La gente pensará: ¿Cómo no podíamos darnos cuenta de que al Origami es un arte a la altura de la escultura o la pintura?”. La convicción con la que expresa esta idea hace que parezca muy real. Quizás es cierto que, en un futuro, el MoMa o Guggenheim albergarán exposiciones permanentes de origami. De momento, para la mayoría se trata de “eso de las pajaritas de papel”.

A juzgar por su origen y su historia, debemos un respeto a la papiroflexia o el origami -según los expertos, palabras sinónimas-. El origen no está muy claro; la historia es compleja.

En el siglo II d.C., el eunuco imperial de China, Cai Lun, inventó el papel. Este desarrollo no llegaría a Europa hasta siglos después: la primera muestra de papel que se conserva en el Continente es una carta árabe fechada en el año 806. En la Península Ibérica no sería hasta el 1036 cuando el papel irrumpiría en el territorio de la mano del islam.

En cuanto al origami, que en su origen japonés significa doblar (ori) y papel (kami), no se conoce fecha fundacional. Sabemos que, desde hace muchos siglos, los humanos se han dedicado a doblar cosas: papiros, pergaminos o papel amate en el caso de los mayas. Lo que no queda claro es cuándo se empezó a doblar con un objetivo estético, ni dónde ocurrió eso. La hipótesis más factible es que tanto en China, Japón y Corea, como en Europa y Oriente Medio, el doblado de papel evolucionó de forma paralela pero sin contacto alguno, hasta que en el siglo XII se registran los primeros origamis.   

En el período Heian de la historia japonesa que recorre el siglo XII se encuentran los primeros doblados artísticos, aunque se sospecha que el origen del origami podría ser incluso tres siglos antes. Eran las familias nobles de la época quienes lo usaban en las ceremonias como símbolo de su posición económica. Cada familia tenía su propio estandarte, el emblema familiar, representado con hojas de papel minuciosamente dobladas.

En la misma época, en Europa, este arte llegó con los árabes. En la religión de Mahoma la representación de figuras humanas y animales es considerada blasfemia y por este motivo exploraron otras formas dentro de la papiroflexia: “La investigación geométrica y el estudio matemático en el doblado de papel árabe acabaría confluyendo con la arquitectura”, afirma uno de los paneles informativos que recorren el único museo de origami del mundo, ubicado en Zaragoza. No fue hasta hace 100 años que ambas ramas, la oriental y la occidental, confluyeron. Desde entonces no han dejado de retroalimentarse. En el mundo hispanohablante fue Miguel de Unamuno quien lo puso de moda. El reputado escritor llegó a escribir un tratado sobre el tema llamado “cocotología”.

Pese a los esfuerzos de personas como Jorge Pardo, actualmente el origami es visto como un juego de criaturas. “No es así en todo el mundo”, dice el director del EMOZ. “En países como Japón o Corea del Sur, la papiroflexia tiene mucho más pedigrí”, añade. Cuesta creer hasta que visitamos la última sala del museo ubicado en el barrio de la Madalena de Zaragoza. Pardo enseña unos manuales escolares de Corea con los que los alumnos de distintos cursos aprenden a doblar papel. Se parecen -o mejor decir, son casi idénticos- a los que utilizan los escolares europeos para aprender a hacer multiplicaciones, sumas, ecuaciones o divisiones.

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Manuales escolares de Origami coreanos

En esa última sala -que se emplea semanalmente para impartir talleres de origami- también hay expuestas fotografías del propio Pardo con distintas autoridades estatales: miembros de la familia real, políticos y otros expertos que parecen muy autorizados.

“He hecho algunos viajes por el mundo para asistir a congresos de papiroflexia”, afirma. Sin embargo, le cuesta reconocer -pues hay algo de modestia cuando habla de sí mismo- que es uno de los mayores expertos mundiales vivos del origami. De hecho, es una de las mayores autoridades del planeta -si no la mayor- en el llamado plegado modular, es decir, las figuras de papel que se construyen a partir de muchas figuras de papel. En el mismo museo hay una obra de su autoría que está creada con 16.000 hojas de Dina A5. “Siempre llevo unas hojas en el bolsillo y cuando tengo un rato libre voy plegándolas”, dice Jorge. Al fin las une todas para crear una gran estructura.

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Pieza de Jorge Pardo llamada Sol

Plegado elemental, el que se hace con una sola hoja y que da formas sencilla; plegado esencial, el que se hace igualmente con una hoja, pero tiene una intención escultórica; plegado geométrico, el que busca representar estructuras matemáticas; plegado hiperrealista, el que reproduce de la forma más detallada posible objetos tanto animados como sin vida; plegado orgánico, el que imita formas y estructuras biológicas sin voluntad geométrica; y plegado escultórico, el que, por medio de redondeos y contra-redondeos, pliegues y contra-pliegues y todo con la máxima de solo plegar, puede producir grandes figuras.

Como en todos los artes en el origami también hay técnicas, escuelas y maestros. Hay también grandes obras. “Recientemente hemos tenido en exposición una sala completa en la que, con papel, se representaba un fondo marino”, asegura. Las fotos de esta obra que ha abandonado el EMOZ rumbo a Francia son impresionantes.

Haz click para ver el pase de diapositivas.

El EMOZ es un recorrido por la historia y las corrientes de la papiroflexia, el templo de toda una tradición o la Meca de quien esculpe a papel. Podría parecer exagerado, pero según comenta Jorge Pardo “en Japón solo hay un museo en medio de las montañas que no tiene ni de lejos la importancia que tiene el de Zaragoza”. Y, pese a ser único, Pardo afirma que “puede que el museo desaparezca”. “No nos podemos financiar”, justifica. Lo dice apesadumbrado mientras relata las dificultades que tiene con las administraciones públicas para obtener subvenciones.

“Tenía que intentarlo. Cobré una indemnización por ese tema de las cláusulas suelo, dejé mi trabajo y monté el museo. Llevo 4 años sin vacaciones, muchos meses no cobro y he perdido más de 100.000 euros… el problema es que el museo no da rendimiento”, sentencia cuando le pregunto si sus amigos entienden lo que hace. “Zaragoza no se da cuenta de lo que tiene… pero bueno, aquí tantos trenes hemos perdido que este sería uno más”, añade.

Hay algo trágico en el origami. Jorge Pardo no sabe si su museo sobrevivirá y sigue dedicándole los siete días de la semana. “Aunque nadie se da cuenta, Eric Joisel es un artista de la talla de Van Gogh”, afirma contundente el director del EMOZ. Habla de uno de los plegadores más importantes de la historia del origami, toda una eminencia y referente para Pardo. Este artista francés estudió Derecho pero, en los años 80, después de descubrir la obra de Yoshizawa -el padre del origami moderno que en el siglo XX convirtió un simple pasatiempo infantil en arte- dejó su trabajo para dedicarse plenamente al plegado. Llegó a dominar numerosas técnicas hasta el punto de convertirse en un revolucionario de la rama escultórica y alcanzar cotas de perfección inauditas en el plegado hiperrealista.

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Piezas de la obra de Eric Joisel

“Murió el 10 de octubre de 2010”, comenta Pardo como queriendo dar a la coincidencia numérica un valor más allá de lo casual. “Justo antes en el EMOZ le habíamos comprado gran parte de sus piezas… se estaba muriendo de cáncer y no tenía dinero ni para vivir“, lamenta. Pese a que Joisel fue galardonado con los premios más destacados del mundo del Origami, pese a que llegó a impartir 20.000 horas de formación para aprendices, pese a que por sus clases pasaron medio millón de alumnos, pese a todo, la precariedad siempre fue su compañera de viaje. “Malvivía dando clases de papiroflexia en las casas de los ricos de París”, explica Pardo.

“Era una persona excepcional… más allá de ser un genio, era una persona muy amable”, indica Pardo. “Quería darnos de forma gratuita sus piezas porque sabía que en el EMOZ era donde debían estar, sin embargo, decidí pagarle algo por sus obras… la más cara me costó 1.000 euros. De todos modos sé que en 50 años el arte de Joisel valdrá millones de euros”. Lo dice mientras habla con fervor del Gandalf de Joisel, una reproducción del mago de la saga del Señor de los Anillos hecha en papel; una suerte jarrón con flores de la cultura pop.

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Pieza de Eric Joisel

Se hace difícil pensar en Joisel como un Picasso del papel. Sería bello creerlo a pies juntillas. También sería bonito pensar en un mundo en el que el arte del plegado se enseñara en los colegios, un mundo en el que en lugar de mirar el móvil por la calle la gente doblara papel compulsivamente.

En la era digital y veloz se hace difícil pensar que la papiroflexia, el origami, tenga alguna opción de convertirse en hegemónico. Una actividad que obliga tiempo, dedicación y precisión no parece estar hecha para nuestros días. Con todo, puede que sea en las propias nuevas tecnologías donde el plegado encuentra su supervivencia. Tal y como muestra el EMOZ, hay artistas del origami como Robert Lang que intentan aunar ciencia y plegado de papel. Lang da charlas para el TED -sinónimo moderno del éxito- explicando cómo las estructuras de plegado practicadas en la papiroflexia pueden emplearse en el mundo de la medicina o las telecomunicaciones para construir máquinas más eficientes. En el EMOZ se enseña un brazo robótico cuya mano se pliega con una figura de papel de origami para introducirse dentro del cuerpo y luego se despliega para operar al paciente. Parece que ese es el futuro de una artesanía centenaria.

Autor:

silvia laboreolinea decorativa

Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona, tiene un Máster en Creación Literaria y otro en Literatura, Arte y Pensamiento de la Universidad Pompeu Fabra. Ha colaborado en medios como Cultura Colectiva, Culturamas, Código Nuevo, Vice, Arainfo o El Cotidiano. También coordinó durante 2 años la revista de literatura Acrocorinto y actualmente trata de terminar su primera novela mientras aprende el oficio del periodismo.

Twitter Blanca Uson

 

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Luisa Gavasa: lo que nos arrebatan las glorias

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Luisa Gavasa: lo que nos arrebatan las glorias

Texto: Jorge Marco, Pablo Gracia y Julio Beltrán. Imagen principal: FCZ//

Nativa de Zaragoza y una de las más importantes e ilustres representantes de nuestra Comunidad en el ámbito nacional, Luisa Gavasa es una de esas profesionales que han logrado dejar grabada a fuego su huella en la memoria del cine español. De entre sus numerosos galardones es obligatorio destacar el codiciado Goya, cortesía de su magistral e imprescindible actuación en La Novia. Nos acercamos un poco más a esta figura que ya forma parte de nuestra cultura cinematográfica.

¿En qué momento decidió dedicarse a la interpretación?

– Empecé a hacer teatro en la Universidad mientras estudiaba filología inglesa. Iba todos los veranos a estudiar a Londres… bueno, “a estudiar”, a pasármelo estupendamente. Y vi una representación de Shakespeare, Titus Andronicus, y entonces me dije: “yo tengo que pertenecer a este mundo, tengo que dedicarme a esto”. En ese momento tomé la decisión de ser actriz profesional y así lo hice; y aquí estoy.

¿Le gusta más trabajar en el cine o en el teatro?

-Depende. Si el personaje es bonito me da igual que sea teatro que cine que televisión. Pero tiene que ser un personaje que tenga vida, que cuente cosas.

Entonces, a la hora de aceptar un proyecto, ¿lo más importante para usted es el personaje?

-El personaje, claro, por supuesto.

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¿En el momento en el que aceptó participar en La Novia imaginaba la tremenda acogida que tendría la película que culminó con su triunfo en los Goya?

-No, ni yo ni nadie. O sea, era un proyecto sin dinero pero con mucho amor. Era una ilusión de todos. Un esfuerzo tremendo que no imaginábamos que iba a generar ese éxito y, evidentemente para mí, que me iba a traer un Goya. Nunca lo imaginamos.

¿Qué es lo que más le atraía del personaje de la Madre en La novia?

-Bueno, es uno de los personajes más importantes de la literatura, no solo española sino mundial. Lorca es un clásico y la madre de Bodas de sangre es un icono. Es uno de los personajes más difíciles, todo un reto, así que yo estaba aterrorizada; pero salió bien.

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Algunas críticas negativas a La Novia la acusan de ser excesivamente poética en su guión, de pretenciosa, grandilocuente… ¿Qué opinión Le merecen?

-Yo es que no las leo. A mí me parece muy bien, vivimos en una democracia, todo el mundo puede tener su opinión. Lo que pasa es que doce nominaciones a los Goya quieren decir algo.

Es un cierto aval, desde luego.

-Es un aval, efectivamente.

Con Incierta Gloria, que se estrenó recientemente, se retoma el tema de la Guerra Civil. Hay quien dice que ya cansa este escenario frente a quienes opinan que siempre es necesario recordar lo ocurrido. ¿Qué opina usted?

IMG-20160726-WA0003-Que siempre es necesario. Además, en este caso en concreto, no es una película sobre la Guerra Civil, es una reflexión sobre cómo las guerras inciden en los seres humanos  y cómo nos transforman y cómo cortan la ilusión de mucha gente. Vosotros ahora sois muy jóvenes, supongo que querréis ser periodistas. Si ahora hubiera una guerra como la de Incierta Gloria, eso se truncaría.  Y esa es la maldición de las guerras: todos aquellos niños sirios que pudieron ser grandes médicos o pintores….y de pronto estalla una guerra que pone fin a todo eso. De eso habla Incierta Gloria, de cómo se modifican las personas a través de la guerra y de lo que arrebatan las “glorias”.

 

¿Con qué director, tanto nacional como internacional, le gustaría trabajar?

-¡Vaya pregunta! De ámbito nacional me gustaría mucho trabajar con Isabel Coixet e internacional querría trabajar con el director italiano Paolo Sorrentino.

Dado que le concede tanta importancia a las características de los personajes que interpreta, ¿tiene algún papel especial que deseara interpretar en el futuro?

-Siempre está por llegar. Hasta que no lo tengo delante no lo decido. Hace años te hubiera dicho Lady Macbeth, ahora ya no sé. Cuando los tienes delante es cuando dices: “ ¡qué ilusión!”, pero no tengo un personaje ya pensado. Lo que venga bienvenido será.

Y para finalizar… ¿Cree que los artistas deben expresar su opinión política? ¿Deben ser activos en ese sentido?

-¡Por supuesto, por supuesto, por supuesto! Siempre. Es una obligación moral.

 

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